Una tutela para la vida digna

Una tutela es “un mecanismo de protección judicial de los derechos fundamentales de las personas”, explica Alejandro Barreto, profesor de Derecho Constitucional Orgánico, quien en las clases motiva a sus estudian- tes a que busquen soluciones de problemas reales desde las aulas.

En ese sentido, la estudiante del programa de Ciencias Políticas, Luciana Rodríguez, junto con Ana Milena Zambrano y Sergio Casas, estudiantes de la misma carrera, y con base en una problemática que identificó en compañía de una amiga de medicina, decidió interponer una tutela para garantizar el acceso a las toallas sanitarias para mujeres en condición de indigencia, a partir del caso de la señora Martha, quien no contaba con estos elementos.

La acción llegó, en última instancia, a la Corte Constitucional, que ordenó a la Secretaría Distrital de la Mujer diseñar e implementar una política pública que permita a estas mujeres acceder a los productos de higiene necesarios para garantizar- les una vida digna. Campus habló con Luciana, para conocersobre el proyecto:

Campus: ¿qué aspectos de las clases se llevaron a la práctica con este proyecto?

Luciana: como futura politóloga, este proyecto me permitió tomar conocimientos de la carrera y aplicarlos en la vida real, teniendo un acercamiento al tipo de labores que me gustaría desarrollar en un futuro. Además, esta experiencia me ha recordado la importancia de la constancia, indispensable tanto en la vida laboral como en la vida personal. Por ejemplo, este proyecto se inició hace más de un año y, desde que empezó, he realizado acciones de seguimiento que han incluido llamadas al juzgado, a la Corte Constitucional e incluso presentar derechos de petición. Considero que la labor de todo profesional y, particularmente, la de los politólogos, debe encaminarse hacia el bien común y a mejorar la vida de las personas. Esta experiencia me llevó a estar un paso más cerca de ese objetivo. Sin embargo, mi ca- rrera también me ha enseñado que este fallo, por gratificante que sea,se encuentra lejos de concretarse, por lo que es necesario continuar haciendo seguimiento. Adicional- mente, me aportó el hecho de salir un poco de esa torre de marfil en la que a veces nos encontramos los estudiantes, relacionando la teoría con la práctica.

C: ¿crees que este proyecto aporta en la construcción de una mejor sociedad?, ¿cómo?

L: considero que los politólogos deben obrar buscando mejorar la vida de las personas y este es el ejemplo perfecto del tipo de labor que, a mi parecer, deberían realizar los politólogos: procurar el bien de las personas, en particular de aquellos que se encuentran en una situación más vulnerable, ante quienes el Estado -de manera subsidiaria- puede mejorar sus condiciones de vida. Además, este tipo de trabajos implican un reto de identificación y análisis de problemáticas, indispensables para cualquier politólogo, acompañado de un trabajo de campo que permite desarrollar el aspecto más humano y la empatía, lo que, a su vez, aporta mucho a la consolidación de un buen politólogo. El fallo de la Corte, dentro del cual se ordena la creación de una política pública distrital en materia del manejo de la higiene menstrual, me recordó que, a dife- rencia de lo que muchos dicen, sí se puede cambiar el mundo y creo que es necesario que los profesio- nales, en especial los politólogos,mantengamos esta esperanza, que es vital para permitir que nuestros proyectos se concreten.

C: ¿qué representó para ti este logro?

L: para mí, este logro es estar un paso más cerca de conseguir algo que puede llegar a tener un impacto positivo sobre la vida de miles de personas, las cuales muchas veces se sienten invisibles frente a los demás, porque esta es la manera en la que los tratan. Por una parte, estoy absolutamente feliz y conmovida con el fallo de la Corte, con que los derechos de la señora Martha, quien fue el motor del proyecto con su historia, y de tantas mujeres en con- dición de habitantes de calle, sean amparados, elevando este derecho a derecho fundamental. Y espero que esto también pueda hacer que las personas se vuelvan conscientes de esta realidad y comiencen a ver y a tratar al otro como un igual, es decir, como una persona cuyos derechos deben ser respetados. Este proyecto me acercó un poco más al tipo de persona que quiero ser y al tipo de impacto que quiero dejar en el mundo. No obstante, la labor aquí no está terminada, todavía falta mucho por hacer, empezando por asegurarnos de que la señora Martha tenga acceso de manera efectiva a los elementos de higiene femenina. Asimismo, es necesario hacer seguimiento y asegurarse de que la política pública se está adelantando de la mejor manera, y dentro de los términos esta- blecidos. De manera similar, yo quiero aportar personalmente en la formulación y la ejecución de la política. Este es un tema que yo ya venía trabajando y frente al cual tengo algunas ideas y propuestas que me gustaría aportar.