Fanny Teresa Almenárez Moreno. 20 años de servicios prestados

Profesora del Centro de Tecnologías para la Academia (CTA). Agradezco a

la Universidad por haberme permitido desarrollar y combinar mi carrera profesional con mi vocación.

“Nací en el seno de una familia de profesionales en educación y áreas de la salud. Crecí en uno de los colegios de mi familia y continué esta vocación en la Facultad de Educación de la Universidad de La Sabana, cuando realicé mi formación inicial y luego la Maestría en Educación. Durante el inicio de mis estudios, trabajé en uno de los colegios de mi familia y, en los cursos vacacionales, apoyaba los programas de educación a distancia de la Facultad de Educación de la Universidad. Terminé el pregrado y empecé de inmediato a trabajar en el Área de Informática para la Docencia, hoy Centro de Tecnologías para la Academia (CTA); los primeros 10 años como catedrática y, luego, como profesora de planta.

De los lugares a donde fui a trabajar como enviada por la Universidad, el que más recuerdo es Itsmina (Chocó), en donde sentí realmente que ser docente vale la pena. Luego, en Popayán (Cauca) y en San José del Guaviare (Guaviare), corroboré que el docente egresado de la Universidad es un miembro importante y reconocido en cualquier municipio donde desarrolle su labor profesional.

Quiero a la Universidad, porque los principios con los que me educaron los encontré aquí, al igual que los principios pedagógicos de los colegios de mi familia, de los cuales soy una convencida y a los cuales me he dedicado a estudiar a fondo desde el año 2013, en un proyecto de investigación profesoral. El semestre pasado, cumplí un sueño que tenía desde hace algunos años: aportar un granito de arena a La Guajira, un departamento que realmente lo necesita y del cual tengo el honor de ser hija, al ir a formar directivos docentes y docentes de instituciones educativas rurales y urbanas. Agradezco a la Universidad por haberme permitido desarrollar y combinar mi carrera profesional con mi vocación, lo cual me hace inmensamente feliz y, como se dice en el lema del Carnaval de Barranquilla: ‘¡Quien lo vive es quien lo goza’.