La ética en las acciones y las decisiones

Joan Fontrodona, director del Center for Business Society del IESE Business School, visitó La Sabana y compartió un curso con estudiantes del Doctorado en Educación acerca de la ética en la dirección de organizaciones y su aplicación en la práctica.

Todos los días nos enfrentamos a diversas situaciones que implican tomar decisiones y conllevan a realizar acciones en los aspectos laborales, académicos o personales. La ética es la que nos dice qué tipo de personas somos a través de nuestras acciones y en qué tipo de personas convertimos a los demás cuando interactuamos entre sí.

En un cargo directivo, bien sea en una institución educativa o en una empresa, nuestras acciones revisten de una mayor complejidad, ya que debe pensarse más allá de una dimensión económica. Joan Fontrodona, director de Ética Empresarial del IESE Business School de la Universidad de Navarra y miembro del Comité Ejecutivo de la Red Española del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, afirma que en toda decisión también son fundamentales otros dos aspectos: las personas y las responsabilidades.

“Debemos pensar en el impacto de nuestra acción y la aceptación que tendrá en las personas. Además, en un tercer nivel, se trata de reflexionar acerca de cómo estoy cumpliendo con mis obligaciones, qué derechos hay en juego y cuáles son los valores que están presentes en esa decisión, porque allí evidenciamos la ética”, afirmó Fontrodona. Además, señaló que la ética también es un factor fundamental para el crecimiento de una organización, especialmente para la creación de un buen clima y entorno laboral, en el que la gente pueda desarrollarse profesional y personalmente. 

La ética es un factor fundamental para el crecimiento de una organización, especialmente para la creación de un buen clima y entorno laboral.

“Muchas veces podemos diseñar sistemas muy eficientes desde el punto de vista económico, pero resultan sumamente tóxicas para las personas que trabajan en ella cuando no se piensan adecuadamente las prácticas”, comentó. Para ello, resaltó que es importante que las organizaciones realicen una gran labor de prevención. Sin embargo, cuando ya se ha incurrido en un grave error, es importante detectar las causas, atacarlas, preguntarse por qué sucedió, reparar la situación e impedirla en un futuro.

Como una última reflexión, Fontrodona afirmó que la prudencia es la virtud de todo directivo, pero, igualmente, debe estar acompañada de otras características:

  • Ser justo.
  • Ser fuerte para tomar decisiones.
  • Ser moderado en los bienes que uno busca y desea.