Uno de los puntos neurálgicos que han permitido al 8 de marzo cobrar relevancia a lo largo de los años no solo tiene que ver con el reconocimiento que en 1977 la Organización de la Naciones Unidas (ONU) decidió otorgar a este día, sino a una serie de detonantes históricos que han permitido a las mujeres sentar una posición frente a sus derechos.  

La misma ONU no solo ha entrado a reconocer que esta fecha también se encuentra vinculada con los movimientos feministas de la Revolución rusa que para 1917 apoyó la causa revolucionara impulsando la abdicación del Zar Nicolás II, sino que también ha puesto en el radar de la historia las manifestaciones encabezadas por mujeres que también salieron a reclamar por sus derechos. 

Sin embargo, el evento que marcó el inicio de la celebración moderna de este día fue el incendio ocurrido en la fábrica Triangle Shirtwaist de la misma ciudad el 25 de marzo de 1911, el cual cobró la vida de 146 trabajadoras, la mayoría de ellas jóvenes inmigrantes.  

En ese orden de ideas, aunque los reclamos han ocurrido en diversidad de momentos históricos y territorios, en Colombia, la lucha también ha estado presente, logrando, a lo largo del tiempo, marcar hitos importantes y dejando sobre la mesa unos retos, que como explica Ana Idárraga, profesora y coordinadora de la Línea de Persona y Familia y de la Línea de Libertades y Pluralismo de la Clínica Jurídica de la Universidad de La Sabana, algunos son visibles y otros son invisibles. 

Entre los retos que son evidentes, la experta destaca la brecha salarial, las labores no remuneradas que para julio del 2023 equivalían a 462 billones de pesos según el DANE, dejando menos tiempo libre a las mujeres para educarse. Igualmente, la responsabilidad de los padres en materia del cuidado de los hijos porque aún un 80% de las denuncias interpuestas por las mujeres responden a estos casos, que intrínsecamente generan violaciones a los derechos de la mujer. 

Entre los retos invisibles la experta destaca las violencias que surgen por conductas que se están normalizando. La prostitución, por ejemplo, es una de estas porque bajo el velo del trabajo sexual las víctimas desaparecen y se cierran las oportunidades para dejar a un lado la práctica de esta actividad. Del mismo modo, Idárraga también menciona como uno de los retos, las consecuencias en salud mental de las mujeres por procedimientos como los abortos o por la falta de reglamentación de reproducción humana asistida (maternidad subrogada), una línea delgada para la trata de personas. 

Así mismo la experta subraya, el tema transgénero que se sobrepone sobre las mujeres sacando ventaja en espacios de participación femenina, como competencias deportivas y acceso a cargos públicos. “Las leyes de cuotas que estaban pensadas para que hubiera paridad de género están en tela de juicio porque están siendo captadas en algunos estados por personas que son biológicamente de sexo masculino”, señala. 

En ese sentido, la experta explica que la defensa de los derechos de las mujeres es fundamental porque “las mujeres tenemos mucho que aportar a la sociedad, somos seres humanos dignos que tenemos la misma capacidad de aportar al desarrollo de los países y seguimos siendo víctimas reiteradas de conductas violentas. En ese sentido, considero fundamental que se nos permita tener la voz para poder presentar cuáles son esas dolencias que tenemos y cómo resolverlas. Estoy convencida que las mujeres en los negocios, en la academia en el Gobierno, en todos los ámbitos de la vida, somos fundamentales y cuando se nos excluye, no solo nos perjudican, también se impacta a la sociedad en general”, agrega Idárraga. 

Los hitos 

• Desde los años 30 empezaron con fuerza en Colombia las luchas por los derechos de las mujeres. En 1932 se consideró por primera vez a la mujer como sujeto de derechos con la ley 282. 

• En diciembre de 1934 el Congreso aprobó la Ley para que las mujeres pudieran asistir a la Universidad en las mismas condiciones que los hombres. La Universidad Nacional fue la primera en permitir el acceso a la educación superior sin discriminación para las mujeres. En 1935 ingresó por primera vez una mujer al programa de Medicina.  

• En 1954, fruto de esa la lucha femenina se estableció por primera vez el derecho al voto femenino. Sin embargo, fue hasta 1957 que poco más de 1.8 millones de mujeres acudieron a las urnas a ejercer su derecho. 

• En 1958 por primera vez  nueve mujeres fueron elegidas como parte del Congreso de la República. Una al Senado y ocho a la Cámara de Representantes. Desde 2011 existe la Comisión de equidad para la mujer en el Congreso de la República.  

• Respecto de la prevención de las violencias, además de la expedición de tratados internacionales ratificados por Colombia, como la Convención de Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, en 2008 en Colombia se expidió 1257 para coadyuvar a la eliminación de distintas formas de violencia que afectan a las mujeres.  

• La ley 1639 incluyó medidas para la atención de las víctimas de ataques con ácido. 

• En 2015, se incluyó en el ordenamiento jurídico el delito de feminicidio, que busca visibilizar los casos de violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer.  

• En 2011 fue necesario expedir la Ley 1496: “Por medio de la cual se garantiza la igualdad salarial y de retribución laboral entre mujeres y hombres, se establecen mecanismos para erradicar cualquier forma de discriminación y se dictan otras disposiciones. Aunque esto es un logro, aun se estima que los hombres tienen una remuneración 10,3 por ciento mayor que las mujeres. 

• En relación con nuestra salud, especialmente nuestra salud sexual y la protección de la maternidad, ha habido grandes hitos. Por ejemplo, se han expedido leyes para la implementación de medidas positivas en la prevención y tratamiento del cáncer de cerviz, la endometriosis, y la garantía de acceso a artículos de higiene femenina durante la menstruación. Además, se ha ido aumentando el tiempo de licencia de maternidad.