En 1962, los Supersónicos, una serie de la cadena estadounidense ABC, mostraba una realidad que parecía muy lejana para la época. La mayoría recordará a George, el papá, quien tenía un jefe muy malhumorado, el Señor Espacial, cuyo “liderazgo” se limitaba a los gritos y al temor, y con quien se comunicaba muchas veces por una videollamada. Para muchas personas que hoy laboran desde sus hogares, ese parece ser el pan de cada día; sin embargo, ¿es el Señor Espacial un buen jefe o líder?, ¿potenció las habilidades de George o solo lo llevó al colapso, evitando así aumentar su productividad?

Ser un buen líder, durante la crisis que hoy afronta el país, es clave para mantener un equipo de trabajo motivado y activo. Con la llegada de la pandemia, es necesario potenciar las habilidades del líder, entender que el papel de un jefe y el de un líder no son sinónimos y que con todos los cambios de hoy, como la comunicación en doble vía, los protocolos claros y las metas específicas sí marcarán una diferencia.

Las crisis, los cambios y las transformaciones son la dinámica del ser humano y de la sociedad. El líder es una persona que “mueve” y convence, porque así se le verá, como una persona que propone, impulsa a la acción y actúa para afrontar y enfrentar las implicaciones. Es una figura que, cuando habla, de inmediato genera movilidad; es fuente de credibilidad y no de temor.

Gustavo Gómez, director de la Maestría en Gerencia y Desarrollo de Personas de la Universidad de La Sabana, dice al respecto: “En todos los casos, el líder debe comunicar de manera clara, concreta, sustentada y con soporte; debe usar un lenguaje sencillo, simple y específico para cada público o grupo. Deberá escuchar en todo momento y estar muy activo para diferenciar la necesidad de cada grupo, así como sus requerimientos. Es una actividad constante, que debe mostrar un avance y una mejora en estas situaciones de crisis”.

Teniendo en cuenta que, al igual que George y el Señor Espacial, hoy se trabaja a la distancia, el profesor Gómez recomienda que, sin generar miedo, hay que ser claro con la situación y las posibles implicaciones. El líder debe resolver dudas, estar cercano, sin presiones, generando independencia. Adicionalmente, “Es muy importante entender y conocer con el equipo las actividades que deben desarrollar, los límites, los recursos y las capacidades de los integrantes. También debe mantener una comunicación concreta, fluida y pertinente, sin saturar, empleando los medios más expeditos y generando espacios de confianza para que la comunicación del equipo fluya.

Así mismo, debe trabajar en las soluciones más que en las causas de los problemas, motivar a los miembros del equipo a aportar, apoyar, dar ideas, ser creativos e innovadores; no generar ni miedo, ni amenazas”, agrega.

¿Cómo ser un líder asertivo y no coercitivo? ¿Qué clase de habilidades deberías potenciar en tiempos de aislamiento? El profesor Gómez recomienda los siguientes puntos:

Para fomentar tu liderazgo, busca movilizar y generar transformación, cambio y mejora.

La coerción y el bloqueo a la autonomía de los otros, así como la amenaza, impiden generar confianza y disposición para el trabajo, evita que el equipo aporte para que sea eficiente y eficaz

Sé asertivo, conoce a quienes conforman tu equipo.

Fomenta el diálogo, la comunicación y, en especial, la comprensión. Exige con claridad; dí lo que necesites decir, de forma clara, respetando a cada persona y con un tono adecuado.Negocia, es decir, sé “duro con el problema y suave con las personas”. Formula preguntas “poderosas” para generar respuestas que permitan entender y comprender, sin atacar. Por ejemplo: ¿que nos ayudará a avanzar?, ¿es posible hacer algo más?, ¿qué opina?, ¿cómo se (nos) sentiría (mos) si logramos ese resultado?

Ejerce autocontrol de las emociones propias y de interacción con el equipo.

Cada persona es diferente y reacciona ante la situación de variadas formas. Mantener la calma, escuchar, comprender y responder sin afectar o “herir” a las personas exige ese manejo emocional. Para usar esta capacidad, es necesario conocerse, con el fin de actuar en una medida justa, ser ponderado y tolerar.