¿Cómo deben proceder los padres?

La hipersexualización de la infancia

La hipersexualización infantil es cuando los niños aspiran e imitan algunos comportamientos que la sociedad dicta como necesarios para alcanzar la “belleza ideal”. Juan Camilo Díaz Bohórquez, profesor del Instituto de La Familia, dice al respecto que “Desde muy pequeños, los niños van recibiendo de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, las canciones o sus letras, una cantidad de mensajes relacionados con la sexualidad y el sexo. Es decir, formas de vestirse, actuar y de relacionarse con los otros”.

Aunque puede parecer inofensiva, la hipersexualización genera ansiedad, depresión y trastornos alimentarios, porque es imposible alcanzar la figura ideal que se propaga en estos espacios. Según un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, antes de la pandemia, alrededor del 7.8 % de la población mundial sufría de desórdenes alimenticios y, la edad media en que se desarrollan estos desórdenes está entre los 12 y los 25 años. Por su parte, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el 4.7 % de los colombianos sufre de depresión.

Paola Arbeláez, profesora del Instituto de La Familia, dice que hoy la sociedad no es consciente del alcance de esta cultura de la hipersexualización, que cosifica y degrada el valor de los niños y jóvenes, volviéndolos presa fácil de la violencia, los abusos y la pornografía, entre otras inclinaciones. “Esta exposición al contenido sexual explícito —y en ocasiones subliminal— acelera el desarrollo natural de los niños, empiezan a mostrar interés o a manifestar conductas sexuales que no pertenecen a su edad y para las que no están preparados ni física ni psicológicamente”, explica la experta.

Para afrontar este fenómeno, Díaz recomienda a los padres de familia “Entender que los niños y adolescentes son constantemente bombardeados en diferentes plataformas por este tipo de contenido sexualizado. Esto moldea su comportamiento y la forma en la que se ven ellos mismos, cómo se ven frente a los demás y cómo ven a los demás”.

Por otra parte, Arbeláez dice que la educación afectiva y sexual es fundamental en estos casos, porque permite ver la grandeza de la persona en todas sus dimensiones y etapas, es decir, descubrir el proceso natural de desarrollo y lo que es propio para cada edad.

En conclusión, los expertos del Instituto de La Familia dicen que, si no hay acompañamiento y educación afectiva y sexual de parte de los padres, los medios de comunicación pueden distorsionar con facilidad esta dimensión de la persona humana. Además, estos expertos también recuerdan que el sentido de la sexualidad está íntimamente relacionado con la capacidad de amar.

La hipersexualización infantil es cuando los niños aspiran e imitan comportamientos que la sociedad dicta como necesarios para alcanzar la “belleza ideal”.

Recomendaciones para contrarrestar esta tendencia:

  • Conocer: interesarse realmente por qué ven, qué escuchan, qué les gusta a los niños y adolescentes.
  • Acompañar: hablarles, preguntarles y escuchar sin juzgar.
  • Enseñar: la diferencia entre lo real y lo falso, lo natural y lo artificial. Precisarles a los niños que el valor de la persona está en su interior.
  • Controlar: dosificar los medios y restringirlos de acuerdo con la edad del menor: tipo de contenido, tanto en televisión como en las redes sociales y la música.
  • Ser referente con el ejemplo: las madres son el principal modelo femenino de sus hijas y, el papel de los padres como figura masculina que cuida y respeta a las mujeres, es modelo de valoración del sexo opuesto en general.