Podemos combatir la corrupción con pequeñas acciones

La graduada Margarita Guzmán y la estudiante Yenny Medina participaron en un entrenamiento para explorar acciones que les permitan ser agentes anticorrupción en sus comunidades.

En el Índice de Percepción de Corrupción 2018, realizado por Transparencia Internacional, Colombia obtuvo 36 puntos de 100. En esta medición, cero es “muy corrupto” y 100 “limpio”. Este puntaje se encuentra dentro del resultado del promedio de la región.

Argentina, Chile y Uruguay tuvieron puntajes favorables, mientras que Perú, Brasil, Bolivia y Ecuador se mantuvieron entre los 29 y los 35 puntos. Por su parte, Venezuela, con puntaje de 18, se “rajó” en el análisis que presentó la organización. Este es un paisaje poco esperanzador para América Latina.

La corrupción no solo está en el Gobierno, también se ve cuando las personas se copian en los exámenes o pagan por un trabajo de clase.

Conscientes de esta situación, Margarita Guzmán, abogada penalista y graduada del programa de Derecho, y Yenny Medina, estudiante del programa de Psicología, participaron en un entrenamiento organizado por Transparencia Internacional en Vilna, Lituania, con el fin de explorar las acciones que podrían tomar para ser agentes anticorrupción en sus comunidades.

“Transparency International School on Integrity” es una reunión anual centrada en la anticorrupción y en la rendición de cuentas con metodologías de vanguardia para formar a futuros líderes. La escuela expone a sus participantes a los últimos desarrollos en el campo de la lucha contra la corrupción y les ofrece oportunidades, desde el sector real, para implementar sus ideas.

Allí, Margarita y Yenny se encontraron con otros 140 líderes jóvenes de 60 países. Ser parte de esta escuela no fue una tarea sencilla, porque, para ser convocado, se debía presentar una hoja de vida y una carta motivacional con las razones para participar. Solo uno de cada ocho postulantes fue admitido.

En Lituania, Margarita y Yenny conocieron a líderes mundiales expertos en transparencia, como Eduardo Bohórquez, director ejecutivo de Transparencia Mexicana, quien las animó a mirar cómo combatir la corrupción desde pequeñas acciones innovadoras en la comunidad, a no hacer lo que hace todo el mundo y a no normalizar la corrupción.

“Así como yo puedo cometer el acto corrupto, también puedo reforzarlo. Entender las dinámicas sociales que hacen que la corrupción se mantenga en nuestro país es algo que le compete mucho a la psicología; entonces, la escuela nos permitió complementar los conocimientos con otras disciplinas”, le comentó Yenny a Campus. Por su parte, Margarita dijo: “La corrupción es un crimen que, si bien tiene que ver con el ámbito profesional, afecta casi todos los sectores de la sociedad”.

Ahora, desde la Universidad de La Sabana y con pequeñas acciones, la graduada y la estudiante iniciarán un proceso de concientización para demostrar que una sociedad corrupta no nace, sino que se hace, sobre todo cuando las personas se copian en los exámenes, sobornan a un policía o pagan por un trabajo de clase. Con esto se niega la teoría de que la corrupción solo está en el Gobierno.

Sus pequeñas acciones comenzaron compartiendo su experiencia: ¿tú qué haces para construir un país más justo y equitativo?