Reconocimiento por servicios prestados a María Elvira Martínez Acuña

Profesora de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas.20 años de servicios prestados.

"Llegué a la Universidad de La Sabana en 1982, gracias a los profesores Ana María Araujo y Mario Acosta, quienes me habían conocido como estudiante en la Universidad de (España); fueron ellos quienes me introdujeron en este camino de vida. Durante año y medio fui feliz dictando mis primeras clases como profesora catedrática y, al poco tiempo, regresé a Pamplona (España) a terminar mis estudios de Filosofía en la modalidad de Artes Liberales.

En 1988, habiendo terminado el bachellor y una maestría en Filosofía, regresé a La Sabana y me vinculé como profesora de Planta. Para entonces, el Padre Jorge Mario Posada, director del Departamento de Filosofía, fue quien me recibió de nuevo. No olvido ni sus sueños y proyectos con un futuro programa de Filosofía y Ciencia, ni su visión de futuro para la Universidad y para la filosofía. ¡Agradezco mucho su acogida!

Por esos años, vivimos la transición hacia la sede del Puente del Común. Cuánto ha significado para la región Sabana Centro que la Universidad hubiese llegado a habitarla. Eso es indudable. Y cuánto ha significado para la comunidad universitaria la naturaleza alrededor de las aulas. Era y sigue siendo un componente importantísimo de formación de nuestras sensibilidades, en tiempos en los que la tecnología y la invasión arquitectónica de los espacios en las ciudades dificulta a las personas vivir humanamente.

Trabajé algunos años ofreciendo cursos transversales de Antropología Filosófica o de Ética, o de Historia de la Filosofía a los estudiantes de diferentes carreras. No era fácil dictar dichas clases, pues no lográbamos encontrar el “secreto” para la interdisciplinariedad... Pero siempre nuestros directores de departamento, primero el Padre Jorge Mario y luego Pilar Fernández, se esmeraron en alentar nuestro espíritu filosófico y nuestra voluntad de irradiar en los estudiantes algo de amor por el saber “desinteresado”.

En 1992 viajé a hacer mi doctorado. Y, tras tres años de investigación en Pamplona y en Münster(Alemania), regresé de nuevo a continuar mi labor; a partir de 1997 se reestructuró el Instituto de Humanidades, bajo la dirección de Ilva Myriam Hoyos y se reorganizó la formación transversal de los estudiantes con el “Plan común de humanidades”; se lanzó un “Plan de formación de profesores” ambicioso, se dio impulso académico a los departamentos de Teología y de Lengua y Literatura, y hubo incipientes brotes para los departamentos de Historia, de Ciencia Política, de Arte y de Ciencias de la Vida. Hacia el año 2000, el Departamento de Filosofía empezaba a proyectar su programa de pregrado. Participamos en interesantes seminarios de profesores y alcanzamos nuevos logros de proyección, a nivel nacional e internacional.

Luego quise vivir la experiencia de la universidad pública y de enseñar filosofía a estudiantes que desearan ser filósofos, así que, entre 2003 y 2006, me vinculé a la Escuela de Filosofía de la Universidad Industrial de Santander (UIS). Allí evidencié los esfuerzos y anhelos de esa juventud colombiana de distintas proveniencias sociales yculturales, llamativamente inquieta por la filosofía.

No obstante, lo valioso de esta incursión fue que vi claro que la Universidad de La Sabana ofrecía un proyecto al que me unían convicciones más profundas. ¡Gracias doctor Obdulio Velásquez Posada, por recibirme de nuevo! Desde entonces y hasta hoy, he seguido amando mi trabajo, como profesora de filosofía en las aulas, como persona que estudia, como miembro de una comunidad académica dispuesta a apoyar cuando se le solicita. Al lado de colegas con quienes he compartido las horas, los ideales, los logros y también mis propias fragilidades.

Cierro esta reseña resaltando la labor de Bogdan Piotrowski como primer decano de la actual Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, especialmente por su voluntad de orientación y formación a profesores y estudiantes; y reconociendo a Carmen Elena Arboleda su labor al frente del Programa y del Departamento de Filosofía. Le agradezco el ambiente de concordia con el que nos ha orientado y su acertada gestión al servicio de nuestros objetivos académicos.

Lo que logre de hoy en adelante, será también un modo de reconocer a la Universidad de La Sabana
y a la Universidad de Navarra la huella que estas instituciones de la educación superior dejaron en mí."