Marina Camargo Abello, 15 años con la Universidad de La Sabana

Marina Camargo

“Ingresé a la Universidad como profesora de la cátedra de Investigación y como asesora de proyectos de los estudiantes en la Maestría en Educación, liderada por Beatriz Molano, orgullo de quienes la conocíamos por su calidad humana y profesionalismo y, como sello particular, por haber sido formada por Jean Piaget. Fue una época grata, de sueños por alcanzar y caminos por recorrer, en la que apenas se iniciaba la formación de profesores en un nivel de maestría, con altas exigencias en el trabajo investigativo serio y sistemático.

Me entrevistó Sven Zethelius, cuya admirable trayectoria profesional, científica y docente era digna de emular y difícil de alcanzar. Su figura y su esbozo de sonrisa son imposibles de olvidar. Compartí la academia con Octavio Arizmendi Posada, quien como profesor enseñaba en la maestría y tenía a su cargo el liderazgo de uno que otro proyecto de investigación con grupos de estudiantes. En algún momento, mi labor consistió en acompañarlo en la orientación metodológica de un proyecto de estos. Yo creo que el doctor Arizmendi Posada nunca supo todo lo que tuve que estudiar para lograr articular con consistencia y rigor las rutas seleccionadas y los resultados del trabajo de campo con sus planteamientos teóricos.

Mi trayectoria como profesora de cátedra, creo que ininterrumpidamente hasta el 2004, y como profesora de planta desde hace 15 años, me ha permitido vivenciar el crecimiento de la Universidad, su acreditación, la apertura de programas y carreras, el incremento de estudiantes y profesores, la complejización organizativa y académica, el cambio de sede y ahora el edificio Ad Portas, a la altura de las necesidades contemporáneas de enseñanza y aprendizaje universitario.

En la Facultad de Educación, el denodado y continuo trabajo en equipo con el decano Ciro Parra me hizo partícipe de la elaboración de propuestas tanto de maestrías como del doctorado, y aportar a su puesta en marcha y desarrollo. De esta manera, para mí ver ‘La Sabana de hoy’ resulta bastante gratificante y una enseñanza indeleble acerca de lo que significa un trabajo de calidad, comprometido y responsable, y un esfuerzo por ser mejor día a día.

Por la Universidad, por la Facultad, por las maestrías y ahora por el doctorado he visto pasar muchas personas, entre directivos, profesores y estudiantes, con quienes estoy agradecida porque han contribuido a que yo sea lo que soy hoy. Reconozco las oportunidades que he tenido de desarrollo humano y profesional en cada actividad, compromiso, responsabilidad, tarea y encargo e, igualmente, deseo que la consolidación de los proyectos y programas de la Universidad contribuyan a un mejor país con fundamento en el ser, el saber y el actuar.

Todo este tiempo que ha pasado es vida, y el corazón y la memoria hablan de esta experiencia.