Métodos naturales de planificación, lo que hay que saber de ellos

Cuando de métodos de planificación se trata, los métodos naturales, han comenzado a despertar interés. ¿Qué son, de qué se tratan, son efectivos? Una experta responde.

En los últimos años algunas mujeres han reportado sentir preocupación por los métodos anticonceptivos hormonales en su cuerpo. Muchas reportan ansiedad, depresión, aumento de peso, alteraciones metabólicas y disminución de la libido, efectos asociados a su uso. Esto las ha llevado a buscar nuevas alternativas de planificación familiar.

Estos métodos, aunque suelen confundirse con los anticonceptivos difieren bastante de lo que se cree que son, pues parten de un principio distinto: no bloquean la concepción, sino que permiten a las mujeres y parejas reconocer los cambios del ciclo menstrual para tomar decisiones sobre su fertilidad, sin incidir en el curso natural de la fisiología del cuerpo femenino.

Lina Maria Acuña, experta en Afectividad y Sexualidad y Médica consultora en Planificación Familiar Natural, profesora del Instituto Latinoaméricano de la Familia (ILFARUS), resalta que la ovulación es un evento central en la salud de la mujer y que suprimirla con anticonceptivos hormonales puede traer consecuencias. “Si un sistema fisiológicamente está funcionando bien, ¿para qué lo ponemos a funcionar mal con los anticonceptivos?”.

En ese orden de ideas señala que existen varios métodos de planificación familiar natural que son efectivos, sin embargo, requieren un conocimiento específico y acompañamieno por parte de un experto con el fin de garantizar su uso correcto.

Basados en temperatura

La temperatura basal hace referencia a la temperatura corporal más baja que alcanza el cuerpo en estado de reposo absoluto, es decir, justo después de despertar al menos tres horas y antes de realizar cualquier actividad física o ingesta de alimentos. Durante el ciclo, la temperatura tiene ligeras variaciones. Tras la ovulación, la progesterona provoca un aumento sostenido de entre 0,3° y 1°C, lo que indica que la ventana fértil ya terminó. Es decir que, una vez identificado ese aumento, la mujer sabe que está en un periodo infértil hasta la siguiente menstruación. En tal caso, si el objetivo consiste en evitar un embarazo, las relaciones sexuales solo se recomiendan después de que el aumento de temperatura sea sostenido, 

Basados en las características del moco cervical

El moco cervical es una secreción producida por el cuello uterino que varía de consistencia y apariencia a lo largo del ciclo menstrual. Se sabe que su aspecto cambia en respuesta a las hormonas, especialmente los estrógenos. En ese sentido, es transparente y elástico durante la ovulación para facilitar la llegada de los espermatozoides al útero y lograr el embarazo. Cuando se trata de identificar los días fértiles con esta variable existen dos métodos que señala la experta:  

Método de la Ovulación Billings: se centra en la sensación vulvar (húmeda, lubricada o resbaladiza). La mujer reconoce cuándo inicia y finaliza su periodo fértil según lo que percibe. Cuando se es infértil el moco es de apariencia seca o grumosa. Cuando la mujer esta pasando por etapa fértil, el moco es acuoso con una sensación que va de húmeda a mojada. Estos cambios se presentan a lo largo de ciclo. Para lograr su efectividad sigue con unas reglas para evitar el embarazo.

Regla 1. Evite las relaciones sexuales en días de sangrado abundante durante la menstruación.

Regla 2. Durante el patrón básico infértil (BIP) se pueden tener relaciones sexuales en noches alternas. “La razón de la noche por medio es porque en el día posterior a una relación puedes sentirte húmeda y ver un flujo de líquido seminal, y esto puede enmascarar un cambio en el patrón mucoso”, indica el portal Billin’s life.

Regla 3. Si hay cambios en el patrón básico infértil se debe esperar y observar. Si identifica la Cúspide, es decir, que es el último día en que experimenta una sensación de moco cervical "resbaladizo" y elástico, esto indica el pico de máxima fertilidad y que la ovulación se aproxima o ha ocurrido. En ese caso, se sugiere mantener relaciones sexuales en cualquier momento desde el comienzo del cuarto día posterior al día Cúspide hasta el próximo período menstrual.

Para buscar un embarazo: se deben tener relaciones sexuales el día de sensación lubricada y mojada y los dos días siguientes.

Sistema Modelo Creighton es más técnico y entrena a las mujeres para observar directamente el moco: su elasticidad, color y sensación al tacto. Funciona observando y registrando las variaciones naturales que ocurren en el ciclo menstrual. Se diferencia por la estandarización de las observaciones y crea un sistema universal para registrar los datos en donde se registran estas características mediante un sencillo sistema de puntuación que facilita la evaluación de su calidad. 

Sobre las diferencias entre el Método Creighton y el Método Billings, Lina Acuña indica que “son dos observaciones de un mismo biomarcador, pero de elementos diferentes: en Billings la sensación; en Creighton las características físicas”, 

Método sintotérmico o de doble comprobación

Este método esta basado en observaciones de temperatura basal, que sigue los principios antes descritos, la diferencia es que también incluye observaciones de moco cervical no estandarizadas, así como las características del cuello uterino. La ventana de fertilidad se determina con la aparición del moco y finaliza una vez se presenta el aumento sostenido de la temperatura. 

Métodos sintohormonales

Integran el registro de biomarcadores con la medición hormonal en orina. El más conocido, según Acuña, es el método Marquette, que utiliza tiras reactivas para detectar la hormona luteinizante (LH) y metabolitos del estrógeno. Estas tiras de ovulación muestran cambios hormonales, pero no garantizan que la ovulación haya ocurrido.

Aunque requieren disciplina y aprendizaje, a los ojos de Acuña, esto métodos son accesibles y más económicos que los anticonceptivos hormonales, adicionalmente, no solo permiten a las mujeres monitorear su ciclo sino gestionar la fertilidad y realizar un seguimiento a su salud. “La fertilidad es un recurso que hay que gestionar en pareja porque no es mi hijo o tu hijo, es nuestro hijo, es nuestra fertilidad”, finaliza.