Una apuesta de país

Por Diana Rodríguez Carrillo, directora de Programa en el área de Finanzas en el Instituto Forum.
Colombia, un país maravilloso con una gran riqueza cultural y geográfica, ha atravesado a lo largo de su historia por grandes retos que han puesto a prueba su fortaleza. Es verdad que somos un país de contrastes, con diversidad de culturas, tradiciones arraigadas, y gente cálida y trabajadora que lucha por salir adelante. Pero, al mismo tiempo, reconocemos que, en medio de tanta alegría y recursividad, en algunos escenarios se aprueba la cultura del "ser vivo para los negocios”.
En medio de los desafíos, nuestra nación, como el resto de los países, debió asumir el impacto de la pandemia, la cual frenó el ritmo de crecimiento que se traía. Nos enfrentamos a una realidad desconocida que implicó adaptarnos a nuevos escenarios, pero que también evidenció la importancia de unirnos y pensar en un futuro como país.
Las empresas que logren gestionar efectivamente sus riesgos, optimizando la relación riesgo-rentabilidad, podrán anticiparse y adaptarse a los continuos cambios que se dan actualmente en el mundo.
Y, en ese sueño, hemos visto que las empresas juegan un papel fundamental, en la medida en la que aportan a la reactivación económica, en la que no todo se vale.
Necesitamos empresarios que piensen en el futuro, que apuesten al empleo, que quieran comprometerse con el desarrollo sostenible y las nuevas tecnologías, pero, sobre todo, que irradien una cultura ética en las organizaciones.
El entorno demanda empresas flexibles y resilientes que sepan gestionar los riesgos de manera estratégica. Y una forma de responder a esta dinámica es formar a empresarios y directivos que sepan asumir el liderazgo en medio de un entorno cambiante, en el que los riesgos hacen parte de su realidad. Como se menciona en un informe de la Consultora KPMG en 2020: “El proceso de gestión de riesgos de las organizaciones debería proporcionar información estratégica importante sobre los riesgos a largo plazo y no centrarse solo en cuestiones operacionales o de cumplimiento”.
Por ello, en medio de tanta incertidumbre, las empresas que logren gestionar efectivamente sus riesgos (financiero, operativo y de continuidad de negocio, legal, digital y de ciberseguridad, de lavado de activos, entre otros), optimizando la relación riesgo-rentabilidad, podrán anticiparse y adaptarse a los continuos cambios que se dan actualmente en el mundo.
Colombia tiene una gran oportunidad de seguir avanzando, si somos conscientes de las nuevas realidades sociales, tecnológicas, educativas y económicas que impactan a las empresas en los distintos sectores, y de traducir este impacto en la gestión de riesgos con una visión estratégica, de tal forma que permita fortalecer la resiliencia organizacional.
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