Not Basic: segundas oportunidades por un mejor planeta


El emprendimiento de Mariana Betancourt, graduada en Comunicación Social y Periodismo, fusiona su pasión por la moda con su compromiso con una economía más sostenible.
Mariana Betancourt creció en una familia rodeada de mujeres. Desde niña, estaba acostumbrada a heredar ropa y a compartir la suya, lo que le permitió descubrir la magia de las segundas oportunidades, especialmente cuando se trataba de ropa que le ayudaba a expresar su personalidad mientras jugaba a combinar diferentes estilos. Desde entonces, se enamoró de la moda. Hoy, a través de su emprendimiento, Not Basic Colombia, impulsa un propósito sostenible: alargar el ciclo de vida de las prendas mediante su venta de segunda mano.
A nivel personal, la graduada de Comunicación Social y Periodismo y de la Maestría en Gerencia y Desarrollo de Personas disfruta visitar mercados de pulgas o tiendas vintage. Por eso, en su clóset está lleno de prendas con historia. “Lo que yo presento a través de mi marca, desde la curaduría de la ropa hasta toda la imagen y todo el contenido que creo, de alguna manera refleja mi estética, mi estilo y quién soy. Es una extensión de mi ser”, cuenta la también Jefe de Prácticas y Alumni de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas.
Y es que Not Basic refleja su conciencia ambiental y su convicción en el poder de las pequeñas acciones. “Mi emprendimiento de moda circular busca aportar al medio ambiente, a tener una economía más sostenible y pretende inspirar a la sociedad con un ejemplo positivo”, explica. Todo empezó después de la pandemia, cuando Mariana reflexionó sobre sus hábitos de consumo, lo que la impulsó a construir una plataforma, en 2023, para extender el tiempo de utilidad de la ropa. “En un principio, ofrecía mis prendas, pero cuando vi que llamaban la atención, empecé a convocar a otros para que le dieran una segunda oportunidad a aquella ropa que tal vez ya no hacía parte de sus preferencias pero que tenía todo el potencial para ser la primera elección de otras personas”, recuerda.
Es así como Not Basic consigue su mercancía: a través de personas o tiendas que entienden el valor de prolongar la vida de los objetos. Por un lado, este emprendimiento funciona con un modelo de consignación, en el que los interesados pueden entregar su ropa y recibir una comisión cuando se concreta la venta. En otros casos, Mariana compra directamente las prendas, ya sea a sus dueños o en tiendas de segunda mano, para luego revenderlas con descuentos de hasta el 70% respecto al valor original.
“Uno de nuestros principales focos a la hora de recibir ropa es priorizar marcas colombianas”, asegura Mariana, quien plantea que para Not Basic es importante que este emprendimiento funcione como una vitrina para destacar lo mejor de la producción nacional. Además, asegura que, en el proceso de recepción de las prendas, todas ellas atraviesan un proceso de curaduría que busca asegurar la calidad. “Buscamos que no tenga manchas o reparaciones complejas de hacer. A todas les hacemos un proceso de lavado y cuidado, para que queden lo más perfectas posible para nuestro cliente final. Aunque compren ropa de segunda, con nosotros estrenan”, asegura.
Otra forma en la que Not Basic le da nuevas oportunidades a las prendas es a través de la opción de alquiler. “La idea es que las personas que necesitan una prenda para un evento puntual no caigan en la práctica del sobreconsumo, comprando algo que solo usarán una vez. Así pueden aprovecharla y luego devolverla para que podamos seguirle dando uso”, explica Mariana.
Pero el propósito de Mariana va más allá de lo comercial. Not Basic es también una herramienta para educar. A través de su contenido y presencia en eventos, busca generar conciencia sobre el consumo responsable. “Queremos que las personas se pregunten antes de comprar si realmente lo necesitan, que aprendan a aprovechar lo que ya tienen. Así ayudamos a reducir la sobreproducción y el hiperconsumo”, señala. Y para ampliar su impacto, por cada prenda vendida, Not Basic dona una a personas o fundaciones que la necesitan.
Formándose para emprender
Para Mariana, el origen de su perfil como emprendedora está en su formación como comunicadora social y periodista. “Me dio las competencias blandas que todo emprendedor necesita y, además, me permitió fortalecer temas técnicos como habilidades de relacionamiento, diseño y me permitió saber cómo comunicarme para vender mi marca”, cuenta la graduada. Sin embargo, fue su maestría, en Gerencia y Desarrollo de Personas, la que le creó una mayor conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad. “Fue uno de los espacios que más me abrió el panorama sobre cómo podíamos aportar a que el mundo fuera mejor cada día”, asegura.
Asimismo, Mariana ha encontrado en la Universidad un lugar clave para continuar desarrollando su emprendimiento: “Ha sido un gran aliado para mí en temas de formación, para construir redes de contacto y participar en espacios como la Feria de la Semana de la Innovación y Emprendimiento y en la Semana de la Escuela Internacional, que me han permitido dar a conocer no sólo mis productos, sino también mi iniciativa”, concluye.
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