La tendencia de los estudios de posgrado en Colombia

Por Jorge David Páez Monroy, director General del Instituto Forum.

De acuerdo con los comportamientos y las cifras que se observan en el Sistema de Información del Ministerio de Educación Nacional, y con los resultados en el crecimiento de programas de formación posgradual en las universidades, la tendencia sigue siendo hacia especializaciones y maestrías de profundización innovadoras, que estén en diálogo con las necesidades empresariales y que sean pertinentes con la formación de calidad, al atender ejes y competencias que respondan al mercado laboral, entre las cuales se deben tener en cuenta las formas de pensar para la resolución de problemas con creatividad y de manera ágil, así como la forma de enseñar a convivir en el mundo con responsabilidad personal y social, articulándose con la ciudadanía global. Programas con mecanismos para integrarse al mundo, como las tecnologías digitales, la información y el manejo eficiente de los datos, y con relacionamiento colaborativo para la construcción conjunta de nuevo conocimiento que lleve al crecimiento del país. Es importante tener en nuestro país posgrados virtuales, presenciales o la combinación de los anteriores.

Se puede decir que las especializaciones, maestrías y MBA favorecen la adquisición de nuevas competencias, de manera ágil y contundente, para afrontar los requerimientos del mercado laboral y las competencias tan apetecidas por los empresarios, por lo cual son tan atractivas para estudiantes jóvenes que desean contar con conocimientos, capacidades y actitudes para competir en esta cuarta parte del siglo XXI de manera pertinente. Continúan en crecimiento los posgrados en las áreas de gestión, gerencia y administración.

La formación presencial frente a la educación virtual

Desde hace varios años se viene observando la tendencia de crecimiento de la formación en posgrados mediante los procesos llevados on line a nivel mundial, dando mayores oportunidades de abrirnos al mundo del conocimiento al romper fronteras, con la posibilidad de acceder a otras culturas y construir alternativas de solución de problemas en el sector productivo de manera colectiva,compartiendo o aprendiendo de las buenas prácticas de la formación posgradual, a partir de nuevas modalidades y metodologías para gestionar y adquirir conocimiento.

Colombia lleva varios años en esta modalidad; sin embargo, ha sido tímida en el desarrollo de estos procesos, quizá por la calificación que se le tenía a esta formación “de baja calidad”. Es así como se ha constituido para el país en un reto, pero también en una solución en el modo de educar. Se sabe que, incluso antes de la emergencia sanitaria causada por el COVID-19, los modelos virtuales en la educación superior en Colombia venían desarrollándose en el marco del aseguramiento de la calidad, atendiendo a las demandas globales de la educación superior, tal como lo han solicitado decretos que rigen la educación superior y que, hoy por hoy, se hacen explícitos en el Decreto 1330 del 25 de julio de 2019, en el cual se invita a una realidad de inclusión, equidad y fortalecimiento de la internacionalización, con las condiciones de calidad requeridas para ser competitivos en este tipo de modalidad de formación posgradual.

Se puede decir que las especializaciones, maestrías y MBA favorecen la adquisición de nuevas competencias, de manera ágil y contundente, para afrontar los requerimientos del mercado laboral.

La formación posgradual de los profesionales a partir de esta modalidad se abre a un mundo de posibilidades. Por un lado, la oportunidad y el espacio de flexibilidad para los estudiantes de posgrado que desean continuar sus estudios con un manejo del tiempo y, por el otro, al garantizarles el poder responder a competencias requeridas por el mercado laboral, que sin duda alguna se dan en su formación, como el manejo de datos en la era digital, las comunicaciones y el conocimiento digitales, la gestión de la información, el trabajo colaborativo y en red.

Es muy claro que la educación virtual es todo un modelo de calidad y que, sin duda alguna, con esta oportunidad de formación se fortalecerá el eje de competitividad para el país en la formación del talento humano.

En la Universidad

La comunidad universitaria de posgrados cambió el paradigma de una clase presencial por la metodología remota o Hyflex, y por unas metodologías en las cuales, tanto quien aprende como quien enseña, toma consciencia de sus propias ideas como un primer paso hacia su transformación y la resolución de problemas reales, en los que se aplique la relevancia práctica en beneficio de las personas, las organizaciones y, por ende, de la sociedad.

Para seguir creciendo, el camino es continuar el proceso de evolucionar apoyados en la idea de una universidad de tercera generación, que cuente con un portafolio ágil, un escalamiento del sistema de aprendizaje, una arquitectura para la investigación y que se caracterice por ser una organización innovadora. Esta nueva forma de hacer las cosas es un aprendizaje constante que lleva a un mejoramiento continuo, en donde lo importante es tener claro que las circunstancias cambian lo que hacemos, pero nunca lo que somos.