Matena: Revolucionando la Yerba Mate en Colombia


Esteban y Nelson apostaron por su sueño. Hoy, su marca, Matena, no solo lidera el mercado de yerba mate en Colombia, sino que también se ha convertido en un símbolo de innovación y autenticidad.
Todo comenzó con una valiente decisión: decirle “no” a una oferta laboral en una de las empresas petroleras más importantes y apostarle a una idea que, en ese momento, ya era un sueño que venía tomando forma. Esteban Rodríguez y Nelson Gómez, dos Administradores de Empresas, se graduaron en el año 2022 con algo más que un título, con un firme deseo de seguir creando algo propio, auténtico y que dejará huella.
Hoy, son los fundadores de Matena, una empresa pionera en el mercado colombiano de yerba mate. Su historia comenzó como un sueño compartido, impulsado por la sinergia entre amigos y una firme determinación por marcar la diferencia. Con productos importados directamente desde Argentina, buscan ofrecer a los consumidores un estilo de vida moderno y saludable, fusionando una rica tradición cultural con el bienestar.
La elección de su programa fue el primer paso hacia lo que es Matena. Para Esteban, el pensum académico de la universidad fue decisivo. Aunque, en un inicio, tenía dudas sobre su rumbo profesional, encontró en la carrera de Administración un camino que conectaba con sus intereses. Nelson, por su parte, creció en una familia de administradores, lo cual ese legado familiar influyó en su decisión.
Matena nació por el deseo de hacer algo nuevo y diferente. Ambos, ya venían trabajando juntos en pequeños negocios, y pronto se dieron cuenta del enorme potencial de su alianza. Ser pioneros ha sido uno de los pilares de su éxito, al ser los primeros en ofrecer un producto en un mercado desabastecido, lograron posicionarse rápidamente. Para ellos, la innovación no se detiene en la yerba mate; decidieron ir un paso más allá y lanzaron una línea de alimentos con cannabis, convirtiéndose en una de las primeras marcas en ofrecer productos legales elaborados con esta planta. Aunque son conscientes de los riesgos, creen que haber sido los primeros les ha permitido adquirir experiencia y reducir la posibilidad de una competencia directa.
Lo que distingue a Matena no es solo su visión de negocio, sino su autenticidad e innovación constante. Desde el primer día, han buscado ofrecer algo diferente. Han mezclado el mate con frutas y panela, han creado recipientes únicos y han evolucionado con el mercado.
La pasión por emprender es evidente. Para Esteban, lo mejor de esta experiencia ha sido la adrenalina de lo nuevo: “cada día es diferente, nada es monótono”. Para Nelson, lo más gratificante es ver el impacto de que están aportando algo significativo, tanto a su equipo como al mercado. “Todo lo que hacemos hoy repercute mañana, y eso hace que uno sienta que está construyendo algo real”, afirma. Uno de los mayores retos ha sido la toma constante de decisiones, saber cuándo avanzar, cuándo hacer una pausa y, quizás lo más difícil, cuándo decir no. Esto ha sido fundamental para mantener el rumbo y asegurar el crecimiento de la empresa.
Hoy, Matena no solo se consolida en Colombia, sino que se prepara para abrir operaciones en México y hacer una prueba piloto en Estados Unidos. Proyectan un crecimiento en facturación y buscan fortalecerse como líderes en el mercado y posicionarse como una infusión innovadora y auténtica a nivel internacional. Sin embargo, más allá de los números, su verdadera motivación radica en generar un impacto profundo en la vida de las personas, tanto dentro de su equipo como en sus clientes. Para Esteban y Nelson, el crecimiento del equipo ha sido un proceso natural, casi intuitivo. Cada nueva necesidad les ha mostrado que es momento de sumar a alguien más al barco. Actualmente, cuentan con varios colaboradores y una cultura organizacional centrada en el bienestar humano.
El nombre “Matena” 🌿 está inspirado en la “mateína”, uno de los componentes esenciales del mate. Así fue como decidieron modificar ligeramente la palabra, optando por un nombre corto, sonoro y con identidad. La imagen de la marca, por su parte, ha evolucionado en tres ocasiones, adaptándose a los estándares de profesionalismo que cada etapa ha exigido.
Uno de los aspectos que más valoran de su formación universitaria es la base sólida que recibieron para liderar una empresa. No solo aprendieron lo esencial sobre finanzas, logística, aspectos legales y gestión de costos, sino que también descubrieron el valor de las conexiones humanas. Como menciona Esteban, “Hoy, quien estuvo sentado a mi lado en el salón de clases es ahora mi socio”, destacando que la universidad fue un espacio clave para generar relaciones que, años después, se convirtieron en proyectos, empresas y sueños cumplidos.
El sello Sabana, aseguran, es ético y profundamente humano. “Nos enseñaron a ver a las personas, no solo como trabajadores, sino como seres humanos con sueños, familias y propósitos”, comenta Nelson. Esa misma visión los llevó a desarrollar una cultura organizacional única, centrada en el bienestar. Todos los lunes, antes de iniciar reuniones, el equipo comparte un espacio de agradecimiento. De esta práctica surgió incluso un “decálogo de la felicidad”, lo cual ha impactado directamente en sus resultados comerciales.
Hoy, tres años después, han transformado lo que comenzó como una idea en un verdadero éxito. Han construido una marca sólida que nunca ha registrado pérdidas, y que han demostrado que, los sueños cuando se trabajan sí se cumplen. Ambos coinciden en que el mejor consejo para quienes desean emprender es tomar acción inmediata. Esteban enfatiza la importancia de no quedarse atrapado en la idea, sino de ejecutarla sin esperar a tener todo perfecto. Comparte que no se necesitan grandes inversiones, lo más valioso es dar ese primer paso, contactar proveedores, probar desde lo más sencillo, y aprender en el camino. Nelson, por su parte, resalta la importancia de arriesgarse y soñar sin límites. Esto los llevó a recordar cómo ellos mismos soñaron con lo que tienen hoy, y cómo sus pequeños pasos los llevaron a grandes logros. El emprendimiento es mucho más que soñar; se trata de trabajar incansablemente, ser fiel a la visión, y nunca esperar que las cosas sucedan por sí solas.
Matena es hoy mucho más que una empresa de yerba mate, es una filosofía, un equipo, un sueño colectivo, y una historia de autenticidad y valor que le queda mucho camino por recorrer.
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