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Innovación desde la academia para reducir el colesterol sérico

Stephania Aragón Rojas, graduada del Doctorado en Biociencias de las facultades de Ingeniería y Medicina, desarrolló en su proyecto de tesis un producto funcional con actividad probiótica a través de un microorganismo encapsulado, el cual permite disminuir el colesterol sérico en los seres humanos.

Aragón Rojas inició su investigación aislando e identificando los microorganismos característicos del suero costeño con potencial probiótico, es decir, los que son buenos para la salud. Uno de los microorganismos con mejor capacidad para bajar los niveles de colesterol en la sangre (hipocolesterolémico) fue reconocido como Lactobacillus fermentum K73.

María Ximena Quintanilla, doctora en Ciencias de Alimentos y profesora de la Facultad de Ingeniería, explica que hubo dos retos para lograr el éxito del proyecto:

  • Conseguir la cantidad suficiente del microorganismo, dado que se necesitaban un millón de estas células por gramo de producto.
  • Garantizar que el microorganismo llegara vivo al punto de acción, que es el colon, donde desempeña su función hipocolesterolémica.

“Para obtener el microorganismo se utilizaron biorreactores, con el fin de escalar el producto. Tomamos el suero de leche, un residuo agroindustrial que se desperdicia en Colombia, y con este diseñamos el medio de cultivo para que el microorganismo creciera con una formulación especial: le pusimos extracto de levadura en una concentración específica y conseguimos que creciera hasta los mil millones de células”, asegura la doctora Quintanilla.

Por su parte, Aragón Rojas indica que para alcanzar la microencapsulación se utilizaron tres metodologías: secado por aspersión, liofilización y ventana refractiva. “La tecnología que mostró un alto efecto de protección, medido por la alta viabilidad celular, fue el secado por aspersión, que se define como el proceso mediante el cual se convierte un producto o alimento de un estado líquido inicial a otro pulverizado”, dice.

Es posible aplicar el probiótico en diferentes productos: puede mezclarse con la leche en polvo o en la elaboración de panes y chocolatinas. “Una vez que se consuma el microorganismo y se establezca en la microbiota —conjunto de microorganismos que normalmente habitan en el intestino—, se empezarán a ver los efectos en la reducción del

colesterol. Hay que aclarar que este no es un producto que se deba consumir una sola vez; se necesita un consumo continuo para que el microorganismo se establezca en el cuerpo”, expresa la doctora Quintanilla.

Aragón Rojas cree que investigar es el camino para entender, encontrar y aplicar nuevo conocimiento: “Es el motor del siglo XXI”, dice. Además, señala que, si bien su profesión base, la bacteriología, no está en el marco de las ingenierías, en la Facultad encontró profesionales dispuestos a enseñarle, apoyarla y guiarla en el camino de la ingeniería e investigación.

“Abrir mi carrera al campo de la ingeniería fue la mejor decisión personal y profesional que pude tomar. Me siento profundamente agradecida con la Facultad y con la Universidad de La Sabana porque forman parte de mi vida”, dice Aragón Rojas.