¿Qué hay detrás de las protestas en América Latina?

Durante el 2019, América Latina se vio inmersa en una serie de protestas sociales, que buscaban soluciones efectivas por parte de los gobiernos de turno para las necesidades de los ciudadanos. Aunque cada una, según el país, se centró en ideales diferentes, se evidenciaron algunos puntos en común en relación con qué motivó a las personas a tomarse sus ciudades, en aras de exigir los derechos que sentían vulnerados.

Pese a que Colombia, Chile, Perú, Bolivia y Ecuador tienen mucho en común, la realidad evidencia que la corrupción, la pobreza, el desempleo, pero, sobre todo la desigualdad son los grandes causantes de lo que algunos analistas determinaron como “la primavera latinoamericana”.

Se ha demostrado que la protesta puede durar y ser perdurable en el tiempo, lo que ha creado la sensación de que es ahora o nunca el momento de buscar reformas sociales.

La gran fuerza promotora de estos espacios la conforman los jóvenes, cuya generación se ha concentrado más en cursar estudios o en trabajar -pocos realizan las dos labores-, propiciando un contexto para tomarse las calles y protestar contra los gobiernos, las políticas o los aspectos sociales que consideran que fallan en sus países.

Para Roberto García, experto de la Universidad de La Sabana y doctor en Ciencias Políticas y Administración, los hilos en común de las protestas en la región se desencadenaron debido a los siguientes aspectos.

Un contexto semejante

A pesar de que en los últimos años los países latinoamericanos han logrado reducir las brechas entre ricos y pobres, las cifras que revelan el índice de Gini muestran la desigualdad como una enfermedad de los países de esta región. Este índice se concentra en calcular la desigualdad de ingresos entre los ciudadanos de un país. Por lo tanto, cuanto más cerca está al 0, menor es la desigualdad. Por ejemplo, Colombia fue evaluado con 49.7 puntos; Chile: 46.6 puntos; Ecuador: 44.7 puntos; Perú: 43.3 puntos, y Bolivia: 44 puntos. Todos están entre los 40 y 50 puntos: lo que demuestra su cercanía y las grietas entre acaudalados y necesitados.

Para el profesor García, “Somos el continente más desigualitario. Este tipo de contactos favorecen la protesta”. Las personas identifican las falencias, sobre todo económicas. A partir de allí, deciden actuar en pro de sus derechos.

Cambio generacional

“Tenemos un cierto cambio generacional; las personas que normalmente protestan son las más jóvenes. Esto se debe a que han vivido otro tipo de épocas; tienen, por ejemplo, una mentalidad más abierta que la que tenían sus padres. Además, tienen mucho más en común con los jóvenes de otros países, debido a la conectividad y a la globalización”, agregó el profesor García.

Así, los millenials podrían representar un cierto cambio en la región. Por ejemplo, y de acuerdo con el estudio Millenials en Latinoamérica, del Banco Interamericano de Desarrollo1 , el 39 % de los jóvenes en Colombia y el 54 % de Chile se dedican únicamente a estudiar. Esto, además, favorece que dispongan del tiempo para protestar.

Efecto contagio

Para la psicóloga social y profesora de la Universidad de La Sabana, Laura Sarmiento, el efecto de contagio tiene relación con “Los discursos y prácticas sociales que están circulando en el mundo; es la capacidad retórica de convencer y la apropiación del discurso”. Estas guían a las personas a tener un nuevo sentido social y a llevar a cabo esas prácticas como las protestas.

Con relación a lo sucedido en cada país, la profesora dice: “El individuo no se comporta de la misma forma cuando estamos solos o en multitud. Nosotros nos despersonalizamos y tomamos las emociones del grupo social [con el que nos sentimos identificados]”.

Por su parte, el doctor García explica desde las ciencias políticas la experiencia de cada nación: “Se ha demostrado que la protesta puede durar y ser perdurable en el tiempo, lo que ha creado la sensación de que es ahora o nunca el momento de buscar reformas sociales”.

Aún son muchas las aristas del tema, no solo sociales, sino también económicas y corresponden a la realidad de cada país. Por ello, Campus seguirá entregando una serie de notas que permitirán analizar la situación.