Lecciones del periodismo enfocado en una narrativa de paz

 

Por: Víctor García Perdomo, director del Doctorado en Comunicación.

La invasión de Rusia a Ucrania ha puesto nuevamente de manifiesto que, en tiempos de guerra, el periodismo y la información resultan particularmente vulnerables. Las organizaciones de medios y los editores tienden en momentos convulsos a alinearse políticamente con un bando u otro y a transformar las noticias en mecanismos de propaganda. Adicionalmente, los gobiernos, los partidos y los gabinetes políticos intensifican la circulación de desinformación en redes para ganar la batalla de la comunicación.

Este proceso de degradación, por lo general, incluye un nacionalismo exacerbado en defensa de la patria, como en el caso de los medios estadounidenses durante la invasión de Estados Unidos a Iraq o la percepción del otro como un enemigo al que hay que destruir misionalmente, como ha ocurrido recientemente con RT News de Rusia.

Sin embargo, el hecho de que las emisiones de RT News hayan sido prohibidas en varios países por su labor propagandística en pro de la invasión ilegal rusa, mientras que otros medios tradicionales, como el británico The Economist, titulan sin rubor Occidente necesita enviar a Ucrania más y mejores armas, nos muestra al mismo tiempo un desbalance periodístico entre lo que es considerado propaganda y análisis, dependiendo del manto moral con el que los medios se cubran.

Conscientes de esa tendencia de los medios en tiempos de guerra, desde los años 60, en Noruega, se comenzó a engendrar la idea de un periodismo de paz que promoviera la resolución de conflictos, a través de la selección cuidadosa de información y con un estilo de reportería que se centrara en las áreas de acuerdo para mesurar las disparidades políticas e ideológicas.

Para lograrlo, el sociólogo noruego e investigador de los procesos de paz, Johan Galtung, propuso un periodismo de paz enfocado en el contexto histórico, en desvelar las causas y consecuencias del conflicto, en incluir múltiples fuentes, ideologías y voces —incluyendo las de la gente del común que sufre con la guerra— y en describir las consecuencias invisibles del combate. El mayor logro de este tipo de reporterismo consiste en influenciar a los políticos, los líderes y la opinión pública respecto a la búsqueda constante de soluciones pacíficas y entendimiento, aun en los momentos más intensos del conflicto.

El periodismo de paz se presenta entonces en abierta contradicción con la forma usual como los medios cubren el conflicto que, por lo general, usa un lenguaje militar, hace énfasis extremo en los efectos visibles de la guerra —como bajas humanas, masacres y destrucción de la propiedad—, se enfoca en fuentes de élite y no en los que sufren y adopta una narrativa superficial que ofrece poco o ningún contexto histórico para entender las razones de la conflagración.

Las cosas no paran simplemente en la cobertura de la guerra o el conflicto abierto. En un reciente estudio, titulado Framing the Colombia Peace Process, el cual publiqué en la revista Journalism Practice en asocio con las investigadoras Summer Harlow, de la Universidad de Houston, y Daniel K. Brown, de la Universidad de Minnesota, encontré que, aun durante las negociaciones de paz, los medios, particularmente los colombianos, tienden a utilizar un lenguaje y un encuadre de guerra para cubrir los hechos.

Eso nos llevó a concluir que incluso durante períodos de negociación y diálogos de paz, los medios tienden a ofrecer interpretaciones bélicas de los procesos que pueden, como en el caso de Colombia, haber influenciado el Referéndum por la Paz y frenado la implementación de los Acuerdos de Paz.

Las lecciones del periodismo de paz, aunque en apariencia utópicas, se deben retomar en momentos de conflicto para que los medios, los editores y los reporteros puedan tomar decisiones sobre qué y cómo reportear en momentos de guerra y crear oportunidades para las sociedades, a fin de considerar y valorar la posibilidad de asumir respuestas no violentas. Este ideal podría contribuir al entendimiento de la guerra y el conflicto y facilitar, con información, las salidas diplomáticas y negociadas.