Conocimiento y habilidades socioemocionales, claves para los trabajos del futuro

Tse Chi Sum, analista y experto en Evaluación Educativa de la OCDE, habló sobre el proyecto Pisa for Schools en América Latina, las habilidades que requieren los profesionales para el mañana y el papel que juegan las universidades para el desarrollo de nuevas competencias.

Tse Chi Sum, analista y experto en Evaluación Educativa de la OCDE, hablando sobre el proyecto Pisa for Schools en América Latina.

¿Cómo me veo en diez años? Esta es la pregunta que en repetidas ocasiones hemos escuchado en diferentes escenarios: al salir del colegio, en la universidad cuando aplicamos a un nuevo puesto de trabajo o hasta en una conversación familiar o con amigos. Quizás en diez años no tendremos el mismo trabajo de hoy. Incluso, puede que la aspiración de trabajo ya no exista en el futuro y que sea reemplazada por actividades completamente desconocidas en la actualidad.

Durante la conferencia “Habilidades para 2030 y los trabajos del futuro”, realizada por la Facultad de Educación, Tse Chi Sum, analista de evaluación educativa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y especialista en el análisis de políticas educativas, señaló que las habilidades más importantes para el mañana son aquellas en las que las personas puedan aplicar su conocimiento. “No se trata simplemente de adquirir una disciplina. Debemos pensar en cuál es la lógica detrás de ello y qué conocimiento estamos adquiriendo. Con eso, podremos aplicar esa lógica en nuevos contextos y escenarios”, afirmó.

Así mismo, Sum señaló que también es importante saber desarrollar habilidades socioemocionales. “Los futuros profesionales necesitan adquirir competencias globales; es decir, trabajar en equipo, tener empatía, y aprender a vivir y trabajar con personas de otra cultura”, comentó. Para ello, la formación de profesores resulta crucial para crear nuevas estrategias de enseñanza, que permitan desarrollar en los estudiantes dichas habilidades.

“Haciendo acompañamiento en diversos colegios del mundo, sabemos que los profesores también tienen muchas ganas de aprender. Por eso, hay que generar oportunidades con un ambiente más colaborativo frente a los pares, proponer desafíos y soluciones comunes”, afirmó Sum.

Sin embargo, existe un reto mucho más grande para América Latina: cerrar la brecha entre universidades privadas y públicas. “Para saber inculcar esas habilidades, primero hay que pensar de nuevo en el papel de las universidades, en cómo se está transmitiendo el conocimiento a los estudiantes, pero, también, es muy importante que los gobiernos se den cuenta de que el nivel socioeconómico de una persona no puede incidir en su formación, y que todas las instituciones educativas deben apuntar hacia la misma generación de conocimiento”, concluyó Sum.