Doctorado en Educación, a la vanguardia en la educación en Colombia

Formar y liderar a otros, aportar a la pedagogía como ciencia del saber educativo, mejorar la calidad de los procesos de aprendizaje de sus estudiantes e influir en el diseño de las políticas educativas del país son algunas de las características del doctor en Educación de la Universidad de La Sabana.

De acuerdo con Marina Camargo Abello, profesora del Doctorado en Educación, “El doctor en Educación debe tener la capacidad de entender qué pasa en una institución educativa, al reconocer su dinámica, trabajar por la innovación, la creatividad, las nuevas posibilidades de relación y estructura, y comprender que el camino de la educación puede ir por diferentes rumbos”.

Desde la línea de investigación Pedagogía e Infancia, a partir de un conocimiento teórico, práctico y metodológico se cualifican los procesos educativos en los ámbitos escolarizados y no escolarizados; construyendo mejores espacios educativos para los niños, niñas y jóvenes al entender y valorar al ser humano desde su integralidad. Por otro lado, Clelia Pineda Báez, profesora de la línea de investigación Institución Educativa, Currículo y Gestión, afirma que un doctor en educación realiza proyectos que dan respuesta a diferentes problemáticas que enfrentan docentes, estudiantes y directivos en diferentes instituciones educativas. “A través de la investigación que hacen nuestros estudiantes del Doctorado en Educación, se responde a las necesidades de la nación para examinar cómo se han venido implementando las políticas educativas y qué resultados están teniendo, tanto en los aprendizajes de los estudiantes como en la mejora escolar”, comentó Pineda.

Con esta línea se pretende generar conocimiento sobre la institucionalización de la educación, en el que el doctorando está en la capacidad de crear currículos innovadores para la mejora de condiciones en el aprendizaje de sus estudiantes, analizar y desarrollar habilidades para vivir en armonía con otros, y generar nuevas formas de gestión y gobierno. Para la profesora Pineda, también es importante la formación en liderazgo educativo. “Estamos en un momento coyuntural de grandes transformaciones en la preparación de docentes y directivos docentes. Por eso, un doctor en Educación debe ser siempre ‘glocal’. Es decir, debe responder a las necesidades del mundo en general, pero también a las necesidades locales. Desde el análisis del currículo, aportamos en ese sentido”, señaló.

En un mundo cambiante, el Doctorado en Educación no puede desconocer la importancia que tiene la tecnología en el desarrollo de la sociedad. Para Cristina Henning Manzuoli, profesora de la línea de investigación de Integración Educativa de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, “las TIC juegan un papel fundamental para mejorar los procesos de interacción y de comunicación, mientras que ofrece nuevos contenidos educativos. Por eso, el doctor en Educación aporta a diferentes niveles de educación formal, no formal e informal”, comentó.

En esta línea de investigación, el estudiante está en la capacidad de trabajar con recursos y materiales que articulan la tecnología con la educación, se desarrollan prácticas educativas innovadoras, en las que se integran las TIC de una manera pedagógica, y se utiliza la educomunicación, que analiza la interacción y dinámica entre estudiantes, profesor y contenidos.

Actualmente, 22 estudiantes conforman el Doctorado en Educación, los cuales buscan seguir contribuyendo a la calidad educativa del país. Por eso, uno de los principales propósitos del programa es formar investigadores de alto nivel, quienes a través de su investigación sistemática y rigurosa aporten conocimiento sobre una realidad particular. Ejemplo de ello es Alirio Quitián, estudiante de la primera cohorte de la línea de investigación de Pedagogía e Infancia, quien a través de su investigación sobre el sufrimiento social busca entender las causas por las que un niño sufre en las escuelas, cómo influye la relación con sus compañeros, maestros y familia en su rendimiento.académico, cómo se ve afectado su desarrollo, entre muchos otros factores.

“Estudiar el Doctorado me ha permitido: primero, profundizar en mi tema de investigación. Segundo, me ha dado la posibilidad de conocer otros temas que en mi ejercicio pedagógico desconocía y, por último, me ha permitido relacionar mi tema de interés con otros ámbitos para enriquecer mi indagación. Posibilidades que han traído frutos no solo para mi vida profesional, sino también para mis estudiantes”, afirma Quitián.