¿Por qué es importante la literatura para los niños?

La lectura dialogante le permite al niño conversar sobre lo leído para mejorar sus procesos de comprensión y comunicación.

La literatura es esencial para promover varios ámbitos de la vida desde la primera infancia, porque:

  • Favorece aspectos emocionales: el niño tiene un encuentro consigo mismo y con sus pares, padres, profesores y cuidadores, lo cual le hace comprender sus sentimientos; además, genera unos nuevos a partir de la información con la que interactúa.
  • Incide en la dimensión social: la lectura dialogante le permite al niño conversar sobre lo leído para mejorar sus procesos de comprensión y comunicación.
  • Fomenta aspectos cognitivos: desarrolla varias habilidades, dentro de estas, las comunicativas (lectura, escritura, habla y escucha).

Existen varias clasificaciones de los recursos literarios para los niños, las cuales dependen del contenido, género, cantidad de hojas, tipo de material y conocimientos que se proponen. Tatiana Ghitis, profesora de la Facultad de Educación, sugiere que la manera más apropiada de agruparlos es por edades:

Del nacimiento al primer año
Libros de pocas hojas, lavables, con imágenes grandes y texturas. Son pequeños para que los niños puedan manipularlos.

Del primer al segundo año
Libros de poco texto, pero con una fuente grande. Tienen imágenes llamativas y texturas. También hay libros-álbumes, los cuales permiten que los niños saquen conclusiones sobre las imágenes. Además, tienen dos o cuatro hojas más que en la etapa anterior y muestran un vocabu-lario sencillo sobre situaciones cotidianas.

Del segundo al tercer año
Los textos son un poco más extensos. Tienen historias sencillas con los personajes favoritos de los niños, lo cual los motiva para que se acerquen a la literatura. Suelen trabajar un solo tema (animales, figuras o colores) y tener rimas cortas que se les pueden enseñar.

De los 3 a los 5 años
Los libros permiten desarrollar el vocabulario y comprender la estructura narrativa de un cuento (inicio, nudo y desenlace). Suelen tener más de 10 hojas con situaciones graciosas.

De los 5 a los 8 años
En estas edades, los niños comienzan a leer formalmente como les enseñan en los colegios, por lo tanto, es crucial presentarles libros que los motiven y llamen su atención. Incluyen diálogos cortos, imágenes coloridas (según la edad, estas van disminuyendo en cantidad, pero no en detalles) y personajes con los que se sientan identificados los niños emocio-nalmente o que se involucren en situaciones reales.

¿Cómo generar hábitos de lectura?

De acuerdo con la profesora Ghitis, existen dos procesos fundamentales en la interacción de los niños con la lectura y la escritura: la alfabetización emergente y la inicial. La primera se encuentra relacionada con el acompañamiento que hacen los padres y cuidadores antes del ingreso a la educación formal, cuando se debe acercar a los niños a diferentes textos. La segunda se refiere al proceso formal de enseñanza de la lectura y la escritura que se da en la institución educativa. Para ambos procesos, la experta hace las siguientes recomendaciones:

  1. Llevar a los niños a bibliotecas o ludotecas donde compartan reflexiones o preguntas que se generen a partir de la lectura.
  2. Leerles en las noches antes de irse a dormir.
  3. Tener espacios iluminados, con muchos libros al alcance, que sean cómodos y que permitan la interacción directa con ellos.
  4. Darles ejemplo al leer nosotros mismos y brindarles libros con temas de su interés.
Alfabetización digital

Diana Ibonne Guerrero, psicóloga clínica y graduada de la Maestría en Informática Educativa del Centro de Tecnologías para la Academia, asegura que la tecnología juega un papel fundamental al complementar la formación del proceso lecto-escritor en los niños. Aunque existe una infinidad de aplicaciones y recursos educativos digitales, según la experta, deben tenerse en cuenta varios elementos a la hora de elegirlos y usarlos:

- Articulación de audios, imágenes, animaciones o videos que aporten al entendimiento del cuento o la historia de manera innovadora.

- Preguntas que promuevan que los niños puedan captar ideas específicas, para fortalecer, a través de las respuestas, procesos cognitivos, asociativos y argumentativos.

- Capacidad de proponer finales alternativos o variantes en las tramas para desarrollar habilidades de solución, mejora, toma de decisiones y creatividad.

“Estos recursos digitales tienen que ser ampliamente interactivos, pues no solo deben motivar a los niños a apasionarse por la lectura, de manera alternativa, sino también potenciar la motricidad. Por supuesto, el uso de la tecnología por parte de los niños debe hacerse siempre con supervisión de un adulto”, dice Guerrero.