Hay que apostarles a las vías 4G

Sin corrupción, estos proyectos de infraestructura son el principal motor de la economía.

Nancy Rivera, profesora del Departamento de Economía.

Uno de los retos más importantes del país es impulsar la economía. Con un crecimiento del 2% en 2016, estamos lejos de alcanzar unas buenas cifras en materia económica y, como los malos estudiantes, vamos perdiendo el año. Para corregir el rumbo, y lograr el crecimiento anhelado, la apuesta del Gobierno debe ser, sí o sí, centrarse en las inversiones.

Dentro de las cinco mayores inversiones que se deben hacer para impulsar la economía, sin lugar a dudas, las vías 4G se consolidan como la mayor esperanza para generar mayores empleos; se calcula, por ejemplo, que para este año se abran cerca de 313.784 nuevas vacantes, lo cual generaría una mayor contribución al crecimiento del PIB, futuras reducciones en costos logísticos y mejores proyecciones en el sector comercio.

Pero en los progresos de las vías 4G parece que el panorama ha estado cambiando. Estábamos acostumbrados a escuchar las amplias felicitaciones con este programa tan ambicioso que comprende una dimensión en inversión de cerca de $47 billones y más de 30 proyectos.

En el actual escenario se presentan preocupaciones por los precarios avances de las obras, los cierres financieros y su impacto en la economía. Proyectos como Mulalo-Loboguerrero, una de las grandes proezas para el Puerto de Buenaventura, está paralizado y de esa manera será demorado su impacto económico en la región. Según cifras de la Agencia Nacional de Infraestructura – ANI, hay cuatro proyectos más con problemas en consulta previa y cinco en controversias contractuales.

A nivel financiero, la Financiera de Desarrollo Nacional juega un papel muy importante como es el de reconstruir la confianza de los inversionistas locales, fortalecer las relaciones y buscar más inversionistas extranjeros y fondos estratégicos; también sería bueno escuchar que viene en camino el nuevo fondo entre BlackRock y Fiduciaria Bancolombia. El golpe del caso Odebrecht por el escándalo de corrupción ha sido parte de la necesidad de dinamizar la negociación y fortalecer la confianza en el programa.

En la medida en que se generen los cierres financieros de estos proyectos se podrá observar en la economía un mayor dinamismo como resultado posterior de la ejecución de las obras, que traerá consigo la adquisición de más insumos para la construcción de las obras, esto generará empleos y se contribuirá al crecimiento del PIB. Por ahora, lo urgente será revisar las soluciones a los proyectos que presentan problemas enmarcados en la regulación económica.

Detrás de todo este panorama hay un tema que ha pasado muy superficial dentro de los análisis: la repartición de riesgos y su impacto económico. Por ahora, solo se está hablando en esta primera etapa de los problemas coyunturales y estructurales dentro del proceso principalmente de preconstrucción.

Ya en el proyecto Puerta de Oro-Cruz del Viso se está debatiendo los mayores precios de obra y el posible desequilibrio financiero, un debate entre el concesionario y la ANI, cuyo primer impacto es el atraso en las obras y posteriormente el debate financiero de quién pagará los sobrecostos.

En las siguientes etapas del desarrollo de este ambicioso programa se verán más cambios y medidas que la ANI deberá afrontar, como el impacto económico de los riesgos. Esperemos que hayamos dejado atrás los sobrecostos que se presentaron históricamente en proyectos como Autopistas del Café y Bogotá-Girardot, en los cuales fueron de más del 60% de lo estimado.

Se espera, eso sí, que se solucionen rápidamente los problemas de preconstrucción para que realmente se pueda ver durante el periodo de construcción, el efecto multiplicador que ha proyectado el Departamento Nacional de Planeación – DNP, el cual augura un aumento en 1,5 por ciento el PIB del país.

Espero, finalmente, que los $9.2 billones de inversión de este año, generen una salida a la desaceleración económica. En hora buena por las vías 4G, limpias de corrupción son, sin duda, el motor más poderoso de la economía.