Vocación de servicio: aportando al desarrollo del otro

Cuando se estudia una carrera que lleva inmerso un sentido social, las competencias adquiridas deben articularse naturalmente con la vocación de servicio.

Cuando se estudia una carrera que lleva inmerso un sentido social, las competencias adquiridas deben articularse naturalmente con la vocación de servicio.  El hecho de sentir pasión por ayudar al otro, marca una gran diferencia en el actuar profesional y lleva a abordar a la persona y a la sociedad bajo una perspectiva de servicio humanizado.  

La vocación de servicio fue la que impulsó a María Eugenia Serrano Gómez, Directora de Maestrías y Especializaciones de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, y a sus estudiantes de fisioterapia a llegar a la vida de Juan Diego e iniciar a cambiar su vida y la de su familia.

La historia cuenta lo siguiente: hace algunos años, Juan Diego no tuvo clase en su colegio, motivo por el cual su madre, auxiliar de oficios varios de una institución de prácticas formativas del programa de fisioterapia de la Universidad de La Sabana, lo llevó con ella a su trabajo.  Para la fecha, Juan Diego tenía cuatro años. 

Estando en la institución, Juan Diego se acercó al lugar en el que se encontraban la profesora María Eugenia y el equipo de estudiantes de fisioterapia que realizaban sus prácticas formativas allí.  Mientras ellas desarrollaban un club de revista, el niño se entretuvo coloreando un libro de actividades que sacó de su maleta.  Sin que se sintiera observado, la profesora llamó la atención de las estudiantes sobre la forma en que el niño agarraba el lápiz e iniciaron un proceso de observación; el agarre era grueso y la posición de su mano pareciera indicar alguna deficiencia relacionada con el tono de sus músculos.  Cansado de colorear, el niño decidió caminar por el salón, mientras la profesora y sus estudiantes continuaban observándolo y analizando los patrones de movimiento; a simple vista, su marcha también indicaba la existencia de elementos del desarrollo neuromotor que no se encontraban acorde al patrón esperado para su edad.     

En ese momento, la profesora decidió conversar con la madre de Juan Diego, y frente a las inquietudes planteadas, ésta comentó que junto con su niño, ella había asistido a los controles de crecimiento y desarrollo de manera regular.  Comentó también que en algunas ocasiones le habían sugerido que estimulara en Juan Diego actividades de motricidad fina y gruesa, y que incursionaran en algún deporte.  Nunca le sugirieron ningún tipo de examen diagnóstico ni tratamientos terapéuticos.

Frente a lo anterior, la profesora María Eugenia le solicitó su consentimiento para proceder a realizar una evaluación del desempeño neuromotor de Juan Diego.  La madre aceptó y el equipo de fisioterapia de la Universidad de La Sabana inició el proceso de valoración/evaluación del niño.  Con sorpresa, encontraron signos de disfunción neuromotora en su hemicuerpo derecho; entre estos, asimetría del tórax, ligera hipertonía muscular, hiperreflexia osteotendinosa y fallas en el equilibrio y la coordinación.

Con el detalle de la valoración realizada, ese mismo día el niño pasó a consulta con la fisiatra de la institución, y le fueron ordenados exámenes para establecer un diagnóstico médico preciso.

Al cabo de un tiempo, y con los resultados de los exámenes practicados, se diagnosticó una hemiparesia espástica derecha.  Este diagnóstico no sólo repercute en la persona; sus repercusiones alcanzan el entorno familiar y social.  Frente a los hechos, María Eugenia sintió frustración y dolor, puesto que se habían desaprovechado cuatro valiosos años en que los mecanismos de plasticidad cerebral de Juan Diego hubiesen determinado un mejor desarrollo en todas sus esferas.

Por lo anterior, el equipo de fisioterapia de la Universidad de La Sabana se comprometió con brindarle a Juan Diego y a su familia alternativas terapéuticas que favorecieran su calidad de vida y su participación en los entornos propios para su edad.  Fue así como se dio inició a un proceso de interacción que incluyó al niño, a su familia y a su colegio como actores principales. 

Después de un mes de tratamiento intensivo, que incluía estrategias de las Terapias de Neurodesarrollo, Integración Sensorial y TheraSuit, Juan Diego había alcanzado importantes logros: caminaba y corría sin que se enredaran sus pies, tomaba mejor el lápiz y los cubiertos, había mejorado su equilibrio y su coordinación.  Para la profesora María Eugenia, “ver la sonrisa del niño, frente a sus logros, es la mejor retribución; es una satisfacción personal que no se puede explicar; es eso que te dice: aquí estoy y vale la pena entregar lo mejor de mí y poner mi vida al servicio del otro… de quien me necesita”.

Casos como el de Juan Diego son más comunes de lo que podamos imaginar.  Gracias a los avances en investigación relacionados con el comportamiento del niño en edades tempranas, han surgido propuestas de valoración que permiten identificar alteraciones neuromotoras durante los primeros días de vida de la persona.  Es el caso de la propuesta de valoración de “Movimientos Generales”, que a través de la observación, permite identificar conductas motoras asociadas a la parálisis cerebral y a otras condiciones como las dispraxias y la disfunción sensorial integrativa.  

Durante las dos últimas semanas del pasado mes de enero, la Facultad de Enfermería y Rehabilitación recibió la visita de Magdalena Hagner-Derengowska, Ma?gorzata Domagalska-Szopa y Andrzej Szopa, tres investigadores de la Universidades Nicolaus Copericus,  Bydgoszcz y Medical University, Polonia. Los investigadores orientaron talleres dirigidos tanto a estudiantes como a profesores de los Programas de Fisioterapia y de Terapia Manual Ortopédica.  Las clases y talleres se centraron en temáticas relacionadas con el Enfoque de Neurodesarrollo y la Valoración de Movimientos Generales. Sus aportes han sido de gran valor, puesto que permiten al profesional en fisioterapia la detección temprana de alteraciones neuromotoras y, por tanto, el planteamiento pertinente y oportuno de estrategias de intervención que favorecen el desarrollo del niño a través de los mecanismos propios de la plasticidad cerebral, para poder determinar casos como los de Juan Diego oportunamente.