Miguel Ángel, se describe en una palabra como un investigador. “(…) la cotidianidad me ha llevado a querer perseguir una vida académica” dice con orgullo.

Empezó sus primeros pasos hace un par de semestres, siendo profesor de un curso de investigación en la Universidad de La Sabana y tiene la plena convicción de que ser docente es su llamado de vida. Cabe resaltar, que Miguel Ángel es graduado de la carrera de Psicología y se encuentra culminando sus últimos requisitos académicos para graduarse de la carrera de Filosofía.

Su inspiración por la docencia lo ha llevado a entender que, para poder transmitir conocimientos, es necesario contar con una alta formación académica. Por eso se motivó a hacer a sus 23 años una Maestría en Alemania -que además le permitiera tener un punto de convergencia entre sus dos pregrados-, no obstante su proyecto profesional se extenderá hasta la formación doctoral.

“A nosotros los filósofos nos pasa que somos intensos con el mundo. Todo el tiempo nos estamos preguntando los porqués de lo que nos rodea”, afirma Miguel Ángel. “Súmale a eso, mi interés por entender cómo funcionamos desde la mente, por qué nos comportamos de una forma u otra, por qué sentimos, por qué amamos, etc.” agregó. Esto es precisamente lo que Miguel encuentra en Alemania:  la conciliación entre diferentes áreas de conocimiento, en este caso, psicología y filosofía, con un alto sello de calidad

“Juntar mi motivación por la mente con esa inquietud profunda de no quedarme satisfecho con nada, fue mi motivación para hacer un doble programa”, cuenta. Y es que, para Miguel, la mayor preparación para alcanzar sus logros ha sido cursar dos carreras al tiempo y responder con altura a ambas.

Miguel, además de ser beneficiaro de Colfuturo, es ganador de la beca otorgada por el DAAD (Servicio Alemán de Intercambio Académico). Esta beca cubre el 100% de sus gastos de viaje y de manutención durante el curso de su posgrado.

A futuro, Prieto se proyecta regresando al país. Para él, un país como Colombia necesita a sus profesionales. “No hay una mejor manera de aportar al cambio que formando personas en las mejores universidades del mundo, que quieran sembrar todo su conocimiento aquí, donde tanto lo requerimos”, concluyó.

Eduardo se describe como una person inquieta y curiosa. Desde su mirada intelectual ha descubierto que tiene preguntas de todo tipo, algunas con respuestas muy amplias. Por eso, toda su vida se ha dedicado a buscar espacios desde los cuáles pueda abordarlas. En este sentido, decidió estudiar  la carrera de Filosofía, porque está convencido de que las Humanidades ofrecen el espacio para responder esas preguntas frente a las cuales no siempre se encuentran respuestas exactas.

Trabajó durante su pregrado como asistente de investigación, promotor de la carrera de Filosofía y auxiliar en la oficina de gestión bibliográfica de la Universidad de La Sabana. Posteriormente, fue investigador auxiliar en un proyecto de Justicia Transicional en la Universidad del Rosario y luego investigador en un Grupo de investigación sobre Ciencia y Religión, tema que se ha convertido en su pasión.

Ahora, es profesor de cátedra en la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana, y trabaja como asistente de la Decanatura de Ciencias Políticas de la misma Universidad.

Decidió aplicar a su maestría en Oxford porque ha soñado con esta universidad toda su vida. “Me motiva no solo el alto perfil de sus profesores y estudiantes, sino todos los recursos que esta universidad ofrece”, afirma. La maestría que escogió la ofrece la Facultad de Teología de Oxford, pero realmente considera que es un ejercicio filosófico. “(…) muchas personas, sobre todo en América Latina, no tienen la formación en filosofía analítica, que es la que exige esta universidad. Hacer este posgrado me permitirá adquirir esta formación, útil para mi siguiente proyecto: un doctorado en Teología y Construcción de Paz”, dice.

"Mi principal reto al terminar esta maestría es contribuir a ampliar los diálogos entre ciencia y religión”, destaca Eduardo. “En La Sabana, entendieron este sentido y me ayudaron a prepararme para este momento”, agregó. “Otro reto que tengo, es hacer relaciones para seguir creciendo académicamente, en especial en campos donde prime la interdisciplinariedad”.

Eduardo destaca que un aspecto fundamental en el cumplimiento de sus metas ha sido sacarle provecho a todos los recursos que ha tenido, por ejemplo, en la universidad. También, hace una invitación a los jóvenes a romper las barreras de la pena por preguntar y resolver dudas. “Llevaba cuatro años buscando esta oportunidad de ser admitido en Oxford, lo logré después de preguntar mucho y hallar respuestas que potencializaran mis capacidades”, dice. “(…) por eso sé que plantearse metas grandes y trabajar por ellas, da frutos”, concluyó.