Realidad aumentada: ¿la herramienta de la educación del siglo?

La evolución digital ofrece nuevas posibilidades para acercarse al conocimiento de una manera inmersiva e interactiva.

Las vías de aprendizaje van mucho más allá de lo visual e involucran lo kinestésico y lo auditivo.

Con la rápida evolución de la tecnología, los educadores del siglo XXI afrontan grandes desafíos. En primer lugar, los profesionales necesitan reconocer que la educación no puede quedarse atrás en el uso de las tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento (TAC), dado que se encuentran en la cotidianidad de los estudiantes. En segundo lugar, la evolución digital ofrece nuevas posibilidades para acercarse al conocimiento, de una manera inmersiva e interactiva, por medio de diversas herramientas como smartphones y aplicaciones móviles.

Entonces, ¿cómo pueden fortalecerse la educación y el aprendizaje con este tipo de tecnologías? Para Tatiana Ghitis, profesora de la Facultad de Educación y magíster en Pedagogía, la realidad aumentada es un claro ejemplo del potencial de la tecnología en la educación.

“Imagina, por ejemplo, que tu profesora llega un día al colegio con un traje diferente y, cuando tú o uno de tus compañeros pasa una tablet por su cuerpo, puede ver el esqueleto en 3D o sus órganos y su funcionamiento. Es ahí cuando las vías de aprendizaje van mucho más allá de lo visual e involucran lo kinestésico y lo auditivo. Además, te diviertes mientras aprendes y, de esta forma, es posible que los conocimientos sean significativos y se presente una mejor comprensión”, señala Ghitis.

In mind 2, Quiver y Anatomyou son algunos ejemplos de aplicaciones que involucran la realidad aumentada con fines educativos. Sin embargo, más allá de las herramientas, los profesores deben brindarles a sus estudiantes competencias del siglo XXI. De acuerdo con el proyecto ATC21s del Banco Mundial, los profesores deben enfocarse en cuatro categorías:

1. Maneras de pensar.

2. Maneras de vivir en el mundo.

3. Herramientas para trabajar.

4. Maneras de trabajar.

No obstante, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos se centra en tres tipos de competencias:

? Manejo de información.

? Comunicación.

? Ética e impacto social.

En este sentido, Ghitis dice: “Si desde pequeños les enseñamos a los niños a utilizar las tecnologías de forma adecuada y los ayudamos a fortalecer las competencias del siglo XXI, lograremos tener profesionales más empáticos, que utilicen el conocimiento en pro del mejoramiento de la sociedad y que puedan gestionarlo para enfrentar las problemáticas de la vida diaria”.