Dime cómo caminas y te diré de qué padeces

No hay una manera estándar o correcta de caminar y, dado que es una función innata que cumple nuestro cuerpo de forma mecánica o natural, pocas personas son conscientes de la importancia de entender qué músculos se activan a la hora de hacerlo. Además, cuando sienten algún tipo de dolor, en cualquier parte del cuerpo, es probable que no lo asocien con la forma de caminar.

Frente a esto, se ha encontrado que algunos de los beneficios de caminar correctamente se reflejan en nuestro cuerpo, ya que así es como se fortalecen el sistema cardíaco, la función respiratoria y la sanguínea. Al respecto, la profesora de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, Alejandra Sánchez Vera, especialista en Terapia Manual Ortopédica, explica qué es conveniente al momento de desplazarse de un punto a otro. “Es ideal que haya un balance perfecto entre la activación de ciertos músculos, como lo son el tibial anterior, los glúteos y los gemelos”. Así mismo, es importante que la persona tenga buenos centros de apoyo y un buen balanceo entre su cintura pélvica y escapular, que es en donde la carga se distribuye simétricamente por todo el pie; de esta forma, se evitarán problemas futuros.

En ese sentido, la manera en la que caminas puede determinar si sufres de alguna condición a tratar. La mayoría de las veces, puede estar asociado a afecciones neurológicas, pero también hay patrones posturales en personas “sanas”, que no son los más adecuados, ya que modifican o interfieren en la marcha y pueden estar impactando o generando dolor en ciertas partes del cuerpo.

Como lo menciona la profesora Sánchez, las afecciones son: tener un pie demasiado inclinado hacia adentro hace que haya una predisposición a sufrir de tendinitis o, las personas con el pie hacia afuera, pueden desarrollar dolores en algunas partes de su rodilla. También se ha observado que la aparición del dolor lumbar puede ser derivado de la posición y dolor en el pie.

Sin embargo, cuando estos hábitos posturales se adquieren, son mucho más fáciles de manejar a través de entrenamiento muscular o de la reeducación de ese patrón de marcha. Por otra parte, si la causa es un trastorno de origen neurológico, requiere un manejo distinto e interdisciplinario.

Existe un examen completo para analizar la marcha, el cual puede realizarse por medio de

observación o sistemas de análisis de información, haciendo uso de un software que permite determinar cómo se encuentra el paciente en su patrón de caminata y poder predecir lesiones a nivel osteomuscular. Es muy útil, por ejemplo, en pacientes deportistas para saber si necesita una readaptación o, en niños que tienen una patología neuropediátrica, para poder hacer correcciones a tiempo.

En el caso de los niños, es importante recordar que la forma de caminar o el “patrón de marcha” será acorde a su ciclo vital. Los pies se forman hasta los tres años, pues antes tendrán un pie relativamente plano. Sin embargo, es importante corregir hábitos como sentarse en W (con caderas y rodillas hacia adentro) o caminar en la punta de los pies frecuentemente. Si usted ve o considera que su hijo no está caminando de la manera adecuada o “normal”, es aconsejable acudir a un especialista.

Finalmente, la profesora Alejandra Sánchez invita a que las personas mantengan un estilo de vida activo, refuercen su fuerza muscular y sean conscientes de cómo caminan y de los dolores que puedan presentar en distintos momentos del ciclo vital; esto minimizará las dificultades en su salud.

Lo invitamos a ver el vídeo: https://youtu.be/Ip2xW1niDSs