Así se vive la Navidad en la nueva normalidad

Sin duda, esta Navidad será muy diferente a lo tradicional. Es claro que, para cuidarse, las medidas de bioseguridad y el distanciamiento social serán la clave, sin embargo, ¿Cómo podemos vivir estas fechas sin perder el vínculo emocional y afectivo?

Sin duda, esta Navidad será muy diferente a lo tradicional. Es claro que, para cuidarse, las medidas de bioseguridad y el distanciamiento social serán la clave, sin embargo, ¿cómo podemos vivir estas fechas sin perder el vínculo emocional y afectivo?

De acuerdo con la psicóloga clínica y profesora de la Facultad de Psicología, Natalia Esparza, “Se deben conservar unos tiempos de comunicación, por medio de los canales que nos presentan las redes sociales. A nivel de las emociones, se sugiere ese mantenimiento de la comunicación para favorecer la reducción de niveles de ansiedad y de frustración inevitables por las circunstancias, y aceptar estas emociones como parte de la normalidad que afrontamos”.

Es momento de lidiar con la distancia, por lo cual, se deben “abrazar” las emociones, sin permitir que dominen. Hacer de cada sensación algo muy natural y comunicarla a la familia o a quienes están lejanos para sentirlos más cerca.

Si no se puede pasar Navidad con la familia o como se acostumbra a hacerlo, la psicóloga Esparza recomienda tener en cuenta:

  • Hacer un reconocimiento de lo que yo sienta sin juzgarme, tratar de romper la idea de emociones buenas o malas; también, es muy válido intentar hacerlo con quienes nos rodean. 
  • Mirar qué se hace con esa emoción, no fusionarse al punto de volverse la emoción y afectar la cotidianidad, es decir, gestionarla; en esta época, ver esto como una oportunidad, no como una situación de vulnerabilidad o de desamparo.
  • Es necesario evitar el contacto físico, aun teniendo momentos difíciles, y permitirse disfrutar los momentos de alegría. Preguntarse continuamente: ¿cómo puedo convertir esto en una oportunidad?
  • Pensar cuáles son las actividades que se podrían ajustar en logística y dinámica a nuestra nueva normalidad. Perderle al miedo a sentir las emociones, por ejemplo, a la tristeza; reconocer todas las emociones que trae el cambio. Incluso, este tiempo puede ser un entorno de mayor vinculación afectiva. Dado este ajuste en las dinámicas, suelen abrirse más los canales afectivos.

Adicionalmente, para evitar que a futuro se tenga una pena mayor, el protagonista de esta época de Navidad y Año Nuevo tiene que ser el autocontrol. Finalmente, para quienes perdieron un familiar, el proceso de duelo debe guiarse por permitirse las emociones. “Es una época que nos pone muy vulnerables y en la cual el duelo también debe vivirse para evitar que la persona termine fusionada con sus emociones; la recomendación es no permanecer solo, buscar fuentes de distracción, compartir con otros familiares, y también permitirse esos espacios de ventilación emocional para atravesar el duelo”, concluye la psicóloga.