Estandarizar la técnica de manos cruzadas para tratar el dolor de espalda

La técnica de manos cruzadas hace parte del método de inducción miofascial, una terapia aplicada sobre los tejidos blandos que, a partir de presiones lentas, graduales y sostenidas, libera las restricciones, los atrapamientos y entrecruzamientos patológicos del tejido miofascial, de manera precisa en la región toracolumbar (espalda).

Esta técnica en la hidratación del tejido y la reorganización de las fibras colágenas combate la sobrecarga lumbar. Uno de los retos del fisioterapeuta en su práctica clínica, al aplicar la técnica de inducción miofascial, es que se desconocen los parámetros normativos o los estándares para aplicarla igual en todos los pacientes. Sin embargo, el equipo de investigación del proyecto, liderado por María Alejandra Sánchez, profesora de Fisioterapia, quiso medir todas las variables influyentes.
La profesora explica que

"Se encontró que entre todos los fisioterapeutas hay una alta variabilidad en la aplicación de la técnica. También, hay variables más influyentes en los cambios del tejido, como la presión, la tracción y la temperatura. Cuando logremos estandarizar la técnica, se facilitará su aplicación”.

Por eso, según explica María Alejandra,

“El fisioterapeuta debe tener un entrenamiento especial que le permita aplicar la tracción, la presión y el movimiento necesarios para evidenciar cambios clínicos y terapéuticos”.

Para analizar los factores, el grupo usó el software Xsens Awinda, uno de los más efectivos para analizar el movimiento articular. Además, se adaptó una camilla terapéutica para medir la presión aplicada por el fisioterapeuta en la terapia, se utilizaron cámaras termográficas, termómetros, dinamómetros, entre otros insumos.

“Todo ello, para contar con un panorama detallado de todos los procesos de los fisioterapeutas al momento de realizar la técnica de manos cruzadas”, explica la profesora María Alejandra.

Esa investigación es pionera en el análisis de las variables y los factores que condicionan la aplicación y el éxito de las intervenciones basadas en los tejidos blandos; también, permite aumentar la rigurosidad en los parámetros de la técnica y facilitar la comprensión de su efectividad, pues mejora la intervención con una mayor ganancia clínica para los pacientes.

Innovación en los métodos de enseñanza aprendizaje

Históricamente, las técnicas de inducción miofascial se han aprendido empíricamente porque la enseñanza del aprendizaje del método surge a partir de conceptos de alta subjetividad, como “aplique más o menos presión”. Así, los fisioterapeutas, según su antropometría y experiencia, varían las técnicas en fuerza y profundidad, explica la profesora María Alejandra Sánchez.
De esta manera, con la investigación, la intención es estandarizar las variables fundamentales de la técnica para garantizar una mayor eficiencia del proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula.

“Al estandarizar el procedimiento, vamos a contar con unas métricas mucho más objetivas para la investigación. Por su parte, en el campo clínico, los desenlaces serán más medibles y replicables; así, se disminuirá la diferencia entre cada profesional de fisioterapia que aplica la técnica", explica la investigadora.