Muchas dudas surgen al momento de incluir las cifras en un texto escrito: “¿Cinco personas viajan?” o “¿5 personas viajan?” Por el momento, va una primera norma: nunca debe iniciarse una oración con números. Lo correcto sería: “Cinco personas viajan”. En algunos casos, quizás por falta de espacio, se admite el uso de los números en los titulares de prensa para agilizar la lectura: “5 personas viajan”.

Este lenguaje de origen árabe, el de los números, requiere practicarse, como en cualquier proceso de aprendizaje. Después de algunos días, se interioriza, sobre todo para quien escribe con frecuencia. Por supuesto, escribir que “hay dieciséis mogollas” o “hay 16 mogollas”, en la práctica, causa el mismo efecto y transmite la misma información, y más si las acompañamos de dos litros de un chocolate delicioso, caliente y espumoso (con queso y todo). Sin embargo, en el mundo de la escritura formal, ese uso exige ciertas precisiones.

Empecemos por alertar acerca de la correspondencia de género: “Treinta y una personas se reunieron”, “Treinta y un muchachos se entrenan en el campo de juego”, “Un hacha afilada, un águila calva, una mesa amplia”. Además, se escriben solo con una palabra del dieciséis al diecinueve, y del veintiuno al veintinueve, así como todas las centenas: dieciocho, veinticuatro, cien, trescientos, quinientos… De treinta en adelante, va con palabras compuestas: “Llegaron noventa y siete invitados”, “Fueron plantados ciento diecisiete árboles”, “Liberadas ochocientas cuarenta y dos aves”.

De todas maneras, por practicidad, los números resultan más efectivos para captar las ideas y favorecen la lectura fluida (¡gracias,señores árabes!): “Llegaron 97 invitados”, “fueron plantados 117 árboles”, “liberadas 842 aves”. En el periodismo (depende de las pautas de cada medio), se acostumbra a usar números a partir del doce: “Aplaudieron cinco niños”, “En el estadio, 13 futbolistas ondearon banderas”.

A veces, solo debe usarse el número, como en las fechas, edades, o en medidas de tiempo, peso, volumen, masa, etc., si estas últimas se fijan en tablas o recuadros. Por ejemplo, se escribirá: “15 de enero de 2000, el día más feliz de mi vida”, “Juanita, de 5 años, inició ayer sus estudios”, “Compraron 3 libras de cereal”, “El boxeador pesa 65,7 kilogramos”.

Hay fechas que se adoptaron como nombres propios: “El barrio 7 de Agosto”, “el sector del 12 de Octubre”, “misa en el 20 de Julio”, aclarando que van en minúscula los nombres de los meses y los días cuando se refieren a fechas: “El miércoles, 30 de octubre, es un día digno de celebración”.

Dentro de los numerales, están los ordinales (se refieren al orden): primero (1.º), sexagésimo octavo (68.º), ducentésimo tercero (203.º), millonésimo (1´000.000.º). Las decenas primera y segunda pueden escribirse separadas o unidas: decimoséptimo o décimo séptimo; vigésima sexta o vigesimosexta. Por favor, cuidado con la concordancia de género y con la acentuación.

Si los términos se escriben separados, cada uno llevará la tilde si así lo indica la regla de acentuación. Si se unen y los dos llevaban tilde, solo se dejará la tilde del segundo término. Si el término es femenino y se une a otro, solo va en este género al final de la palabra (decimoprimera; no “decimaprimera”). Si está separado, cada uno será femenino (décima primera). Solo repasen los ejemplos del párrafo anterior.

Reitero otra recomendación (impartida en otros textos): jamás deben confundirse los numerales ordinales (de orden) con los partitivos (partes): “El vigésimo congreso” (orden); no es correcto “veinteavo”. O se dirá “Dame un veinteavo de pastel (la parte 20). O sexagésimo (60.º) campeonato juvenil”, jamás “sesentavo”, y también se admite “Campeonato 60”. A quien interese: en español, “billón” equivale a un millón de millones (1.000.000.000.000). En inglés, “billion” equivale a mil millones (1.000.000.000). ¡Cuidado con los empréstitos en dólares!

Con vuestro permiso.