Estados Unidos descertifica a Colombia en la lucha antidrogas

Aunque la medida se veía venir desde hace meses, la última vez que el país quedó descertificado fue durante el gobierno de Ernesto Samper, en 1996. Sobre las consecuencias y lo que sigue para el país, los expertos hablan.
El reciente anuncio de los Estados Unidos de imponer una desertificación plena a Colombia, retirando todos los recursos que hasta el momento había entregado para la lucha contra las drogas hoy toma otro rumbo tras el anuncio de la Casa Blanca de dar un giro a estas medidas, suspendiendo los 450 millones de dólares dirigidos a la cooperación y la asistencia técnica de la lucha contra las drogas.
La suma, que no pone en consideración el dinero que el gobierno Trump ya retiró a las ayudas sociales de diversos proyectos como USAID, surge como una penalización, después de que el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMSI) indicara, desde el año 2023, un aumento de cultivos de coca que asciende de los 253 mil hectáreas.

Un hombre raspa una planta de coca en el Guaviare
Foto: María Alejandra Gómez
A lo anterior se han sumado las constantes tensiones entre el gobierno colombiano y el estadounidense que partieron de las declaraciones que a principios de este año el presidente Gustavo Petro hizo públicas en su cuenta de X, sobre la necesidad de impedir dos aviones con migrantes deportados a Colombia y las más recientes sobre brindar su total apoyo al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Ante los hechos, Juan Nicolás Garzón, profesor del programa de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Sabana establece que con esto “Colombia queda un poco abandonada en términos de aportes y ayudas para seguir combatiendo el narcotráfico”.
Lo anterior podría suponer menos control territorial sobre las economías ilegales sumando a Colombia en la lista de países que “han fallado” en el cumplimiento de sus obligaciones bajo acuerdos internacionales antidrogas, al lado de otras naciones como Afganistán, Venezuela, Bolivia y Myanmar.
No obstante, más allá de lo que esto supone y las reciente declaraciones de Gustavo Petro, que criticó la decisión como “un chantaje”, a los ojos de Garzón, esto no se trata solo del tema de las drogas, sino también de unos intereses políticos, “La decisión, al final de cuentas, es particular o especialmente política y el resultado, así lo muestra”.
Ganarse de nuevo la confianza
Una descertificación es un golpe fuerte más no definitivo. La historia enseña que la confianza se puede recuperar siempre que haya un compromiso serio y también un cambio. Así como ocurrió tras la descertificación de 1996, durante el gobierno de Ernesto Samper.
Así lo advierte Sergio Morales, profesor de la Facultad de Estudios Jurídicos, Políticos e Internacionales de la Universidad de La Sabana, al destacar dos frentes importantes en los que será necesario comenzar de nuevo a trabajar, si lo que se pretende es recuperar la confianza. “Crear un plan con metas verificables en hectáreas, laboratorios destruidos, extradiciones, acompañamiento de reportes conjuntos con agencias americanas y lo otro, un relato político distinto, mostrar que Colombia no se limita a erradicar hectáreas a cualquier costo, sino que protege las comunidades, impulsa las economías lícitas, enfrenta las rentas financieras de los grupos criminales”.

Laboratorio de coca en las selvas del Guaviare.
Foto: María Alejandra Gómez
En ese sentido, el experto hace énfasis en la necesidad de platear una nueva premisa. “La pregunta incómoda sería otra si realmente sirve este modelo. Colombia ha sido el país más certificado, más vigilado y condicionado de toda la región y aun así hoy tenemos récord de coca. Entonces, ¿la certificación es una herramienta eficaz o es solo un ritual político que no resuelve el problema de fondo?”. Parte de la forma en la que se toma esta decisión es la exigencia de resultados. Sin embargo, se insiste en medirnos con hectáreas y toneladas de producción, cuando el uno de los motores del narcotráfico sigue siendo la demanda en EE. UU. Nos exigen resultados imposibles, mientras no reconocen su propia corresponsabilidad”, finaliza Morales
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