La Universidad de La Sabana recibió en 2005 la donación del fondo documental perteneciente al presbítero Cipriano Rodríguez Santa María, vinculado de manera muy especial con la Universidad. La importancia de este legado puso en marcha la gestión de la propuesta para la creación y organización del archivo histórico.

Este fondo se mantuvo bajo la custodia de la familia Iragorri en Cali hasta 1991, cuando su última depositaria, Gloria Iragorri de Madriñán, lo entregó al padre Cipriano Rodríguez Santa María, quien finalmente lo donó a la Universidad.

Manuel María Mosquera fue un político y diplomático caucano, hijo de José María Mosquera y Figueroa y María Manuela Arboleda, hermano de los presidentes Tomás Cipriano y Joaquín Mosquera y gemelo de Manuel José Mosquera y Arboleda, arzobispo de Bogotá.

Fue enviado por su padre a estudiar a Quito cuando tenía 18 años para evitar las represalias de Pablo Morillo en Santafé. Regresa a Popayán en 1822 y, en 1830, en vista de la inestabilidad política del país por la muerte de Bolívar, sale rumbo a Europa junto a su hermano Tomás Cipriano de Mosquera y su primo José Rafael Arboleda.

Ese mismo año vuelve a Popayán y ocupa el cargo de secretario de la Universidad del Cauca. En 1833, fue nombrado jefe político municipal del circuito de Popayán.

En 1834, contrae matrimonio con María Josefa Pombo O’Donnell, hija de Manuel de Pombo y Beatriz O’Donnell, y hermana del entonces secretario del Interior y Relaciones Exteriores de la Nueva Granada, Lino de Pombo. No tienen descendencia.

En julio de 1836, fue nombrado elector del distrito de Popayán y, en octubre de ese mismo año, gobernador de la provincia, cargo en el cual ejecutó obras notables, como la nominación y arreglo de las calles de Popayán. En 1838, declinó la Rectoría de la Universidad del Cauca para aceptar la posición de comisionado fiscal y encargado de negocios en Londres.

En 1845, se ampliaron sus funciones diplomáticas, primero como encargado de negocios en París, y luego como ministro de primera clase en Madrid, con el fin de obtener de España el reconocimiento de la independencia de la Nueva Granada, para lo cual ya había adelantado gestiones en Londres con el embajador español, conde de Sotomayor.

En 1846, fue nombrado ministro plenipotenciario en Londres y en París. El 18 de agosto de ese año presentó sus credenciales ante el rey Luis Felipe; y el 19 de diciembre, ante la reina Victoria. En 1848, renunció, pero el Ejecutivo no solo le demoró el envío de las correspondientes letras de retiro, sino que le otorgó credenciales de ministro en Italia y los Estados pontificios, las cuales presentó al rey Carlos Alberto en Turín, en febrero de 1849, y al papa Pío X en Roma, en marzo del mismo año.

Cumplida su misión en Roma, respecto de la erección de la diócesis de Pasto y de la preconización del obispo electo por el Congreso, se dirigió a París, donde residió por algún tiempo sin desempeñar ningún cargo oficial.

Regresó a Bogotá en 1852, pero tuvo que partir casi inmediatamente con destino a los Estados Unidos y a Europa, para acompañar a su hermano el arzobispo Manuel José, desterrado por el Congreso en el Gobierno de José Hilario López. Después de morir el arzobispo en Marsella en 1853, permanece en París al frente de sus negocios particulares.

En 1860, fue nombrado comisionado fiscal en Londres y, en septiembre de 1861, fue ratificado como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario para arreglar el pago de la deuda externa de la Nueva Granada hasta su renuncia en 1864. Sin embargo, vuelve a dicho cargo desde mediados de 1866 hasta finales de 1868, cuando decide regresar definitivamente a Colombia. En 1869, será nombrado vocal principal de la Corporación Municipal del Distrito de Calibío.

En mayo de 1870, actúa como examinador principal del Colegio de San Francisco de Asís en Popayán, pero, en 1871, declina sus nombramientos como conjuez de Calibío y adjunto suplente a la Dirección General de instrucción pública. Desde septiembre de 1871 hasta 1873 ejerce el cargo de rector de la Universidad del Cauca.

Ya enfermo, en 1873, cede a sus hermanos las acciones en las minas de Timbiquí y otros bienes para pagar sus deudas. Se dedica, entonces, a atender asuntos particulares, a fomentar labores educativas y de beneficencia y, en 1877, es miembro principal de la Junta de Inmigración de Popayán. Muere en su ciudad natal en 1882.

Este Fondo reúne documentación producida por destacadas figuras públicas y privadas de la antigua provincia del Cauca desde el siglo XVI hasta el siglo XX, entre 1595 y 1987, aunque la mayoría corresponde primordialmente al periodo comprendido entre 1780 y 1880. Contiene tres subfondos con 25 200 folios.

El primero de ellos, Familia Mosquera, corresponde al archivo familiar y personal acopiado por Manuel María Mosquera y Arboleda. Comprende una muy variada documentación del linaje Mosquera y Arboleda, e incluye, además de algunos papeles genealógicos, las siguientes secciones:

 • El archivo personal del oidor Joaquín Mosquera y Figueroa, tío de Manuel María Mosquera, entregado a él por su esposa, Josefa García de Toledo. Contiene, además de sus papeles personales, una voluminosa y muy importante serie de documentos de función desde el inicio de su carrera pública. Joaquín Mosquera y Figueroa fue teniente de gobernador y auditor de guerra en Popayán y en Cartagena, oidor en la Real Audiencia de Santafé, oidor y alcalde del crimen en la Real Audiencia de México, regente visitador en la Capitanía General de Venezuela, diputado ante la Junta Suprema en España, miembro del Consejo de Regencia y presidente en 1812, ministro del Consejo de Indias y secretario de cámara del Consejo Supremo y secretario fiscal perpetuo de la Orden de Isabel la Católica hasta su muerte en 1830. Durante su permanencia en América hasta 1809 le correspondió adelantar varios juicios de residencia, entre otros, el del virrey Caballero y Góngora, así como liderar el juicio contra Antonio Nariño en 1794. También fue encargado de la visita secreta a la Audiencia de Caracas, en los inicios de la revolución emancipadora. Asimismo, hacen parte de esta sección algunos documentos pertenecientes a su hermano, el presbítero Manuel José Mosquera y Figueroa, rector del Colegio Real y Seminario de San Francisco de Asís de Popayán.

• El archivo de José María Mosquera y Figueroa, hermano de Joaquín y padre de Manuel María, con su testamentaria, documentos sobre el manejo de sus haciendas, minas y otros negocios, correspondencia y una serie de papeles sobre medicina natural.

• El archivo personal de Manuel María Mosquera, en el que se destacan los documentos de su gestión en Londres como ministro ad hoc de la comisión fiscal para el pago de la deuda externa adquirida por la revolución de independencia de la Nueva Granada y otros papeles de su función como encargado de negocios en París y ministro en Madrid. También contiene amplia documentación sobre sus negocios personales y familiares, la administración de sus haciendas y otras actividades que desarrolló a su regreso a Popayán. En esta sección, se encuentra también un extenso epistolario y algunos otros documentos pertenecientes a sus hermanos, los presidentes de la República Tomás Cipriano y Joaquín Mosquera, así como el archivo de la mortuoria de Manuel de Cuevas, tesorero de diezmos y administrador del Convento de la Encarnación de Popayán.

• El archivo personal de su hermano Manuel José Mosquera, arzobispo de Bogotá, con varios manuscritos y pastorales inéditos y numerosa correspondencia de obispos y otros importantes personajes que le escribieron durante su destierro. Dentro de este se encuentra otro archivo personal, el del presbítero payanés Mariano del Campo y Larraondo, escritor y prócer de la Independencia.

El segundo subfondo, denominado Ajenos a la Familia, comprende dos secciones. La primera, denominada Familia Iragorri, contiene papeles de la testamentaria de María Josefa Pombo de Mosquera y de los pleitos por la sucesión de sus bienes, además de otros documentos de José María y Jorge Iragorri Isaacs y otros miembros de la familia heredera del matrimonio Mosquera Pombo. La segunda, designada como Indistintos, comprende documentos de diversa procedencia y temática, que no pertenecen ni a la familia Mosquera ni  a la familia Iragorri.

Por último, se creó un tercer subfondo, generado a causa de la donación recibida el 16 febrero del 2016, de documentos pertenecientes originalmente al fondo de la familia Mosquera, custodiados en calidad de préstamo por Álvaro José Dueñas, primo del padre Cipriano Rodríguez, ambos descendientes del general Tomás Cipriano de Mosquera. Por tratarse de ingresos posteriores a la culminación de la labor de clasificación, ordenación y foliación del Fondo, estos papeles quedan registrados con los números de referencia correspondientes a su ubicación física al final del acervo, aunque en la descripción aparecerán las referencias cruzadas del lugar que les corresponde dentro del cuadro de clasificación.

La Universidad de La Sabana recibió de manera simultánea en el año 2005, la donación del Fondo Manuel María Mosquera y del fondo documental perteneciente a David Mejía Velilla, distinguido promotor, gestor y miembro de la Institución.

Un profundo interés por la historia de la patria condujo a David Mejía a utilizar recursos de la herencia de su padre para comprar, en la década de los sesenta, el archivo personal y familiar del prócer civil payanés Santiago Arroyo y Valencia[1] a los hijos de Miguel Arroyo Díez. A lo largo de su vida David Mejía fue enriqueciendo este acervo con adquisiciones de diversa procedencia, entre las cuales se destaca una parte del archivo personal del general Marceliano Vélez, el archivo del arzobispo Fernando Caicedo y Flórez y otras piezas documentales de enorme valor histórico, que fueron legadas a la Universidad de La Sabana para su custodia permanente después de su muerte, en el año 2002.

El valor de este conjunto documental fue descrito por David Mejía en una carta, en los siguientes términos: “Este archivo es completo hasta el punto de poderse afirmar que entre los pertenecientes a ciudadanos particulares, no tiene par en Colombia. Y además, está completamente inédito y, por lo mismo, ofrece inmensas posibilidades para la investigación y el progreso de los estudios históricos”[2]

 


[1]Conocido también como Santiago Arroyo y Valencia o Santiago Pérez de Valencia.
[2]AHCRSM, Universidad de La Sabana. DMV. CA41, CP1, FOL. 1r.

 

David Mejía Velilla[1] nació en el corregimiento de Santa Helena en la jurisdicción de Medellín, el 14 de marzo de 1935, en el hogar de Sebastián Mejía y Ana Francisca Velilla y murió en Bogotá, el 15 de septiembre de 2002.

Tan pronto como se graduó de abogado viajó a Europa y obtuvo el doctorado en Derecho Canónico en la Universidad Angellicum, hoy conocida como Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino de Roma. Regresó a Bogotá, donde, además de ejercer su profesión, desempeñó múltiples actividades en áreas de su particular interés, como la educación, el periodismo, las letras, las artes y las humanidades. Fue uno de los promotores del Centro de Orientación Docente (COD), de la Asociación para la Enseñanza (ASPAEN) y de la Universidad de La Sabana, en donde fue profesor, decano de la Facultad de Derecho y de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo y director del Instituto de Humanidades.

Fue miembro de número de las Academias Colombianas de la Lengua, de Educación, de Historia y de Historia Eclesiástica de Bogotá y de la Real Academia de la Lengua Española. Fue columnista del periódico El Colombiano, miembro del consejo de redacción de la revista Arco y más tarde su director. Autor prolífico, publicó más de 18 libros entre 1964 y 1998 y cultivó diversos géneros y temas, como el ensayo, la crítica, la poesía, la educación y la historia. De su producción se ha destacado, particularmente, su obra poética.

 


[1] Los datos han sido tomados del libro David Mejía Velilla, Poesías Selectasde Bogdan Piotrowski y Alfonso Forero Gutiérrez, Chía, Universidad de La Sabana, 2012.

El Fondo David Mejía comprende cinco subfondos constituidos por el archivo personal y familiar del prócer civil payanés Santiago Pérez de Arroyo y Valencia; el del general Marceliano Vélez; el de Bernardo J. Caycedo, con el archivo del arzobispo Fernando Caicedo y Flórez; una miscelánea de gran valor histórico y el archivo personal de David Mejía.

El subfondo Santiago Arroyo comprende el archivo personal de este personaje, abogado de la Real Audiencia y una de las figuras más destacadas –aunque bastante desconocida– de la sociedad payanesa de su época, cuyas relaciones personales y profesionales trascendieron ampliamente los límites de la provincia de Popayán. Su archivo recoge documentos y correspondencia propios de sus actividades privadas y públicas, así como los de algunos miembros de su familia y allegados. Incluye estudios jurídicos, pedagógicos, científicos e históricos, así como documentos correspondientes a los múltiples cargos que desempeñó: alcalde de Popayán durante la Independencia, senador durante la Gran Colombia, director de Instrucción Pública y fundador de la Universidad del Cauca, entre otros.

Su particular interés por conservar la memoria histórica de la patria lo llevó, además, a compilar un grueso volumen de correspondencia entre notables funcionarios del Gobierno colonial y peninsular, próceres de la Independencia, presidentes de la República y altos dignatarios eclesiásticos durante el siglo XIX.

Este subfondo contiene asimismo una voluminosa documentación sobre la Casa de Moneda de Popayán, a cargo de su pariente Pedro Agustín de Valencia y su descendencia; empadronamientos de población; actas del cabildo de Popayán; propuestas y estudios jurídicos y políticos sobre el régimen constitucional, el Patronato, la manumisión de esclavos, la desamortización de bienes de manos muertas; documentos militares del Batallón Numancia; entre otros.

El subfondo Marceliano Vélez reúne correspondencia personal del general, algunos artículos de prensa y documentos oficiales que dan cuenta de su trayectoria pública como líder del partido conservador, protagonista de varias de las guerras civiles en el siglo XIX, alto dignatario en la administración pública, congresista y gobernador de Antioquia y jefe civil y militar de Bolívar y Magdalena, entre otros. Contiene también documentación de su yerno Gabriel Velásquez Posada, casado con Ana Gertrudis Vélez.

El subfondo Bernardo J. Caycedo, quien fuera miembro de la Academia Colombiana de Historia, contiene la documentación referente a la investigación que realizó sobre su antepasado Fernando Caicedo y Flórez, primer arzobispo de Bogotá en la época republicana (1828-1832). Aquí se encuentran, por un lado, apuntes, transcripciones, borradores de textos y correspondencia que dan cuenta del desarrollo de la investigación; por otro lado, el archivo del arzobispo, que recoge certificaciones de sus títulos y nombramientos, documentos personales y de función y papeles acerca del proceso que se le siguió en España durante su destierro, informes en su favor, homilías, un inventario de libros de la Santa Inquisición, además de algunos documentos póstumos recolectados por Bernardo J. Caicedo.

El subfondo Miscelánea está compuesto por documentos de diversa procedencia y acoge asuntos militares, eclesiásticos, de Gobierno, civiles, más una correspondencia muy heterogénea que David Mejía fue adquiriendo a lo largo de su vida. Entre ellos hay valiosos documentos de los Ejércitos de Venezuela entre 1823 y 1830; de la arquidiócesis de Bogotá entre 1670 y 1860; del Gobierno hispánico en América en la última etapa del período colonial: cédulas reales, bulas papales, oficios de los últimos virreyes y del Poder Ejecutivo en diferentes períodos del siglo XIX; oficios de la Secretaría de Relaciones Exteriores y del Ministerio correspondiente en el siglo XX, con un contrato relacionado con el Canal de Panamá, ejemplares de tratados internacionales, así como escrituras y pleitos de tierras y bienes, y documentos de los descendientes de Jorge Miguel Lozano, marqués de San Jorge,

Por último, se encuentra el archivo personal de David Mejía, en el que se recogen algunos borradores de sus escritos históricos, transcripciones e inventarios y ficheros que elaboró en el proceso de organización del acervo que adquirió.