El año para hacer “clic” con la responsabilidad social

Columna de opinión por: Lina María Téllez, profesora del Departamento de Servicio, Hospitalidad y

Calidad de la Escuela Internacional.

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Por Lina María Téllez, profesora del Departamento de Servicio, Hospitalidad y Calidad de la Escuela Internacional.

La responsabilidad social como estilo de gerencia, como manera de ser de una organización, debe trascender las aulas, las conferencias, los congresos, las redes sociales, el plan estratégico y, ojalá, las líneas de esta columna.

Si haces parte de una empresa donde están dudando sobre cómo implementarla, este es el año para que se ponga fecha y lugar a la cita con una gestión más sostenible. ¿Qué significa esto? ¡Nada para preocuparse! “No hay nada particular para que este año sea el del “clic”, es solo que el próximo se nos hará más tarde”.

Comienza por evaluar qué se podría hacer mejor —hay herramientas como la ISO 26000 que ayudan a hacerlo con objetividad— y cómo extender el beneficio mínimo que el negocio o propósito puede generar: comparte lo que sabes, logra que tus iniciativas partan de lo que sabes hacer, paga más temprano a ese proveedor, aventúrate en un plan de horario flexible, piensa en las necesidades particulares de tu gente y realiza una campaña a cero costo donde puedas reconocer a quienes ahorren un poco de algún recurso que en un año genere gran impacto en el presupuesto y en el planeta. Seguro el balance será positivo, en todo lugar hay acciones que van por buen camino.

Si haces parte de una empresa que ya tiene un área de responsabilidad social, un informe de sostenibilidad GRI Standards o cuenta con presupuesto, no dejes pasar más tiempo sin dar un paso extra. Revisa tus publicaciones sobre el tema y ten un diálogo honesto sobre cuáles son las iniciativas que se han ido quedando en el tintero o los indicadores que no se han logrado medir. Arriésgate a inspirar a otros. Siempre he pensado que anunciar un plan de responsabilidad social o una declaración corporativa sobre el tema significa exponerse. Exponte, participa en ponencias, publica en tu página web y difunde las acciones que realizas para que tengas oportunidad de recibir retroalimentación.

No hay nada particular para que este año sea el del “clic”, es solo que el próximo se nos hará más tarde y el costo ambiental, social y económico seguirá siendo más alto; el desafío será mayor y la oportunidad de mitigar más lejana.

A manera de cierre, dejo una lista de ideas y preguntas para que no se acabe febrero sin tener la certeza de que este año sí haremos la diferencia:

Apadrina a un proveedor: ¿cómo? Articula tu primer programa de voluntariado corporativo. Si ya cuentas con uno, esta puede ser una nueva línea de trabajo. No importa el tamaño de tu organización: tu equipo tiene mucho que aportarle a ese proveedor para que se desarrolle, formalice y crezca.

Trata de realizar tu primer informe de sostenibilidad: cada vez es más amigable; aprovéchalo para detectar en qué punto te encuentras y qué camino te falta por recorrer. Si ya tienes un informe, trata de hacer que se entienda mejor y que más personas lo lean, ¡gran reto!

Evalúa tu manera de trabajar con la gente: puede ser que ya tengas grandes avances, puesto que todo lo que está más allá de los beneficios de ley te sitúa en el terreno de la responsabilidad social.

Invierte en nuevos sistemas de iluminación para las oficinas, si tu presupuesto lo permite. Si no es viable, revisa la manera de aprovechar la luz natural y cómo un cambio en horarios de trabajo puede ayudar a ahorrar en consumo de energía.

Inscríbete en un curso virtual y lee otro poco sobre la responsabilidad social para que tu compromiso sea de calidad, para que cada vez comprendas mejor las dimensiones que este tema aborda y por qué está en cada rincón de la empresa.

¿Estás listo para hacer “clic”?