Mente ON: por un mundo mejor para todos

Daniel Herrera, graduado de la Maestría en Gerencia y Desarrollo de Personas, decidió emprender con un propósito claro: brindar a la sociedad y a las organizaciones herramientas para potenciar sus fortalezas, superar las dificultades y construir entornos más incluyentes.
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“No vas a poder, no lo vas a lograr, no eres capaz… no, no, no…” Esa fue la palabra que Daniel Herrera escuchó durante muchos años, desde su infancia. Creció rodeado de comentarios marcados por estigmas sociales, que aseguraban que su discapacidad motora, a causa de la parálisis cerebral con la que nació, le impediría alcanzar sus metas. Con el tiempo, este graduado de la Maestría en Gerencia y Desarrollo de Personas demostró, con sus logros personales y profesionales, que ese ‘no’ podía transformarse en algo distinto. Así nació Mente ON, una empresa creada a partir de un juego de palabras que invierte el ‘no’ para promover una cultura del “¡sí, se puede!”.
Esa filosofía la adquirió desde el hogar. “Mis papás han sido tercos. Dijeron ‘Daniel es una persona, antes de tener una discapacidad. Claramente tiene muchas debilidades, pero también tiene muchas fortalezas. No nos enfocaremos en lo que no puede hacer, sino en lo que sí puede’”, cuenta el graduado, planteando cómo sus padres se dispusieron a luchar por darle oportunidades que le permitieran salir adelante, mucho más allá de su condición. De hecho, para él, esa convicción fue determinante para que, en principio, pudiera completar su escolaridad y graduarse como ingeniero industrial.
“Me convertí en un testimonio de que sí se pueden lograr esas cosas. Es más difícil, es un reto, pero uno siempre puede superar obstáculos”, asegura. Su propia historia de vida, sumada al testimonio que ha dado su hermana, quien tiene síndrome de down y trabaja en un colegio, lo hizo sentir que estaba llamado a transformar la realidad: “Teniendo dos personas con discapacidad en mi familia, nos ha tocado luchar por un mundo cada vez más incluyente, eliminando barreras”, asegura el graduado.
Otro de los elementos que motivó su emprendimiento fue notar todas las dificultades que tienen las personas con su condición para ingresar al mundo laboral. En su caso, el proceso para conseguir una práctica antes de graduarse fue largo y lleno de retos. “Las empresas tienden a decir que no están preparadas para trabajar con personas con discapacidad. Hay muchos prejuicios: piensan que somos menos eficientes y hay muchos temores”, plantea el graduado.
Finalmente, la oportunidad llegó con una práctica que resultó especialmente desafiante, pues debía cumplir plazos que no correspondían con sus tiempos de trabajo. “No me fue bien porque yo me tenía que adaptar a ese puesto y yo necesitaba un trabajo distinto. Yo entendía perfectamente lo que debía hacer, pero con mi discapacidad me demoro un poco más y no podía cumplir con los tiempos establecidos. No hubo los ajustes necesarios para hacer bien mi trabajo”, explica. Para él, esa experiencia dejó una lección clara: las organizaciones deben avanzar en la construcción de entornos más inclusivos y en adaptar las responsabilidades a las realidades de sus colaboradores. En su criterio, esto es “un gana-gana: las personas se nutren, se sienten valoradas y aprenden de los otros; y, al mismo tiempo, la sociedad enseña y recibe otros puntos de vista que la enriquecen”, reflexiona.
Luego de esa experiencia, decidió empezar a contar su historia, como una vía para promover entornos inclusivos. Pero sentía que eso era insuficiente: quería dotar de herramientas a otros para salir adelante y ver más allá de sus dificultades. Por eso, decidió estudiar coaching y cursar la Maestría en Gerencia y Desarrollo de Personas en la Universidad de La Sabana. “Mi interés siempre fue ver cómo ayudaba a otros en su formación y en su desarrollo desde las neurociencias”, asegura.
Esa búsqueda lo llevó a fundar Mente ON, una empresa que busca fortalecer la mentalidad de crecimiento y resiliencia de las personas. Lo hace por medio de conferencias motivacionales y talleres prácticos para empresas, colegios y fundaciones. Además, ofrece sesiones de coaching, en las que, por medio de conversaciones de valor, ayuda a las personas a cambiar su perspectiva para lograr sus objetivos. “Dejamos de pensar en que no se puede, para pasar al ‘modo’ on, en el que la mente ve las posibilidades y las fortalezas, para encontrar alternativas que nos permitan lograr lo que queremos”, cuenta el graduado.
Un ejemplo de cómo su emprendimiento está transformando la cultura de las organizaciones es el proyecto que desarrolló con el Grupo Nutresa, en el que hicieron un taller orientado a líderes de colaboradores que viven con enfermedades laborales. “Les enseñamos cómo ver el potencial de cada persona y no su condición. Después de esa intervención vimos cómo bajó el nivel de ausentismo por excusas médicas”, explica el graduado, resaltando cómo una mirada más incluyente no solo mejora los indicadores de la empresa, sino también la calidad de vida de los colaboradores.
Un impulso desde las neurociencias
Mente ON está fundamentada en los principios de las neurociencias. Para Daniel, construir una mentalidad de crecimiento y crear entornos incluyentes parte de comprender cómo funciona el cerebro. “Nuestro cerebro está diseñado para sobrevivir”, explica el graduado, quien señala que, ante las situaciones complejas, ese órgano tiende a etiquetar los retos como amenazas. La labor de este emprendedor es ayudar a las personas para que puedan ver cuáles son las oportunidades detrás de esas situaciones, con el fin de que puedan apoyarse en ellas para lograr sus objetivos.
Además, Daniel resalta que el cerebro está en constante aprendizaje. Por eso, su labor consiste en motivar a las personas a identificar siempre oportunidades para mejorar, con el reto de seguirse formando y desafiar sus propios límites. En el ámbito de la inclusión, esa idea cobra aún más fuerza: “un diagnóstico inicial no define tu futuro. Tú lo vas construyendo”, reflexiona el graduado.
Para él, el impacto que genera su emprendimiento es aportar a crear un mundo mejor para todos. “Tenemos un país lleno de desafíos, pero siempre hay una posibilidad de sacar algo bueno. Podemos trabajar por un entorno en el que cada persona pueda ser quien es, encontrando igualdad de oportunidades, independientemente de sus propias características”, concluye.
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