Reconocimientos por servicios prestados - Eduardo Espitia Ochoa

"Llegé a la Universidad, gracias a mi gran amigo Luis Jiménez, quien fue la persona que me recomendó y, luego de la entrevista con la doctora Stella de Uribe y el doctor Rafael Cortés, inicié labores en el área de Parqueaderos, hace ya 25 años.

Al cumplir estos años, es inevitable devolverse en el tiempo y recordar buenos, alegres, pero también tristes momentos: buenos y alegres porque conocí amigos y personas que cambiaron el modo y el sentido de vivir mi vida, al poder compartir con ellos momentos de trabajo, recreación y diversión. Momentos tristes, como aquel año 2011, cuando vimos cómo nuestro campus se sumergía bajo las aguas, pero pudimos salir airosos. Con nuevas e improvisadas sedes pudimos seguir adelante, sin descansar, sin parar las clases un solo día y con una sola meta... recuperar nuestro campus y así fue; se logró y en muy poco tiempo, gracias al apoyo de toda la comunidad. Otro triste momento es el de hace diez meses, cuando surgió la pandemia del COVID-19, porque nos obligó a ausentarnos, a alejarnos de las personas, de nuestros compañeros, de nuestros amigos.

Pero hoy, gracias a Dios y a pesar de estos contratiempos, de un año atípico, la Universidad sigue demostrando que nunca se ha detenido, sigue adelante, sigue en pie y ello gracias a la dedicación, al amor y al trabajo de muchos... de todos. Gracias, Universidad de La Sabana, por sus enseñanzas a través de los cursos, convivencias y celebraciones, por todo aquello que nos brindan para nuestro bienestar y el de nuestras familias.

Aprovecho este reconocimiento para reiterar mis agradecimientos a Dios, a los directivos de la Universidad, al señor Rector, a los jefes inmediatos y a todas las personas con quienes de una u otra forma hemos podido compartir estos 25 años; gracias Universidad porque a pesar de estar en casa, sigo disfrutando de los beneficios que nos dan a todos nosotros. Por eso y mucho más: ser Sabana vale la pena".