Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Paz. Con motivo de este, en el 2018 se recuerdan los 70 años de la Declaración de los Derechos Humanos Universales. La Facultad de Psicología se sumó a la celebración en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, por medio de la articulación de las clases de Intervención Social, Psicología Social e Investigación Cualitativa, así como del Semillero de Investigación Acción Social y Comunidades, con actividades de relevancia práctica para los estudiantes, con la guía de la líder social Virgelina Chará, coordinadora del Costurero de Memoria.

La Unión de Costureros tiene como objetivo cubrir el Palacio de Justicia en el año 2020 con telas bordadas con vivencias y relatos de las víctimas, no solo del conflicto, sino también de otras realidades que afrontan los colombianos. No obstante, como una prueba piloto, arropó el monolito del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación. En el evento participación el Alto Consejero para la Paz, las Naciones Unidas, la Subsecretaría de Gobierno, la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, la Unidad Nacional de Víctimas, la Defensoría del Pueblo y la Facultad de Psicología de la Universidad de La Sabana.

De acuerdo con la Alta Consejería, “en Bogotá residen 350.249 víctimas del conflicto, lo que equivale al 4% de las más de ocho millones de víctimas en el país, siendo la segunda ciudad con el mayor número de estas en su territorio”. Teniendo como base las cifras, se planteó la participación de los estudiantes, la cual se preparó a lo largo del semestre, puesto que hace parte de la estrategia curricular de la Facultad para vincular el aprendizaje aplicado de la disciplina a contextos actuales. Además, Virgelina Chará desarrolló la Ruta de la Memoria con los estudiantes de Intervención Social, porque la psicología comunitaria se comprende fundamentalmente en la articulación de la teoría y la práctica; por tanto, los estudiantes aprenden desde la realidad del país, pero también desde cómo ellos mismos pueden ser agentes de cambio.

Las actividades se realizaron con la gestión de las profesoras Natalia Reinoso y Laura Fonseca. Estudiantes de diversos semestres de Psicología participaron en la elaboración de telas conmemorativas. Los colaboradores apoyaron asuntos logísticos, ayudaron coser y organizaron comités para coordinar el puesto de venta de obleas y empanadas, cuyas ganancias se donaron para la compra de telas y materiales del Costurero de Memoria.

Para Mónica González, la actividad avivó el sentido de comunidad entre los estudiantes y la Facultad: “Lo más importante fue que el costurero se convirtió en una oportunidad de encuentro. Fue impresionante ver a los profesores, las secretarias, las ‘monis’ y los estudiantes en este proyecto de intervención social. Nunca imaginamos ver a las directivas cosiendo. Creo que se fortalecieron los lazos con aquellos que por su rol o sus funciones parecen más lejanos en la Facultad”.