Martha Elena Vargas Quiñones: el poder transformador del servicio 

“Tú no puedes tener un ambiente de servicio que lo haces tú, realmente el servicio se hace en equipo”  

“Su mayor pasión es educar y siempre pensar en un servicio humanizado, que trascienda la cultura y genere valor desde el hogar hasta las empresas”, dice Luzangela Aldana, exdirectora académica del Instituto Forum de la Universidad de La Sabana sobre su amiga y colega, Martha Elena Vargas.  

Inés Ecima, Rectora del Instituto Superior de Ciencias Sociales y Económico Familiares (ICSEF), donde actualmente Marta Elena se desempeña como directora de Desarrollo Institucional la describe como carismática, gentil, sabia, apasionada a las novelas históricas y con calidez humana.  

Esta mujer, nacida en Bogotá en 1942, se define a sí misma como “una persona nacida en una familia cundiboyacense con una gran pasión por conservar lo nuestro, por conservar nuestra cultura, nuestra música, nuestra alimentación, por hacerlas crecer”. 

Esta pasión tomó forma y norte con su ingreso a la prelatura del Opus Dei: “El sello (Sabana), es de monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer, hoy San Josemaría. Yo le conocí en Roma en los años sesenta, cuando estudiaba Ciencias de la Educación... Y siempre nos hablaba de hacer realidad el espíritu del Opus Dei, de hacer las cosas bien, de hacer que la gente se sienta acogida. Es lo que hoy llamamos hospitalidad”. 

Sobre esto, Luzangela Aldana, su colega y compañera en el área académica del Servicio escribió: “Podemos afirmar que para ella siempre ha estado y estará entre sus máximas que el trabajo bien hecho, de cara a Dios, no se encuentra en la inversión económica, en la estrategia definida o en la competitividad que se desea asumir, sino en la siembra significativa, que se hace en el corazón y en las personas que laboran para nosotros y con nosotros” 

Desde muy joven, Martha Elena Vargas Quiñones, supo que quería construir país, lo que la llevó a doctorarse en Educación en la Universidad de Navarra, en España. Luego emprendió el camino del conocimiento de las Ciencias Domésticas en el Ceicid (Centro de estudio e investigación dedicado a la formación en las disciplinas relacionadas con el hogar y su función como ámbito familiar), esta vez en Madrid. 

En 1984 se vinculó a la Universidad de La Sabana: “Para mí esto es un sueño hecho realidad. Cuando llegué a la Universidad estábamos en Quinta Camacho y vi todas las casitas pequeñas alrededor de un parque al que nosotros llamábamos ‘el parcus’, en referencia a un Campus y soñábamos que iba a ser maravilloso”, dice, recordando con cariño los inicios de La Sabana. 

Desde el inicio fue promotora de la cultura de servicio en la Universidad y asistió a las primeras reuniones que se programaron en el campus recién adquirido en Chía. Sobre esos primeros días en el Campus de Chía recuerda que “nos atendían en cualquiera de los restaurantes cercanos, cosa que para mí fue un impacto grandísimo porque yo pensaba desde el principio que la universidad debía tener un ambiente de familia y por lo tanto todos los servicios debían tener el sello Sabana.”  

 

Hilda Arango, quien fuera Decana de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas, recordaba en Campus, con ocasión de los 30 años de Servicio de Martha Elena a la Universidad que, en la década de 1980, cuando el concepto de Servicio apenas empezaba a escucharse en Colombia, Octavio Arizmendi Posada, “la invitó a diseñar e impulsar un programa que, pensando en las necesidades de las organizaciones, les diera respuesta con un sentido humano, técnico y administrativo, de manera diferente a otros programas del medio, y que lograra impactar positivamente en la sociedad, tal como era la voluntad de San Josemaría Escrivá de Balaguer”. 

Por esta solicitud en 1985, 30 estudiantes iniciaron sus estudios en la que sería la primera cohorte el programa de Administración de Servicio de Bienestar Familiar y Social, hoy conocido como Administración y Servicio. Martha Elena, que entonces ejercía el cargo de Rectora del ICSEF, se convirtió en su primera directora. En el 2003 el programa, alcanzó su primera acreditación de alta calidad.   

La doctora Martha Elena también impulsó la creación del Taller de Alimentos y asesoró la creación del programa de Gastronomía: “Eso es un laboratorio. ¿Usted no está dotando de laboratorios para todos los otros programas? pues gastronomía necesita un laboratorio” Le dijo al Rector de la época, Obdulio Velásquez, para convencerlo de crear un Restaurante Escuela. 

Como educadora, dice Luzangela Aldana “Lo que más la caracterizó y la sigue caracterizando es el apoyo y solidaridad para todas las personas que la rodean. Más que compañera de trabajo es una formadora de formadores”.  

Desde los altos directivos, hasta las personas que atienden servicios generales fueron foco de su interés; “Yo en esta Universidad he aprendido de las señoras que mantienen esta casa tan bonita” dice. “Me preocupé mucho de que fueran educadoras. Aquí en la Universidad todos tienen que ser educadores, porque formar al estudiante para que salgan con sellos Sabana no se hace sino en el día a día. Yo les decía a ellas, ‘si ustedes son tan maestras como nosotros, ¿quién está más con los estudiantes? Muchas veces ustedes”. 

De ese mismo interés surgió la idea de escribir el libro ‘Calidad y servicio: conceptos y herramientas’ y la creación de la Especialización en Gerencia del Servicio. Además, como asesora de proyectos académicos de la Escuela Internacional contribuyó al desarrollo de las maestrías en Gerencia de Operaciones y Gerencia de Inversión.  

Como directiva y asesora de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas diseñó y gestionó los programas de Gastronomía, Economía y Finanzas Internacionales. Fue miembro del Consejo Superior de la Universidad de La Sabana y su contribución en la institución llevó a que se lograran transformaciones y aprendizajes organizacionales.  

Por ejemplo, para iniciar el camino de la acreditación del Programa de Administración de Instituciones de Servicio participó en el equipo junto con cuatro directoras más de diferentes programas encabezadas por la dirección de Currículo, representada por la directora Graciela Amaya de Ochoa.  

También participó en la transformación de Facultad de Ciencias Económicas en Escuela Internacional, con lo cual se potenció la investigación en cada área del saber de esa unidad: “Lo estudiamos mucho e hicimos estudios de mercado. Fue un tema que no conocía, pero que aprendí con la vida y con la realidad de ir buscando lo que la sociedad necesitaba”. 

En 2016, Martha Elena dejó la Universidad para retomar su trabajo en el ICSEF, una institución que apoya proyectos operados por mujeres en situación de vulnerabilidad social, económica y geográfica en el municipio de Silvania, Cundinamarca. Entre ellos se encuentran la panadería Dora del Hoyo y el Centro de Alojamiento El Rocío. Estos proyectos son el reflejo del objetivo que se planteó desde que empezó con el sueño de ICSEF: “Que la mujer sea reconocida profesionalmente y que pueda aportar al desarrollo del país”. 

Desde el ICSEF también ha promovido la Unidad de Educación y Producción, Edupro, y ha impulsado el desarrollo del modelo Aprende Haciendo, inspirado en el dual Suizo. Además, desarrolló “La Terraza”, el Restaurante Escuela del instituto y el servicio de consultoría en Hospitalidad.  

Martha Elena ha sido promotora, rectora, profesora, secretaria general, representante legal y asesora curricular del instituto. Su trabajo muestra un compromiso enfocado en las necesidades de cada persona. “Ha marcado el derrotero de ICSEF con gran generosidad y entrega. Es una mujer inagotable, tanto físicamente como intelectualmente. De gran apertura. Diría yo, en una expresión coloquial, que le cabe el mundo en su cabeza y su corazón”, agrega Inés Ecima. 

En la actualidad es profesora y sigue velando desde la Dirección de Desarrollo Institucional para hacer realidad el deseo de San Josemaría de profesionalizar las tareas del hogar y lograr la incorporación de la mujer al desarrollo económico colombiano.