11 lecciones clave para las mujeres emprendedoras

Por: Pilar Sepúlveda Calderón, profesora del Departamento de Innovación y Emprendimiento.

Después de un corto, pero inspirador encuentro con emprendedoras de Tocancipá y Gachancipá, y de percibir su empuje mezclado con desesperanza, encuentro una oportunidad para hablarles a todas las mujeres emprendedoras y compartirles algunos aprendizajes adquiridos en las etapas difíciles. Estas etapas pueden hacernos crecer, lograr cosas que suponíamos inalcanzables y cambiar la actitud frente a los inesperados cambios de la vida. Por esto, quiero contarles mis 11 lecciones, compiladas a partir de los aciertos y desaciertos personales, profesionales y empresariales.

1. Conócete, es inspirador

Examina tu interior y descubre tus fortalezas, habilidades, conocimientos, debilidades y miedos. Las mujeres estamos acostumbradas a llevar las cargas de todos los miembros de la familia y, en ocasiones, esto nos impide vivir nuestra propia vida. Entreguemos esas cargas a quien corresponda para liberarnos e ir más livianas en el proceso de autoconocimiento.

2. Visualízate

Una vez descubras cuál es tu misión en la vida, traza un plan detallado y visualízate en este. Te aseguro que llegarás. Debes ir cumpliendo pequeñas metas y tener paciencia y disciplina para llegar a la cumbre soñada.

3. Capacítate, fórmate

Ya te conoces y reconoces tus fortalezas y debilidades como persona, profesional, emprendedora. Ahora, tienes la responsabilidad de potencializar esas fortalezas y contrarrestar las debilidades. Para ello están los procesos de formación, para darnos conocimientos que nos lleven a la reflexión y al desarrollo de habilidades directivas y emprendedoras.

4. Permítete sentir miedo

Sabemos que el emprendimiento es riesgoso, que es un proceso arduo, con subidas y bajadas, y que se enfrenta a escenarios inciertos. Por tanto, es válido sentir miedo. Sin embargo, no es válido dejar que el miedo nos paralice y frene nuestros sueños. El miedo se enfrenta con valor y decisión.

5. Actúa

El emprendimiento es acción. Tenemos que empezar a estructurar nuestro proyecto empresarial y probar el modelo de negocio. Para esto, es válido pedir ayuda. Desarrolla habilidades comerciales, deja la vergüenza y vence la timidez. No es un proceso fácil, pero es la oportunidad perfecta para que el mercado nos retroalimente, aprendamos de los aciertos y desaciertos, y empecemos a crecer.

6. Construye redes

Después de formarte y tocar puertas, tienes la oportunidad de: 1) compartir con otros emprendedores, líderes comunitarios y del gobierno, facilitadores, profesores y empresarios; 2) dejar una recordación en cada interacción que tengas con todas estas personas; 3) empatizar con los actores reconocidos del ecosistema o con personas que son clave para la operatividad de la empresa; 4) gestar relaciones con proveedores, aliados estratégicos o clientes a largo plazo. Se necesita una red y la primera y más importante es entre ustedes, mujeres emprendedoras.

7. Rodéate del mejor talento

Sé que esto produce algo de miedo, porque el talento vale y mucho. Pero es una buena apuesta, sobre todo si este comparte tus principios y valores.

8. Investiga el mercado; no salgas con un nuevo producto o servicio sin conocerlo

Dedica tiempo a observar y escuchar. Indaga con detalle y registra cómo actúan y se comportan tus clientes ideales para encontrar un nicho al cual dirigir todos los esfuerzos de mercadeo. El nicho es ese grupo de consumidores, usuarios o clientes que están dispuestos a pagar un sobreprecio por el valor superior que estás ofertando.

9. Aprende de marketing digital o busca a un especialista

Es una obligación entrar al mundo online. Hay herramientas digitales que facilitan los procesos de comercialización, ayudan a comunicar los valores de la marca y a posicionarla, y permiten un conocimiento del comportamiento del cliente en tiempo real y un relacionamiento más directo y efectivo.

10. Mantente atenta a los detalles

No descuides ni subestimes los detalles, puesto que en estos puede estar la diferencia y lo que tus clientes más valorarían.

11. Ten una actitud positiva

La actitud marca la diferencia y en el emprendimiento lo es todo. El emprendimiento pasa por etapas, unas más riesgosas y otras exageradamente peligrosas, pero una actitud positiva permitirá ver la crisis como una oportunidad, administrar efectivamente el riesgo, aprender y crecer a través del cambio y medir el peligro para enfrentarlo con valor.

En el emprendimiento el riesgo es enorme. Trabaja duro, con pasión. Ten paciencia, porque, al final, la recompensa llegará.