Se acerca la cuarta versión del Sisbén

A partir de 2019, se endurecerán los requisitos para acceder a los programas sociales.

Nancy Rivera, profesora del Departamento de Economía.

En el país se volvió una moda el lanzamiento de las cuartas versiones de programas y metodologías para el acceso a políticas públicas. Primero fue la cuarta Generación (4G) de Concesiones Viales y ahora la cuarta versión del SISBEN.

Para el diseño e implementación de la nueva versión del sistema, su costo será de $70.3 mil millones, de los cuales el 61% se invertirán en el operativo de campo que se desarrollará entre 2017 y 2019.

Este es un tema sensible, la palabra SISBEN toca a la ciudadanía y tiene gran significado por lo que implica en términos de pertenencia a programas sociales.

Este cambio se viene planeando desde abril de 2014, momento en el cual se conformó un equipo de trabajo en el que se encuentran representantes del Departamento Nacional de Planeación- DNP, el Banco Mundial, la CEPAL, el Banco de la República y consultores expertos en el tema, que tienen la función de revisar los elementos que debe incluir esta cuarta versión.

¿Por qué una nueva versión? y ¿Qué implica para los afiliados este cambio?

Lo primero a precisar es sobre lo que significa el SISBEN, ya que es común escuchar varias confusiones al respecto. Si digo “Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios”, ¿Esto lo asociarían al SISBEN? Realmente es un instrumento de focalización individual para programas sociales. Su metodología plantea un puntaje que permite conocer, acorde a los requisitos de los programas del Gobierno, si es posible inscribirse en alguno de los 20 programas sociales en los que se ha focalizado.

Desde sus inicios en 1995 (I versión), el puntaje ha estado en un rango 0-100 considerando condiciones de calidad de vida; en 2005 se implementó la II versión, cuyo puntaje también se veía por niveles para la focalización de los programas; y es en 2011 cuando se implementó la III versión, que se incluyó cortes de puntajes para la pertenencia al mismo.

Uno de los 20 programas de gran impacto es: “Más Familias en acción”. Acorde a la información del Departamento de Prosperidad Social, para poder inscribirse, el puntaje del SISBEN, en el caso de personas ubicadas en Bogotá y ciudades capitales, debe ser menor a 30.56; si la persona cumple con ese puntaje podrá inscribirse y tener acceso al incentivo en salud y educación que el programa ofrece.

Según el informe de Rendición de Cuentas de 2016 del Departamento de Prosperidad Social, se han beneficiado 2’503.713 familias, 1’243.985 niños y niñas menores de 7 años con incentivos de salud; y 3’129.861 niños, niñas y adolescentes en edad escolar han recibido incentivos de educación.

Otro de los programas que toma en cuenta el puntaje del SISBEN es Ser Pilo Paga que, en su tercera versión, incluía dentro de los requisitos en ciudades principales tener un puntaje SISBEN menor o igual a 57.21 y en zonas rurales de 40.75. Según el informe de Rendición de Cuentas de 2016 del Ministerio de Educación, 30.507 jóvenes se han beneficiado en 460 programas académicos.

Estos dos programas son solo una muestra de los 20 en los que impacta el puntaje SISBEN.

Y volviendo a nuestra pregunta ¿Por qué una nueva versión? El planteamiento de su necesidad se encuentra en el documento CONPES 3887 de 2016, mediante el cual se declara de importancia estratégica SISBEN IV. Los problemas con la anterior versión, se han resumido en dos grupos: enfoque y calidad en la información.

Por el lado del enfoque, el Gobierno argumenta que el puntaje ha perdido su capacidad de aproximarse a la situación socioeconómica de los hogares, requiriendo un índice que identifique tanto a la población en condición de pobreza monetaria como multidimensional y minimice errores de inclusión y exclusión. Una de las justificaciones que se presenta es el comportamiento opuesto entre pobreza y SISBEN. Mientras la incidencia en pobreza ha venido disminuyendo, el sistema ha presentado un crecimiento en el porcentaje de potenciales beneficiarios de programas sociales.

En cuanto a calidad, algunas fallas se han evidenciado; éstas van desde lo procedimental donde el SISBEN funciona mediante la agregación de 1.100 bases de datos administradas por los territorios y la identificación de 2’620.094 casos fraudulentos en donde el documento de identidad de la persona no corresponde con su rango de edad, demostrando manipulación e inconsistencia en la información. En otras palabras, colados al sistema.

Según el último reporte con corte a abril de 2017 en la base certificada nacional, existen 10’867.635 hogares, que corresponden a 36’420.989 personas validadas en el SISBEN.

¿Qué implica para estos afiliados este cambio? La depuración de las bases de datos, la atención a las visitas del operativo de campo, la centralización de la información en el DNP, estar pendientes del análisis que deberá realizar el Gobierno sobre la relación SISBEN y pertenencia al régimen subsidiado, estudio que deberá terminar en diciembre de 2018.

La inclusión del levantamiento de información de habitantes de la calle y el componente de ingresos dentro de la metodología serán otros elementos para hacer seguimiento. Y algo muy importante en lo que debe trabajar el Gobierno: posible temor a la pérdida de acceso a programas sociales, que podría ocurrir por actualización del SISBEN IV, nueva versión que se esperaría estar totalmente lista en 2019.

*Columna de opinión publicada en El Tiempo.com: http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/cuarta-version-del-sisben-analisis-unisabana-98842