De muros y mareas

Por Augusto Garrido, profesor de Ingeniería Civil.

Augusto Garrido, profesor de la facultad de Ingeniería, Universidad de La Sabana

Augusto Garrido, profesor de la facultad de Ingeniería, Universidad de La Sabana

Según los estudios del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el nivel del mar asciende a ritmo acelerado. Se espera que la geografía costera se vea afectada en pocos años. Frente a esta realidad, los gobiernos de las posibles zonas afectadas han empezado a tomar medidas para protegerse del embate del mar. 

En diciembre del 2010, la Secretaría de Planeación Distrital de Cartagena, teniendo en cuenta lo dicho por el IPCC, presentó un ambicioso proyecto con el que se pretendía contrarrestar el impacto de las mareas altas en Bocagrande, Castillogrande y el Laguito, importante sector turístico de la ciudad. 

El diseño conceptual de esta solución fue realizado por el Instituto de Hidráulica y Saneamiento Ambiental de la Universidad de Cartagena (IHSA) y consiste en un muro para detener la intrusión del agua marina. Este, de construirse, tendría un poco más de dos kilómetros de largo, una altura de un metro y se situaría alrededor de la bahía interna. Además del muro, la solución incluiría un box culvert perimetral alrededor de Bocagrande y Castillogrande, y dos estaciones de bombeo como parte del drenaje pluvial de la cuenca. Si bien esta solución no es global, pues solo contempla una parte de la ciudad, sí podría convertirse en un plan replicable en otros sectores e incluso en otras ciudades con aumento del nivel del mar. 

“El ascenso del nivel del mar no es un problema menor. Colombia, con sus más de 3.000 kilómetros de costa, debe actuar pronto”.

En junio del 2011, la Alcaldía Mayor de Cartagena abrió una licitación con la que pretendía ponerse por obra esta iniciativa. Aunque algunas firmas manifestaron su interés, esta se declaró desierta. Meses más tarde, uno de los proponentes instauró una acción popular en contra del Distrito en la cual se le obliga la pronta reactivación de este proyecto. La justicia falló a favor del contratista y ordenó que a más tardar en el primer semestre del 2013 se retomara este proyecto. 

Sin embargo, a la fecha, el proyecto y, con él, una solución definitiva, están olvidados. La falta de planeación hará una vez más que la ciudad pierda dinero: en los estudios de diseño y, además, ahora, se perderá la inversión de la restauración del paseo peatonal de Bocagrande, en el que la ciudad gastó más de 12.000 millones de pesos. Dicha obra fue fuertemente cuestionada por la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Bolívar por no ofrecer una solución viable al problema. Estas críticas se han visto corroboradas por los reiterados episodios de inundación que ha sufrido el sector.

El ascenso del nivel del mar no es un problema menor. Colombia, con sus más de 3.000 kilómetros de costa, debe actuar pronto. Este es uno de los retos que debe asumir el presidente Iván Duque, definiendo una política más eficiente de adaptación frente al cambio climático, en la que Cartagena, por la singularidad de su patrimonio, debe ocupar un lugar prioritario. Sobre todo hoy, ante la crisis de gobernabilidad que atraviesa, hace que estas decisiones queden en un peligroso limbo.