Alteraciones físicas y mentales en los niños por la exposición a los dispositivos móviles

Margareth Alfonso,profesora de la Maestría en Fisioterapia de la Universidad de La Sabana, está desarrollando una investigación para determinar el daño que genera en los adolescentes la exposición a las pantallas, a fin de evidenciar cómo la transferencia de conocimiento de estos hallazgos entraña un impacto tangible real o potencial.

La principal problemática que incentivó este estudio se dio a partir de una mirada a la estructura social actual, que induce a muchas personas a destinar largos períodos de alta conectividad con dispositivos electrónicos, sobre todo con los dispositivos móviles, y que ha disminuido considerablemente la cantidad y la calidad del movimiento corporal, dejando de lado la actividad física.

La profesora Margareth aplicó una prueba de dependencia móvil a una muestra de 680 niños y adolescentes de colegios públicos de la región Sabana Centro de Cundinamarca, la cual le permitió concluir que la alta exposición a los aparatos electrónicos puede generar alteraciones físicas y mentales que comprometen el buen desarrollo psicomotriz de los estudiantes en sus primeras etapas de la vida.

La investigadora comparte algunos de los hallazgos:

¿Cuáles son las principales conclusiones de la investigación?

Si bien aún no hemos dado por finalizada la investigación, debido a que nos encontramos en la fase de intervención, en la fase anterior pudimos encontrar algunos resultados:

  • El 43 % de los adolescentes tiene un grado de dependencia al dispositivo móvil. Existe una prevalencia estimada del 56 % de dolor musculoesquelético, tanto en niños como en adolescentes.
  • Más de la mitad de los adolescentes tiene un nivel bajo y muy bajo de actividad física.

Todo lo anterior genera un efecto de deterioro físico, cognitivo y emocional. Por eso, este estudio nos orientará en la creación de acciones coordinadas que, desde la analítica y el discurso social que rodea a los adolescentes, permitirán guiarlos en el cuidado de sí mismos, en su autorregulación y autogobernanza, como un medio para que sigan su desarrollo como ciudadanos saludables.

¿Qué características tiene un adolescente con dependencia a los dispositivos electrónicos?

Las principales características son:

  • Bajo nivel de actividad física y altos índices de comportamiento sedentario.
  • Algún tipo de dolor musculoesquelético en la cabeza, el cuello, los hombros y la espalda.
  • Alteración en la calidad del sueño.
  • Desregulación emocional.
  • Dificultad en el aprendizaje y los procesos cognitivos, sobre todo en la atención y la memoria.

¿Cómo identificar de manera temprana el desarrollo de una dependencia?

Hay signos evidentes de dependencia: chequear el teléfono de forma repetida, aun sin que haya notificaciones; posponer las horas de sueño por causa del móvil o la pantalla; ver el teléfono móvil como primera acción en la mañana; no mantener conversaciones con contacto visual por estar viendo el móvil; y presentar dolor en el cuello y la espalda.

¿Algunos consejos o recomendaciones para tratar con algún adolescente que muestre estos síntomas?

Una de las recomendaciones que estamos implementando en la intervención es la aplicación de las guías canadienses de 24 horas, creadas por la Sociedad Canadiense de Fisiología del Ejercicio en colaboración con la Agencia Canadiense de Salud Pública (CSEP) (Queen’s University).

Con esta, buscamos un cambio frente a todas las áreas que abarca: el sueño, el tiempo de actividad física ligera, moderada y/o vigorosa y el tiempo de entretenimiento de los adolescentes frente a las pantallas. Se les explica por qué es determinante tener buenos hábitos de sueño con los mismos horarios, ser conscientes de las horas que deben dormir según su edad y los tiempos ideales para realizar actividades que impliquen un mayor gasto energético.

Además, dejar el teléfono fuera del cuarto, establecer límites de uso, saber cuáles son buenos hábitos y cuáles son perjudiciales; por ejemplo, usar el teléfono para consultar aspectos académicos sería un uso sano, pero usarlo de forma excedida en redes sociales sería un uso perjudicial.

Establecer normas de uso en la casa, el colegio y los horarios sería una estrategia muy efectiva, así como poner el teléfono en escala de grises para minimizar la atención del cerebro en el teléfono.”