Cinco lecciones para ser una buen político

“ Un político es todo aquel que hace parte del contrato social, es decir, los individuos con responsabilidades y derechos en el Estado, llamados a cuidar de sí y de los otros”, afirma en una publicación reciente el doctor Jesús David Girado, profesor de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas. En este sentido, todo ciudadano es un político. Ahora bien: ¿cómo ser un político en su forma más excelente? El profesor Girado ofrece cinco lecciones para lograrlo.

1. Entiende que el mundo humano es diverso y conflictivo El primer paso es entender que el mundo se caracteriza por la diversidad de la cual nacen las fricciones. “Las acciones políticas no surgen de la uniformidad, sino del debate de los puntos de vista de los individuos”, explica el profesor. “Un buen político acude al diálogo para comprender los puntos de vista y, así, enriquecer la perspectiva sobre los asuntos del mundo”.

2.Ponte en el lugar de los demás “Nadie puede lograr establecer un buen juicio o un discernimiento correcto de la realidad, si no se pone en el lugar de quienes piensan diferente”. En filosofía política, se considera que, para imaginarse en la situación del otro, entenderlo y dignificarlo, es importante la phronesis como sabiduría práctica, la solidaridad y el deseo de verdad.

3. Cuida la individualidad Aquel que se quiera considerar un buen político debe cuidar su individualidad, que no es individualismo, sino la particular tonalidad que cada uno le aporta al mundo, “El cuidado de la individualidad es un imperativo porque esta es la condición de un mundo abierto y plural”, explica el profesor. “Además, cuidar tu individualidad te previene de una existencia parasitaria o de que otros piensen por ti”.

Sé honesto Quien quiera ser un buen político, debe preguntarse todo el tiempo si está ocupándose de fortalecer su estructura moral o axiológica, revisando qué tan frágil es su carácter ante las encrucijadas de la vida o si tiende a ser artimañoso para conseguir lo que quiere. “Un buen político entiende que la ética como sabiduría práctica no se trata solo de prohibiciones, sino de todo un camino hacia el florecimiento humano, que no es más que la excelencia como virtud (areté) y como felicidad (eudaimonía)”.

4. Sé un ironista liberal solidario Un ironista liberal es alguien que constantemente revisa la sociedad para detectar actos de crueldad, y es solidario cuando siente el dolor del que sufre y coopera con otros para transformar las injusticias sociales. “Es un personaje que ni se queda en el activismo estéril de las redes sociales ni en el sabotaje violento, sino que asume un compromiso de transformación pacífica e inteligente”, afirma el profesor.

5.Sé honesto Quien quiera ser un buen político, debe preguntarse todo el tiempo si está ocupándose de fortalecer su estructura moral o axiológica, revisando qué tan frágil es su carácter ante las encrucijadas de la vida o si tiende a ser artimañoso para conseguir lo que quiere. “Un buen político entiende que la ética como sabiduría práctica no se trata solo de prohibiciones, sino de todo un camino hacia el florecimiento humano, que no es más que la excelencia como virtud (areté) y como felicidad (eudaimonía)”.