La pasión de la diplomacia en Nueva York

Isabella Suárez, abogada de la Universidad de La Sabana, habla sobre su experiencia en la práctica internacional que realizó con la ONU en Nueva York.

Para el período 2019-1, Isabella Suárez, ahora abogada de la Universidad de La Sabana, se postuló para la Misión Permanente de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Estados Unidos, con el objetivo de cursar allí su práctica profesional como la única estudiante de la Facultad que llevó a cabo su pasantía fuera del país.

La selección fue compleja, pues las postulaciones eran muchas y las aspiraciones a esta posibilidad de práctica llegaban de varios lugares del mundo. No obstante, Isabella se presentó y resultó preseleccionada. La decisión final de esta convocatoria le fue comunicada por su Facultad, la de Derecho y Ciencias Políticas, que en todo momento mantuvo su respaldo a la estudiante. Al recibir el correo con la noticia, ella llamó a su mamá y le dijo que ahora sí podría darles uso a unas maletas que había comprado semanas antes.

La llegada a Nueva York

Nueva York acogió a Isabella como a toda una diplomática, pues la visa que tramitó desde Colombia la ubicaba en esta condición en los Estados Unidos, país al que arribó el 28 de enero del 2019, durante un frío invierno a las 3:00 a. m. y con menos de 13 grados centígrados. Luego, se dirigió al que podría ser su hogar durante los próximos seis meses.

A Isabella se le asignó “trabajar junto con los diplomáticos encargados de las Comisiones Quinta y Sexta de la Asamblea General de la ONU, particularmente en asuntos relacionados con el presupuesto de la organización y con los trámites de carácter jurídico internacional. “Esa es mi pasión”, puntualizó Isabella.

Además de elaborar documentos, como Notas Verbales y Notas Diplomáticas, Isabella contó: “Pude asistir a eventos y reuniones de alto nivel, a las cuales acudían dirigentes de países muy reconocidos. Allí se abordaban temas de la actualidad y de gran interés”. Teniendo en cuenta que esta Misión, de acuerdo con su página web, tiene como objetivo mantener el enlace permanente entre Colombia y la ONU, para Isabella ha sido una experiencia única representar al país y proteger sus intereses en las negociaciones que se llevan a cabo en el marco de la ONU, asegurar la participación de Colombia en dichas actividades, generar comunicaciones fluidas con las Misiones de los demás Estados Miembros de la ONU, entre otras responsabilidades.

Nuevos retos

Vivir en Nueva York puede resultar muy costoso. En promedio y en condiciones regulares, el costo de vida puede llegar a USD 2.000 mensuales, de acuerdo con el portal Trabajar y vivir en Nueva York, lo que equivale a necesitar casi seis millones de pesos colombianos, apenas para cubrir los gastos básicos. El primer mes fue muy difícil. Isabella llegó a un lugar cuyas condiciones no eran las más favorables: hacía mucho frío, era incómodo, desordenado y, para ahorrar, prefirió comer solo pasta. Esas también son pruebas que exigen la vida y la incursión en el mundo profesional. Sin embargo, después se ubicó en un apartamento en Upper East Side, Manhattan, una de las zonas más exclusivas de la isla.

“La experiencia de trabajar en la Misión fue increíble, pues todos los días aprendía cosas nuevas, todos los días me enfrentaba a retos nuevos, a situaciones inusuales a las cuales les debía poner frente y siempre dar buenos resultados. El crecimiento no solo fue en el área profesional, sino también personal, pues desenvolverse en una ciudad tan monstruosa y agitada como Nueva York es difícil, pero supe cogerle el ritmo”, comentó Isabella a Campus.

Haciendo nuevos amigos

En esta ciudad se encontró con personas de todos los países del mundo. La mayoría de sus amigos también eran pasantes de las Misiones de Portugal, Alemania, España, Francia, Andorra, México, Austria. Se reunían los fines de semana, y en los pasillos de la ONU.

“Definitivamente, es una experiencia inolvidable, que se la recomendaría a las personas que tengan ganas de salir al mundo, explorar otras culturas, otros escenarios, que quieran salir de lo cotidiano, que quieran superarse a sí mismos, que quieran tener el sentimiento de satisfacción y decir: ¡a pesar de todo, lo logré!”, concluyó Isabella.