La Sabana es pionera en nanotecnología para motorización terapéutica de fármacos

Uso seguro y costo efectivo de medicamentos

Entrenamiento en el uso del nanobiosensor. En la foto: Vivían Marcela Garzón, estudiante del Doctorado de Biociencias de tercer año y, la doctora Rosa Helena Bustos, jefe del Grupo de Investigación Evidencia Terapeútica.

Por primera vez en Latinoamérica es posible medir medicamentos biológicos en sangre mediante la tecnología de nano-biosensores, la cual permite identificar los niveles adecuados de un medicamento, la producción de anticuerpos y si el tratamiento terapéutico es el adecuado, de acuerdo con nuestra farmacogenética, entendida como la variabilidad genética de una población en respuesta a determinados fármacos.

Este desarrollo se debe al trabajo realizado durante cuatro años por el grupo de investigación Evidencia Terapéutica, liderado por la doctora Rosa Helena Bustos en colaboración con los profesores y residentes del posgrado de Farmacología Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana. Por medio de la línea en aplicaciones bioanalíticas, han liderado varios proyectos interinstitucionales en el país y en el exterior, financiados por Colciencias, para el diagnóstico médico, con potenciales biomarcadores para mejorar la expansión de células madre y con la medición plasmática de Antimicrobianos (therapeutic drug monitoring TDM), a través de la producción de anticuerpos, como una de las estrategias para la disminución de la generación de gérmenes multirresistentes.

Un biosensor es un dispositivo sofisticado que evalúa en tiempo real interacciones moleculares. Al tener escala “nano”, se pueden medir concentraciones con una alta sensibilidad y específicas biomoléculas como proteínas, enzimas, anticuerpos o moléculas de síntesis a través de un sistema físico de detección y amplificación, que traduce una reacción en un número para facilitar el diagnóstico de una enfermedad o desequilibrios que pueden revelar el padecimiento o predisposición.

“Con esta innovación pasamos de la tecnología Elisa a biosensores, la cual es más sensible, medible, reproducible y costo-efectiva, con la posibilidad de llevarla a la cabecera del paciente, con el fin de agilizar el proceso y así, conocer su condición terapéutica en tiempo real. Se espera adaptar el biosensor para TDM al tamaño de un glucómetro”, afirma el doctor Julio César García, investigador del grupo.

La importancia de este avance, de acuerdo con varios estudios del grupo, se traduce en beneficios para el paciente, los médicos y el sistema de salud, en el manejo adecuado de los medicamentos, ahorro de tiempo, cambios en la terapia de forma racional y reducción de costos. Todo esto está orientado a mejorar el acceso a los medicamentos, calidad e impacto en los pacientes, así como su impacto en términos de costos.

Desde el punto de vista científico, según la doctora Bustos, este adelanto es importante porque da continuidad a la línea de investigación con el desarrollo de productos y publicaciones, formación de estudiantes, potenciando la medicina traslacional y el uso de tecnologías convergentes.

El grupo de investigación continúa con el desarrollo de esta nanotecnología para medir los anticuerpos frente a medicamentos de origen biológico que pueden disminuir la efectividad del medicamento o producir efectos secundarios. Se espera desarrollar múltiples usos en Farmacología para ofrecer, a corto plazo, servicios específicos a la sociedad, la industria farmacéutica, el Ministerio de Salud y Protección Social y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).