¿Contamos con la infraestructura tecnológica requerida? Historia clínica electrónica, las dos caras de la moneda

La nueva ley busca que todos los médicos tratantes, en cualquier lugar del país, tengan la posibilidad de acceder a las historias clínicas.

De acuerdo con la resolución 1995 de 1999 del Ministerio de Salud Nacional, la historia clínica es un documento en el cual se registran cronológicamente las condiciones de salud del paciente, los actos médicos y demás procedimientos ejecutados por el equipo de salud. La resolución 1995 regula el manejo de la historia clínica en Colombia, de manera que cada institución de salud deber adoptar un sistema, físico o digital, para registrar las condiciones de salud del paciente.

El 31 de enero del presente año, se aprobó la implementación de la historia clínica electrónica  interoperable, como el “Registro integral y cronológico de las condiciones de salud del paciente, que se encuentra contenido en sistemas de información y aplicaciones de software, con capacidad de comunicarse, intercambiar datos y brindar herramientas para la utilización de la información refrendada”, según la ley 2015 de 2020, que se implementará en todo el territorio nacional, en un período de 5 años.

“La historia clínica electrónica es interoperable, lo cual implica un cambio en la visión general del sistema de seguridad social, porque ayuda a que se reúnan las condiciones de salud de los colombianos, integral y cronológicamente”, afirma el doctor Juan Guillermo Ortiz, director general de la Clínica Universidad de La Sabana

La nueva ley busca que todos los médicos tratantes, en cualquier lugar del país, tengan la posibilidad de acceder a las historias clínicas.

Una de las ventajas dentro del sistema de salud es la disminución de costos. Hoy en día, los pacientes consultan en clínicas o en su EPS, pero los datos médicos no se comparten. Por lo tanto, se repiten exámenes o no se cuenta con un diagnóstico previo para la atención. “La nueva ley busca que todos los médicos tratantes, en cualquier lugar del país, tengan la posibilidad de acceder a las historias clínicas, con antecedentes crónicos o importantes, para generar una mejor toma de decisiones”, aseguró Ortiz.

Sin embargo, la pregunta es si el país cuenta con la infraestructura tecnológica para dar alcance a todas las entidades de salud. Desde lo técnico, “La nueva regulación deberá contemplar la necesidad de generar estándares para el intercambio electrónico de información clínica, a nivel nacional. Se deberá hablar el mismo lenguaje entre todos los sistemas de información hospitalario, en las diferentes instituciones de salud en todo el país, con la herramienta tecnológica que MinTIC disponga para concentrar, organizar, salvaguardar y permitir el acceso seguro”, afirmó Cristian Rincón, jefe de Tecnologías de la Información de la Clínica Universidad de La Sabana.

El reto del Gobierno nacional implica estandarizar la información clave entre todos los actores del sector, para la normalización e interoperabilidad de los datos personales y clínicos. Además, Rincón apunta que “Tendrán que legislar y regular a las compañías de tecnología nacionales e internacionales, que proveen los sistemas de información hospitalaria y operan en el país; así mismo, sobre las instituciones en salud, que tienen desarrollados sus propios sistemas de información y sobre los que quieran entrar al mercado de venta de este software”.  

La historia clínica electrónica interoperable va más allá del concepto y del hecho de digitalizar un dato. “Se debe pensar en la inversión financiera: los costos de infraestructura tecnológica para implementar los modelos de integración e interoperabilidad, los costos especializados para mantenerlo y el valor asociado a los profesionales de ingeniería. Todas estas son inversiones que deberán hacer las entidades de salud porque los sistemas de información implementados deben actualizarse, cambiarse o desarrollarse”, afirmó Rincón.

 Sin desconocer las ventajas que puede traer a los pacientes y al personal en salud, el país se encuentra ante un reto en materia de tecnología y de salud, que probablemente se realizará en un plazo mayor al que definió el Gobierno nacional