La telemedicina es un gran reto para los sistemas de salud en todo el mundo. En la actualidad, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) juegan un papel fundamental al ofrecer oportunidades de comunicación instantánea con los pacientes, lograr el acceso a los conocimientos médicos, brindar servicios con valor agregado y lograr la satisfacción al superar las barreras de infraestructura y acceso.

El avance imparable de las telecomunicaciones requiere un cambio en el modelo logístico y organizativo sanitario, para poder aprovechar todo su potencial. Según Erika Teresa Duque, profesora del Centro de Tecnologías para la Academia (CTA), existen tipos de redes de alta velocidad, concebidas para fines académicos, que ofrecen una capacidad de transmisión y compresión de datos al servicio de la investigación y la educación.

“En el caso de la telemedicina, las aplicaciones de estas redes están relacionadas con las teleconsultas, las cuales facilitan la atención de pacientes en condiciones de difícil acceso y el tratamiento de imágenes médicas para diagnóstico y patologías. Este tratamiento de imágenes es oportuno, debido a que usualmente tienen gran tamaño y se dificulta su manipulación en un solo servidor. Se hace necesario un sistema de alta velocidad y disponibilidad para accederlas”, asegura Duque.

Sin embargo, la experta considera que, el uso de redes académicas al servicio de la telemedicina, implica pensar estratégicamente para conjurar soluciones a problemáticas comunes, pero también abarcantes y no en solitario. Por eso, se requiere interacción con otras entidades, con todas las complejidades que esto demanda y también un compromiso institucional para la sostenibilidad en el tiempo.

La tecnología al servicio de la medicina 

De acuerdo con Claudia Garzón, directora del grupo de investigación de Control y Automatización de Procesos Universidad de La Sabana (CAPSAB), de la Facultad de Ingeniería, la tecnología le aporta a la telemedicina en varios aspectos, como en el desarrollo de una arquitectura, modular y escalable, que permita la implementación de la aplicación médica.

“Por ejemplo, en el desarrollo o manejo de sistemas que almacenen los datos, analicen la información de valor y tomen decisiones; también, la ingeniería aporta en la creación de aplicaciones que, a través de su respectiva interfaz, permita que los usuarios puedan interactuar entre ellos y/o con la información. Este último aspecto ofrece la posibilidad de analizar la información y tomar decisiones”, asegura Garzón.

Por su parte, William Guerrero, director del grupo de investigación Sistemas Logísticos de la Facultad de Ingeniería, considera que la telemedicina está en una etapa muy preliminar, a pesar de que cada día tiene una mayor acogida debido a que muchas personas prefieren ver al médico a través de la pantalla, en lugar de exponerse a contraer el COVID-19 en un hospital.