¿Cómo está la salud mental de los niños y adolescentes en Colombia?

“Algunos de nuestros niños crecen sin los suficientes mecanismos de afrontamiento para sortear las situaciones difíciles”.

La salud mental es un tema aún estigmatizado. Las personas que padecen algún tipo de trastorno y sus familias tienden a ocultarlo por miedo a “lo que dirá la gente”.

En Colombia, la Encuesta Nacional de Salud Mental incluyó por primera vez en el 2015 a niños a partir de los siete años (Ministerio de Salud, 2015). Según el estudio, los trastornos mentales más frecuentes están asociados a la depresión y a la ansiedad; los más afectados son los adolescentes y las mujeres. Algunos de los datos que arrojó la encuesta demostraron que los más recurrentes entre los siete y los 11 años se asocian al déficit de atención y a la ansiedad por separación; en los adolescentes entre los 12 y los 17 años predominan la fobia social, la dificultad para comunicarse con otros y la depresión.

Preocupa que el 6.6% de los niños encuestados han pensado en el suicidio, siendo esto más frecuente en los varones. Un informe del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses indica que de enero a abril del 2019 el 11% de las muertes totales (786) se dieron por suicidios, de los cuales 149 casos fueron niños y adolescentes entre los cinco y los 18 años.

Paola Sarmiento, profesora de salud mental de la Facultad de Enfermería y Rehabilitación, sugiere que el inicio de los trastornos está asociado al contexto en que se desenvuelve la persona. Algunos factores que intervienen son las familias disfuncionales, las pautas de crianza y la baja educación frente a la resiliencia. Ante esto, menciona: “Algunos de nuestros niños crecen sin los suficientes mecanismos de afrontamiento para sortear las situaciones difíciles, además, usan de modo inadecuado los medios de comunicación y las redes sociales”.

El acompañamiento constante por parte de la familia es esencial; poder identificar sus rutinas, sus reacciones a las situaciones difíciles, sus momentos de ira o tristeza, y sus hábitos alimenticios y de descanso, así como conocer con quiénes se relacionan y de qué forma lo hacen, es determinante para distinguir señales de alarma. Por ejemplo, si hay cambios en sus sentimientos o emociones, la primera herramienta debe ser el diálogo con amor; si se identifican más cambios que no sean propios del crecimiento o de la personalidad, se aconseja consultar a un profesional en salud mental.

Las actividades de estimulación cognitiva y los juegos como sudokus, crucigramas y sopas de letras se utilizan con personas que sufren alteración o deterioro de la memoria, o que tienen dificultades con el manejo de sus ideas, pensamientos y rutinas. Estos mejoran los procesos de socialización y permiten desarrollar una mayor tolerancia a la frustración. Esos juegos ayudan a mantener a las personas ocupadas y concentradas en una tarea; asimismo, benefician la agilidad mental, que a veces se ve afectada por los efectos de los psicofármacos.

De acuerdo con la doctora Yahira Rossini Guzmán, psiquiatra y profesora de la Facultad de Medicina, “estas actividades pueden disminuir la cantidad de pensamientos catastróficos, al tiempo que ejercitan la memoria”. La doctora les aconseja a las personas que sufren un trastorno mental cuidar de la salud física, asistir constantemente a los chequeos médicos y no automedicarse ni para la tristeza ni la ansiedad. Tampoco es recomendable consultar al farmacéutico sobre medicinas para dormir o estar tranquilos. Frente a esto, resalta: “Hay que buscar ayuda si la calidad de vida, la tristeza o la angustia son agobiantes o difíciles de manejar”.

El trastorno mental no solo afecta a la persona que lo padece, sino también a quienes están a su alrededor. La enfermera Paola Sarmiento enfatiza en que las familias tienen que ser resilientes y deben afrontar de forma positiva y proactiva los cambios asociados al trastorno. Se vuelve de suma importancia identificar redes de apoyo y recordar que las personas que tienen una psicopatología pueden tener una vida normal, siempre y cuando lleven sus controles y tratamientos de forma regular.

Referencias

Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. (2019). Boletín Estadístico Mensual. Abril del 2019. Recuperado de bit.ly/2IQpQD3.