Una Tutoría a Escala Humana

El Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras maneja dos tipos de tutorías: regulares y especiales. Pero ¿cuál es la diferencia?

Tutoría Especial de Inglés

De acuerdo con el Diccionario de Google, una tutoría es un espacio en donde un profesor o tutor se encarga de orientar y aconsejar a los estudiantes de un curso en específico. El Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras maneja dos tipos de tutorías: regulares y especiales. Pero ¿cuál es la diferencia? Las primeras se enfocan en resolver preguntas puntuales de temas vistos en clase y las segundas en un programa único personalizado que dura un semestre.

El programa de Tutoría Especial es un espacio personalizado, en donde recibimos a un estudiante, durante una hora a la semana, por todo el semestre. En total el estudiante recibirá de 15 a 16 horas de tutoría. “Las tutorías están organizadas de tal manera que no sea la típica clase de inglés, sino que los estudiantes reconozcan sus debilidades y aprendan estrategias para que las conviertan en fortalezas”, menciona Stephanie Silva, coordinadora del Plan de Tutorías del Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras.

El programa viene dando apoyo al aprendizaje de inglés de los estudiantes de pregrado desde el año 2016 y ha tenido un impacto importante en el éxito académico. En el año 2018-2, 70% de los participantes del programa aprobaron su nivel de inglés. Este año se recibieron 295 solicitudes y los cupos se asignaron priorizando el tipo de alerta y la necesidad real del estudiante. Estas tutorías forman parte de los programas de Apoyo al Aprendizaje del Departamento.

Aunque las tutorías especiales estén orientadas a mejorar la segunda lengua también se da un espacio a otro aprendizaje. Algunas veces integran los temas de las diferentes carreras, la vida cotidiana, entre otros, con inglés.

Muchos se preguntarán ¿si no es clase de inglés, entonces cuál es la metodología?, pues bien, la primera sesión está basada en establecer una conexión con el estudiante, poder conocerlo y saber de qué forma aprende. Para ello, en el primer encuentro hay una conversación con el tutor sobre los hobbies e intereses de los estudiantes. “Abordamos no solo la parte lingüística, sino el trasfondo de los problemas en la clase. Nos aseguramos de su parte emocional y su motivación”, menciona el tutor Nicolás Romero.

Luego hay una prueba diagnóstica, en donde se busca tres elementos:  saber qué estilo de aprendizaje tienen (auditivo, visual o kinestésico); identificar hábitos de estudio, para saber de qué forma están practicando inglés; y por último, la prueba de nivel de lengua. A partir de estos resultados el estudiante en conjunto con el tutor realizan un plan de trabajo personalizado con objetivos a largo, mediano y corto plazo. De ahí en adelante las sesiones están orientadas a la práctica, en donde se usan plataformas, ejercicios online, y otras actividades dirigidas al logro de los objetivos de cada estudiante.

Los tutores se enfocan en buscar diferentes herramientas adaptadas a las necesidades de cada estudiante y a los objetivos planteados. “Básicamente tratamos de que los estudiantes se vuelvan más conscientes de sus falencias, que aprendan ciertos métodos para realizar tareas y después puedan utilizarlas de manera independiente”, resalta el tutor Christian Rodríguez.

Estos espacios ayudan a los estudiantes a mejorar su confianza, autoestima, seguridad y les provee estrategias para mejorar en sus clases. Los estudiantes que deseen aplicar a estas tutorías deben solicitarlo directamente a su profesor de inglés.