Regulación de monedas virtuales sigue siendo un desafío global

Un artículo académico publicado por la revista Harvard Internacional Law Journal y escrito por Juan Carlos Portilla, profesor de la Maestría en Derecho Internacional de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Sabana, reveló cómo sería el proceso de regulación global de las monedas virtuales a través de la creación de una organización internacional, cuáles serían esos puntos clave en su conformación y los desafíos que representaría. 

En un mundo cada vez más digitalizado, las criptomonedas son un desafío para el sistema monetario y financiero tradicional, compuesto por los bancos centrales (en el caso de Colombia el Banco de la República) y las instituciones financieras vigiladas como los establecimientos de crédito (bancos). Un reciente artículo académico publicado por Harvard International Law Journal y titulado A Global Standard Setter for Virtual Currencies: A Case for Strengthening International Financial Law (Un emisor de estándares global para las monedas virtuales: un caso para fortalecer el derecho financiero internacional), arroja luces sobre las consideraciones a tomar para regular globalmente el mercado de las monedas virtuales o criptomonedas. 

Esta propuesta, fundamentada en un detallado análisis comparativo con otros mercados financieros globales, sustenta su base en el precedente establecido por instituciones como el Comité de Basilea, el International Organization of Securities Commissions (IOSCO) y el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), los cuales hoy no solo ostentan el poder para emitir la regulación global, la supervisión de los mercados bancarios, bursátiles y la lucha contra el crimen financiero transnacional, sino que han sido la respuesta a diversos contextos económicos. 

En tal sentido, explica, las criptomonedas nacieron como una reacción ante una crisis financiera global. “En el 2008 hubo una crisis de confianza en el sector tradicional. El bitcoin surgió en el 2009 para desafiar a un sistema financiero en crisis y capturado por bancos centrales, regulaciones ineficientes. Escapó a las trampas regulatorias y puso en jaque al viejo sistema. Su éxito se debe a que se erige sobre un sistema descentralizado que usa la tecnología blockchain para emitirlo y transarlo. Allí, no actúa la intermediación bancaria y seelimina en su operación a la banca central emisora de papel moneda. Posteriormente, surgieron otras criptomonedas como ethereum, ripple, litecoin y dashcoin. Después vinieron los stablecoinsque están atados, ya sea al dólar americano o a un commodity, como el oro o el petróleo”, explica Portilla.

Aunque en países como Colombia todavía se avanza en proyectos de ley para regular de mejor manera la actividad y en otros, el tema ha avanzado más rápido como ocurre en El Salvador con el uso del bitcoin, a nivel internacional, las cosas son diferentes.

En ese orden de ideas, contando con el hecho de que la regulación actual de las criptomonedas es fragmentada o inexistente, el autor es claro en la necesidad de crear un organismo global que mitigue los riesgos que conlleva la inversión y uso de las criptomonedas. Dice Portilla que el mercado de las criptomonedas puede fallar por información asimétrica o externalidades negativas. Otros riesgos señalados también incluyen la manipulación del mercado y delitos financieros. “El crimen organizado y la criminalidad empresarial aprovechan el arbitraje regulatorio de las criptomonedas con fines delictivos”, cuenta

Para mitigar estos riesgos, Portilla propone “la expedición de estándares, principios y normas armónicas para que todos los países de la comunidad internacional sigan ese modelo y adopten las mismas normas en todas las regiones del mundo cómo pasó con Basilea, IOSCO y GAFI”, añade. 

Dicha agencia tendría la capacidad de influir en las relaciones entre estados, actores del mercado y organismos financieros multilaterales, garantizando una regulación efectiva y coordinada en el ámbito internacional. 

“La regulación de las monedas virtuales requerirá un enfoque interdisciplinario que combine el derecho y las relaciones internacionales. Se necesitarán instrumentos legales flexibles y eficientes, como las normas de soft law o derecho indicativo (diferentes a los tratados, los cuales son complejos e inflexibles) de tipo internacional y mecanismos no convencionales, para establecer normas globales que aborden los riesgos emergentes asociados con las monedas virtuales”, señala. 

Capturación de retas, una amenaza para la regulación global de monedas virtuales 

En el marco de la creciente adopción de criptomonedas, surgen preocupaciones sobre la protección de los consumidores y la necesidad de una regulación efectiva que garantice la transparencia y la rendición de cuentas. 

 

Aunque en un país como Colombia se cuenta con el seguro de depósitos del Fondo de Garantías de Instituciones Financieras (Fogafín), que protege los ahorros de los colombianos hasta por 50 millones de pesos en caso de liquidación bancaria y en Estados Unidos cuentan con la figura del FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation) para mantener la estabilidad y confianza pública en el sistema financiero de la Nación con un sistema similar, esto no cubre a los consumidores de criptomonedas.

Estos consumidores, vulnerables y en un vacío legal en caso de colapso, también son motivo de inquitud. En ese escenario, Juan Carlos Portilla advierte sobre el riesgo de captura regulatoria por parte de actores interesados y grupos de interés poderosos, que podrían influir en la formulación de políticas públicas globales para este mercado emergente. Según Portilla, es fundamental implementar medidas que garanticen la transparencia y eviten la influencia indebida de intereses particulares en el proceso regulatorio. Señala que experiencias pasadas, como los Acuerdos de Basilea en el ámbito financiero, ilustran el riesgo de captura de rentas. En este caso, los poderosos bancos internacionales jugaron un papel determinante en la configuración de los resultados, dejando a cooperativas y bancos más pequeños en desventaja. Esta dinámica podría repetirse en el ámbito de las criptomonedas, donde grandes emisores como Binance y Coinbase podrían tener una influencia desproporcionada en la regulación, dejando fuera a empresas más pequeñas.

Ante estos desafíos, Portilla propone tres puntos clave para la regulación efectiva del mercado de criptomonedas. Estos incluyen medidas para garantizar la transparencia en el proceso regulatorio, evitar la captura de rentas por parte de actores poderosos y promover la inclusión de empresas de todos los tamaños en la formulación de políticas.

El tiempo  

Que los reguladores tengan en cuenta la variable tiempo, quién llega primero a la mesa de negociación si llegan las grandes empresas de cripto activos o si llegan todos. Para Portilla, es necesario que todos lleguen a la mesa al mismo tiempo y en igualdad de condiciones para dar pie a un proceso consultivo previo que recoja los intereses de todos los actores del mercado de las criptomonedas, “con el fin de que no haya lugar a la capturación de rentas donde solo los grandes tengan acceso al regulador, como pasó en Basilea.” 

Reglas claras 

Establecer normas a priori sobre labor de lobby. Para el profesor Portilla, es necesario que quienes asisten a estos espacios se inscriban ante la agencia regulatoria y que revelen su identidad y a quién representan.  

Cooling off period 

Portilla advierte sobre la necesidad de crear un período de congelamiento o transición en donde los abogados, economistas o expertos que han participado en el sector privado deban tener un proceso de transición fuera de la industria para poder después hacer lobby.  “No se pueden tener puertas giratorias a estas personas que pasan del sector privado al regulatorio porque precisamente, por el conocimiento que tienen, se pueden terminar incentivando los intereses particulares quedando en la lona el interés común”, dice. 

En conclusión, la regulación global de las monedas virtuales es fundamental para fortalecer la gobernanza de la arquitectura financiera global. La creación de un organismo internacional de regulación para el mercado de las criptomonedas, la prevención de la captura regulatoria y la protección del consumidor e inversor y la mitigación del riesgo del crimen financiero son pasos cruciales hacia un sistema financiero digital seguro y eficiente en el futuro.