De La Sabana a un tanque de tiburones

Easy Line es una aplicación que busca reducir los tiempos de espera y mejorar la atención al cliente en distintos establecimientos: desde un spa de uñas, hasta un banco o centro de juegos. Su creador es Mateo Bolívar Sierra, estudiante de 19 años de Administración de Negocios Internacionales con Beca Excelencia del 100 %; miembro de Torrenegra Accelerator, una aceleradora que busca asesorar y brindar servicios de mentoría a emprendedores; ganador del capital semilla de “Generación CEIS 2019” y del Bar del Emprendimiento de Unisabana Hub y, hasta ahora, el participante más joven en concursar en Shark Tank Colombia. Gracias a su dedicación, perseverancia y pasión por el emprendimiento, Mateo sigue asegurando su camino al éxito profesional.

Se negó varias veces a participar en Shark Tank, un reality show de negocios, producido en más de 30 países, en el que cinco “tiburones” inversionistas y empresarios identifican los mejores emprendimientos para ayudar a impulsarlos. Decidió aceptar el reto sin saber que recibiría el apoyo de Alex Torrenegra, empresario y fundador de Bunny Studio, reconocida empresa del sector del entretenimiento. Desde entonces, solo han llegado aprendizajes. La experiencia en la aceleradora de Torrenegra le permitió crear otro emprendimiento: Contler, una solución web para la atención a los huéspedes en cadenas hoteleras, que ya está en funcionamiento.

Para su edad, Mateo ha logrado bastante, al punto que Easy Line fue seleccionado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) como uno de los ocho startups en etapa temprana con mayor proyección en el país; sin embargo, Mateo sabe que aún falta camino por recorrer. “No sé qué pase en un futuro, no sé si yo sea la persona indicada para llevar a Easy Line a donde debe estar, pero sé que haciendo las cosas bien puedo lograr aún más”, cuenta el estudiante al equipo de Campus.

El camino para comenzar a trazar esta historia requirió esfuerzo. “Tenía un saldo a favor con mi familia gracias a la Beca Excelencia”, dice él. Pero sabía que no pediría un carro, un celular nuevo o un viaje, como cualquier otro joven de su edad. Invirtió su esfuerzo, pasión e interés en el emprendimiento y desarrollo de ideas innovadoras.

Con muchas ganas y el conocimiento sobre emprendimiento, acudió a las herramientas y espacios brindados por la Universidad, como el Centro de Emprendimiento e Innovación Sabana (CEIS) de UniSabana Hub, talleres y clases. Con la ayuda de la entonces directora de programa de Administración de Negocios Internacionales y ahora decana de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas, Catherine Pereira, junto a profesores, espacios y concursos propiciados por la Universidad, Mateo comenzó a entender y a conocer qué conlleva un emprendimiento, sus conceptos, qué debe y qué no debe hacerse.

“Todos podemos soñar; pero sin acción, no vale nada”, dice Mateo. Por eso, siempre buscó la forma de motivarse: entender por qué lo estaba haciendo, pensar en el futuro, no compararse con los demás, persistir, escuchar, buscar ayuda, conseguir la experiencia y los contactos, pensar más allá del dinero, manejar la frustración, mantener su humildad y fe en Dios y, por supuesto, ver cómo podía impactar el mundo.

“Aprovechar los espacios de consultoría, acceder a una red de contactos y a las conexiones con el ecosistema de emprendimiento que brindamos desde el CEIS permitieron que Mateo concretara su idea y la llevara a la acción, gracias al portafolio de servicios que tenemos a disposición para toda la comunidad universitaria”, asegura Olga Lucía Escobar, jefe del Centro de Emprendimiento e Innovación Sabana. “Mateo es un ejemplo para los estudiantes de la Escuela Internacional y de la Universidad en general, no solo porque lo sienten cercano y real, sino porque a su corta edad sabe escuchar, no se cierra y, sobre todo, es perseverante… Por eso está donde está y sabemos que llegará aún más lejos”, asegura Carolina Velásquez, directora de programa de Administración de Negocios Internacionales.

“La Universidad nos brinda todas las herramientas y los conocimientos para emprender e innovar”, asegura Mateo. Por eso, sigue trabajando en ambos proyectos, no porque busque una riqueza económica, sino porque quiere motivar a otros jóvenes como él, también estudiantes de la Universidad de La Sabana, a perseverar, a concretar y ejecutar sus sueños, y a apoyarse en las clases, en los profesores e iniciativas como el CEIS, para comenzar a crear un emprendimiento.