Personas y organizaciones socialmente responsables

Hoy en día, es un asunto de moda que las empresas se autoproclamen socialmente responsables. De hecho, según los resultados de la Segunda Encuesta de Arquitectura Social Estratégica, adelantada por la Asociación Nacional de Industriales (2017), aproximadamente la mitad de las empresas en Colombia tienen un área o una persona encargada de manejar su estrategia social.

La responsabilidad social corporativa se define como el “compromiso voluntario que una organización (empresarial o no) adquiere para responder por los impactos sociales, económicos y medioambientales de su actividad” (Teresa de Dios Alija, 2013, p. 46). Sin embargo, ¿es posible que una sociedad tenga empresas “socialmente responsables” aunque las personas que la conforman no lo sean? El doctor Jesús David Girado, profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, ayuda a comprender por qué a las personas les cuesta tanto ser socialmente responsables.

En primer lugar, hay que entender Personas y organizaciones socialmente responsables dos teorías filosóficas que explican por qué los seres humanos actúan con responsabilidad o sin esta ante ciertas situaciones. La primera de ellas es el emotivismo, que plantea que la razón es esclava de las pasiones, es decir, las decisiones que se toman en el día dependen o se derivan de las emociones. Según esta teoría, los motivos por los cuales se actuaría responsablemente con las personas recaen en que hay factores de estimulación (por ejemplo, se actúa “bien” porque hay una bonificación en la organización donde se trabaja) o en que los seres humanos funcionan mediante vínculos de lealtad. Esto quiere decir que hay motivación al ser socialmente responsable con aquellos más cercanos al círculo y, en la medida en que haya grupos de personas que están más lejos del centro, no se siente la necesidad de actuar responsablemente con estos.

La segunda teoría es el racionalismo. En este caso, el experto Girado explica que ser racionales significa llevar a cuestas la responsabilidad de toda la humanidad. Usar la razón hace que se vea a las personas no como medios, sino como fines en sí mismas, es decir, Un primer paso para salvar el río Bogotá comprender que ellas no tienen importancia (como las cosas que usamos), sino dignidad. En esta teoría también es significativo resaltar que la responsabilidad se convierte en un acto posconvencional, que quien quiera ser socialmente responsable debe estar consciente de que hace parte de una humanidad y de que sus actos repercuten como un efecto dominó en esta.

Pero, entonces, ¿cómo se logra ser socialmente responsable? El doctor Girado plantea que deben complementarse las emociones que estimulan a ser responsables con la fuerza de la razón, esa que lleva a establecer compromisos morales con personas que están más allá del círculo social y de la simple obligación normativa. Solo cuando se logra tal equilibrio se tiene a personas auténticamente responsables y, por ende, organizaciones no reducidas al cumplimiento de lo legal. Así, como decía Aristóteles, hay que estar convencido de esforzarse por hacer lo correcto y pensar muy bien lo que está establecido, porque no siempre lo mínimo establecido es lo correcto.

 

Referencia

  • De Dios Alija, T. (2013). Ser socialmente responsable. Decisión y compromiso. Comunicación y Hombre, (9), 45-57. Recuperado de bit. ly/2Xiyl34.