Pautas para una crianza amorosa

La familia es el primer lugar de los aprendizajes y allí se construyen las bases para la convivencia social. “En la familia se tejen las relaciones interpersonales, se establecen las formas de comunicación, las normas, las reglas, las formas de expresión del afecto, los valores y las virtudes que van a acompañar a sus miembros durante la vida y que, por consiguiente, se van a llevar a todos los espacios en los que se desarrolla la cotidianidad”, explica Ana Margarita Romero, directora del Instituto de La Familia.

Este tiempo de pandemia ha demandado esfuerzos adicionales. El estrés de la familia se ha elevado por diversos factores: consecución de ingresos, pérdida del empleo (en ocasiones), dificultad de la educación de los hijos por el cierre de colegios, miedo e incertidumbre; además de la escasez de apoyos para enfrentar estas situaciones. Por tanto, los niños y adolescentes pueden sufrir las consecuencias.

¿Cómo poner en práctica, ahora y para siempre, una crianza amorosa que resulte en la formación de personas con valores y habilidades que refuercen aspectos favorables en la sociedad? Expertos del Instituto de La Familia presentan las siguientes recomendaciones:

Educación en el amor

“En el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022: Pacto por Colombia, pacto por la equidad, del actual Gobierno, se propone una de las acciones prioritarias: la consolidación de una cultura de paz en el país. Ante esta, la violencia es uno de los problemas más graves de la sociedad colombiana. Una cultura de paz se construye, por una parte, con un sistema judicial eficiente; y, por otra, con una acción preventiva y una educación en el amor, para el amor”, explica Cristian Conen, profesor del Instituto de La Familia. Para ello, recomienda cuatro aspectos:

1. Cambiar el foco de la educación familiar, pero también el de la educación escolar y universitaria (hoy dirigidas prioritariamente al desarrollo de competencias para el éxito laboral y económico) hacia el desarrollo de hábitos, criterios y conductas que permitan el éxito familiar.

2. Fortalecer la educación experiencial en las virtudes humanas (prudencia, fortaleza, templanza y justicia), como eje de las acciones de amor, a través de dos medios altamente eficaces para la educación experiencial: el deporte y la amistad.

3. Que, de manera gradual, según su desarrollo, las nuevas generaciones de colombianos puedan responder con claridad a las siguientes preguntas: ¿qué es amar?, ¿cómo se ama?, ¿cómo se ama bien?, ¿cómo se elige pareja?, ¿cómo se crece en el amor?, ¿cómo madura una relación de pareja?, ¿cómo se cuida una relación de pareja?, ¿cómo se sana y cómo se restaura?

4. Que los padres y educadores optimicemos el esfuerzo por vivir en coherencia con las virtudes, los criterios y las ideas a las que queremos atraer a nuestros hijos, para enseñarles a saber amar.

Autoridad y empatía para la crianza amorosa

“Algunos padres, madres y cuidadores creen erróneamente que la autoridad en la familia quedó en el pasado, porque eso implica ser tirano y maltratar a los hijos, no ser amigo de ellos”, explica Victoria Cabrera, jefe del Departamento de Dinámica Interna de Familia del Instituto de La Familia. “Por el contrario, el ejercicio de la autoridad consiste en ayudarles a los hijos a crecer, a ser mejores personas cada día, a exigirles buen comportamiento y, al mismo tiempo, darles afecto, cariño y apoyarlos cuando están en problemas”, agrega. ¿Cómo mantener el equilibrio de autoridad y empatía? La doctora Cabrera recomienda considerar cinco aspectos:

1. Lo primero: ¡sea usted ejemplo para su hijo! Si le exige que cumpla alguna norma, usted es el primero que debe cumplirla.

2. Apóyelo en las reuniones con los amigos, que se encuentre con ellos vía virtual, para jugar, cocinar, contar experiencias, entre otras actividades.

3. Busque que su hijo colabore con las tareas del hogar; asígnele responsabilidades propias de su edad y para ayudar a otros. Esto aumentará su responsabilidad y colaboración.

4. Enséñele a su hijo a seguir instrucciones, así esto implique posponer alguna actividad personal. Ello es necesario para adquirir rigurosidad en las actividades académicas.

5. Haga respetar la figura de autoridad del otro padre (así se encuentren separados) y la suya propia. Si su hijo respeta la figura de autoridad, aprenderá a respetar a la autoridad en general y esto lo convertirá en un buen ciudadano.

¿Cómo poner en práctica, ahora y para siempre, una crianza amorosa que resulte en la formación de personas con valores y habilidades que refuercen aspectos favorables en la sociedad?

Herramientas para ejercer el amor en la crianza

“La relación entre padres e hijos debería ser, por definición, la que más contribuye a generar en el niño la seguridad que da sentirse incondicionalmente querido y que le permite sentir que cuenta con sus padres”, expone Annabel Astuy, profesora del Instituto de La Familia.

“La creación de un entorno seguro y afectuoso para el niño, tanto en su hogar como en la escuela, desde los primeros años de vida, es clave para crear sociedades altruistas, empáticas y resilientes”, añade la profesora Annabel. ¿Qué acciones prácticas podemos implementar para criar con base en un amor incondicional adecuado? La profesora Astuy recomienda:

1. Saludar al llegar a casa y despedirse al salir de esta. A veces, se evitan los momentos difíciles, dolorosos, a fin de eludir el sufrimiento. Sin embargo, las despedidas son necesarias para aprender a crecer, a dejar atrás ciertas etapas. Además, es muy provechoso atender a los que lleguen a casa; que se note que llegó o que llegaron.

2. Atreverse a expresarles ternura a los hijos, sin importar ni su edad ni su sexo. Celebrar los logros de sus hijos (por pequeños que sean, la medida es cuán importante es para ellos).

3. Pedirles a los hijos que propongan dónde y cuándo estudiar para cumplir con sus deberes. Así se establecen los acuerdos, cuidando que sea posible su cumplimiento de manera racional.

4. Si el hijo está en una etapa desafiante, es muy conveniente evitar las expresiones “no hagas”, “no digas” o el “deja hacer”, para indicar que debe mejorar su conducta. En su lugar, solicite o presente sus peticiones como si se dirigiera a un desconocido, a alguien que no pertenece a su familia. “Tratar en forma afectuosa, respetuosa y educada es la mejor forma de tener una buena relación” (Cyrulnik, 2001).

5. Reconocer sus emociones, sus sentimientos, validarlos, permitir que los expresen (miedo, rabia, tristeza, entre otras). Claro está, hay que educar la forma con el ejemplo: “comprendo que estés triste”; permitir el llanto con una compañía presente, pero silenciosa.

Los retos compartidos de las instituciones y comunidades para buscar el cambio cultural de la crianza amorosa

“La infancia es una responsabilidad compartida entre el Estado, la sociedad civil y las familias, y estos, mediante el trabajo colaborativo, permiten que los niños y adolescentes alcancen los horizontes de desarrollo más ambiciosos de su propio desenvolvimiento personal y colectivo”, explica María del Carmen Docal, profesora del Instituto de La Familia. ¿Cómo llevar a la práctica algunas acciones para atender los retos compartidos en las instituciones y las comunidades? La profesora Docal propone:

FamiliaComunidadInstituciones Educativas

Cambiar el foco de la educación familiar. Es decir, orientar la mirada hacia el desarrollo de hábitos, criterios y comportamientos que es necesario fundar, y vivir relaciones interpersonales y familiares estables y armónicas.

Promover mediante acciones de pedagogía social el reconocimiento de las emociones y de los sentimientos de todos los miembros de la familia, en especial de los más jóvenes, y enseñar a las comunidades a validarlos.Vincular a las acciones ya existentes de los programas y proyectos de bienestar, salud y educación, la promoción de acciones de educación familiar en valores y virtudes humanas como la prudencia, la fortaleza, la templanza y la justicia, como el fundamento de las relaciones interpersonales en lógica amorosa.

Permitir a niños, niñas y adolescentes que cumplan con sus compromisos, y que desarrollen su autonomía.

Aprender a vivir en paz, respetar los derechos humanos y erradicar todas las formas de violencia es un compromiso de todos y, por tanto, también de las comunidades.Cualificar los equipos profesionales y técnicos para vincular en los proyectos y programas acciones orientadas a permitir a niños, niñas y adolescentes que cumplan con sus compromisos, y que desarrollen su autonomía.

Fortalecer la cultura de paz como mecanismo para ganar en espacios donde los niños y las niñas se sientan seguros y protegidos.

Promover en las comunidades la necesidad de enseñar a las personas a que asuman las consecuencias de las decisiones y acciones individuales y colectivas.Aprender que vivir en paz, respetar los derechos humanos y erradicar todas las formas de violencia también es un compromiso de las instituciones y de sus colaboradores.

 

El Instituto de La Familia también pone a su disposición esta publicación elaborada en conjunto con la Consejería Presidencial de Niñez y Adolescencia, en la que nuestros profesores presentan más recomendaciones sobre estos temas. https://www.unisabana.edu.co/fileadmin/Archivos_de_usuario/Documentos/Documentos_Empresa_y_Sociedad/Instituto_de_La_Familia/Renovacion_pagina_web/Cartilla_En_Casa_Cuidamos_Amor_herramientas_sept_2020.pdf

Así mismo, están cordialmente invitados a revivir el seminario web que se realizó al respecto en septiembre pasado. https://youtu.be/XsbiA_pCjOo